Este artículo se publicó hace 4 años.
Millones de estadounidenses se enfrentan a quedarse sin cobertura médica al perder el empleo en plena pandemia
Con la expansión del coronavirus en Estados Unidos, 3,3 millones de personas han perdido su empleo en marzo y el Gobierno de Trump no descarta que el paro pueda alcanzar a 40 millones de personas, que perderían su seguro médico en plena emergencia por el
Manuel Ruiz Rico
Washington-Actualizado a
Marzo comenzó y Estados Unidos (327 millones de personas) tenía pleno empleo técnico: 273.000 parados, un 3,6% de la población activa. Era su mejor cifra en medio siglo, un dato que la pandemia de la covid-19 ha hecho saltar por los aires: marzo terminó ayer con 3,3 millones de desempleados… y subiendo sin freno. En un país en el que la cobertura sanitaria está ligada al seguro médico a través del puesto de trabajo, millones de norteamericanos se enfrentan en las próximas semanas a quedarse sin cobertura en medio de la pandemia del coronavirus.
Esta cifra podría llegar hasta los 40 millones de personas. A mediados de marzo, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, aseguró que la Casa Blanca trabaja con diferentes escenarios económicos, el peor de ellos apuntaría a alcanzar un 20% de paro, para una población activa de 206 millones de personas, aquéllos de entre 15 y 64 años. Se trataría, por lo tanto, de 40 millones de desempleados que podrían quedarse sin cobertura sanitaria.
Según la ONG Public Citizen, actualmente ya hay 29 millones de personas sin seguro médico en Estados Unidos y a esto se le añadirían los 58 millones de ciudadanos infraasegurados, es decir, aquellos que cuentan con una póliza de coberturas escasas y altos copagos.
"No estábamos hablando únicamente de derechos sino de salud pública y si hay gente que no acude al médico o al hospital y no recibe tratamiento por no tener seguro, no sólo se pone en riesgo la vida de esa persona sino que se multiplica el riesgo de que contagie a otras y extienda la pandemia", asegura a Público Melinda St. Louis, portavoz de Public Citizen.
"Excluir a personas de recibir atención sanitaria pone en grave riesgo a toda la sociedad. Si la covid-19 nos demuestra algo es que estamos en un momento en el que deberíamos repensar el sistema sanitario en Estados Unidos", añade.
En la misma línea se ha manifestado el vicepresidente senior de la Kaiser Family Foundation, Larry Levitt, quien afirma que "con el número de ciudadanos que están perdiendo su empleo, no hay duda de que el número de personas sin seguro médico está aumentando en estos momentos".
Levitt, en declaraciones al medio norteamericano progresista Vox, denuncia que esto está sucediendo "en el momento preciso en que muchos de ellos necesitarán más atención médica si se infectan y enferman de gravedad".
Levitt: "El número de personas sin seguro médico está aumentando"
Todo esto sucede mientras que el tercer paquete de ayudas aprobado en el Senado y firmado por Donald Trump a finales de marzo, y que supone medidas por valor de 2 billones de dólares (1,82 billones de euros), incluye la concesión a los hospitales privados de 100.000 millones de dólares (unos 91.000 millones de euros) a cambio básicamente de nada.
"No sabemos exactamente", admite Levitt, "cuánto está aumentando la tasa de no asegurados porque puede que parte de esos 3,3 millones de personas que acaban de perder el empleo o no tenían seguro médico o ya dependían de programas públicos como Medicaid o el Obamacare".
El Medicaid es el seguro para personas y familias con pocos ingresos financiado con fondos públicos. El Obamacare es otro seguro financiado con fondos públicos para ciertos ciudadanos que no cumplen los requisitos para el Medicaid pero no alcanzan a comprar un seguro privado. El tercer seguro médico financiado con fondos estatales es el Medicare, para jubilados, por lo que no afectaría a los desempleados en ningún caso.
"El Obamacare tiene el problema de que el plazo de inscripción se abre una vez al año y ahora mismo está cerrado, por lo que el gobierno tendría que decidir abrirlo y aún no se ha pronunciado al respecto", explica St. Louis.
En cuanto al programa Medicaid, "algunas de esas personas o familias completamente desempleadas sí serán elegibles para incorporarse al Medicaid puesto que esto está determinado por los ingresos sobre una base mensual, pero es posible que no sean elegibles si viven en uno de los 14 Estados que se han negado a ampliar el Medicaid, dejando a más de dos millones de personas en la pobreza sin seguro médico", explica Levitt.
Con todo, tanto las coberturas de Medicaid como las de los diferentes seguros ofrecidos por el Obamacare no siempre son completas. Según una estimación hecha por la Kaiser Family Foundation en 2008, el tratamiento hospitalario de una neumonía con complicaciones asciende a una media de 20.290 dólares (18.380 euros).
Si una persona está cubierta por alguna de esas opciones pero con una cobertura, por ejemplo, del 80%, esto le supondría tener que pagar más de 4.000 dólares (unos 3.600 euros). Y todo ello estando en situación de desempleo.
El tratamiento hospitalario de una neumonía con complicaciones asciende a una media de 18.380 euros, según una estimación de 2008
Otra opción, más teórica que práctica, es la que propone la Asociación Americana de Proveedores Sanitarios (AHIP, por sus siglas en inglés). Fuentes de la asociación aseguran a Público, por un lado, que "los proveedores de seguros médicos han tomado medidas decisivas para ayudar a garantizar que los americanos estén cubiertos y protegidos de los altos costes médicos debido a covid-19" y piden que "nadie dude en buscar pruebas o tratamiento para covid-19 debido a la preocupación por el coste".
Sin embargo, la solución que proponen para una persona que pierda su seguro médico al perder su empleo, es que se acoja a la llamada ley COBRA. "Cuando alguien pierde su trabajo, aparte de que puede reunir los requisitos para Medicaid, automáticamente califica para un período de inscripción especial que le permite obtener cobertura en el mercado de seguros médicos privados individuales y hacerse cargo así de la misma póliza que su empresa le estaba pagando", explican las mencionadas fuentes.
"Sin embargo, esta solución es una falsa solución", critica St. Louis, "puesto que a esa persona que acaba de perder el empleo, la compañía privada no le va a ofrecer un seguro médico en unas condiciones especiales sino que será el trabajador el que tenga que pagarlo en su totalidad y con las mismas condiciones y ¿cómo lo va a pagar si está desempleado y sin ingresos?"
Según la Kaiser Family Foundation, un seguro médico cuesta de media 7.200 dólares anuales (6.520 euros) para un individuo y más de 20.000 dólares (18.000 euros) para una familia. Y, por supuesto, incluyen copagos y deducibles (que son como las franquicias en los seguros europeos de coches).
"La única opción para abordar con garantías la pandemia", dice St. Louis, "sería garantizar por ley la cobertura sanitaria de toda la población, pero esto no está previsto por la administración Trump".
Esa fue, sin embargo, la apuesta que hicieron en el debate cara a cara el 15 de marzo los dos candidatos demócratas a liderar al partido: Bernie Sanders y Joe Biden. El primero es un defensor inveterado de la sanidad pública universal y gratuita para todos los norteamericanos. El segundo, en ese debate, apostó por ella "mientras dure esta pandemia. Debe haber", aseguró, "tratamientos y test gratis para todos".
Sin embargo, ni todos los demócratas piensan así ni, aunque lo hicieran, ese partido tiene mayoría en el Senado, que es la cámara que acaba aprobando las medidas de choque para lidiar con la pandemia de la covid-19.
Entretanto, cada día aumentan por miles los contagios en Estados Unidos, por decenas o por cientos los muertos y por decenas o cientos de miles los desempleados, muchos de ellos con el riesgo cierto de perder su seguro médico y con ello, la posibilidad de recibir atención médica. Ellos son la carne de cañón de esta pandemia.
No es una situación inédita para ellos. Durante la última gran recesión, un estudio de la Universidad de Cornell reveló que 9,3 millones de estadounidenses perdieron su seguro médico entre 2007 y 2009. Durante este tiempo, seis de cada 10 estadounidenses que perdieron sus trabajos se quedaron sin seguro.
El dicho de a perro flaco, todo son pulgas no puede hallar mejor materialización que en los Estados Unidos de 2020.
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