El número de víctimas mortales por la ofensiva militar de Israel en  Gaza sigue aumentando de forma inexorable. Este jueves superó los 30.000 muertos. El número de fallecidos aumentó en las últimas 24 horas después de que 81 personas murieran y otras y 132 resultaran heridas en nuevos ataques israelíes. Estas cifras no incluyen a los más de 100 muertos y 250 heridos que dejó un nuevo ataque este jueves por la mañana contra un nutrido grupo de palestinos que se aglomeraban en una cola de reparto de ayuda humanitaria en Ciudad de Gaza.

Tras el último recuento oficial del Ministerio de Sanidad de Gaza, en 146 días de conflicto han muerto 30.035 palestinos y 70.457 han resultado heridos. Un simple cálculo da una cifra terrible: 205 palestinos mueren cada día en Gaza. El 70% de ellos son mujeres y niños. Y es que la mayoría de estas víctimas son civiles. Israel asegura que ha matado a 12.000 milicianos de Hamás, pero la organización palestina rebaja a esa cifra a la mitad. 

Además de las víctimas mortales, las autoridades de Gaza estiman que hay otras 7.000 personas bajo los escombros, lo que eleva significativamente la cifra de muertos. En total, un 4,3% de los habitantes de Gaza ha muerto o está herido en una población con una edad media de 18 años, según un cálculo de la agencia EFE. 

Por su parte, el Ejército de Israel ha confirmado la muerte de 242 soldados en combate desde el inicio de la ofensiva terrestre el 27 de octubre. El ataque de Hamás, perpetrado el 7 de octubre, dejó unos 1.200 muertos y 250 secuestrados, de los que han sido liberados 105 hasta ahora.

La noticia se produce en un momento en el que la comunidad internacional presiona a Israel para que permita la entrada de más ayuda humanitaria a Gaza. 

El Ejército de Israel mantiene la presión militar en todo el territorio. En el norte, donde azota con más fuerza la crisis humanitaria que han dejado cinco meses de guerra, algunas personas han empezado a morir de hambre y sed. Según Hamás, en el norte de la Franja hay unos 700.000 civiles que apenas pueden sobrevivir en medio de la destrucción masiva de las viviendas, el colapso de los hospitales, el brote de epidemias y la cada vez más catastrófica escasez de agua potable, alimentos, medicinas, electricidad y combustible. 

Además, casi los 2,3 millones de habitantes de Gaza han sufrido desplazamiento forzado, muchos de ellos en varias ocasiones, sin haber podido hallar un lugar seguro.