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La obsesión con el 'islamo-izquierdismo' sacude a Francia

El goteo de actitudes islamófobas ha alcanzado nuevas cotas a raíz de unas declaraciones de la ministra francesa de Educación Superior. Frédérique Vidal ha anunciado que se investigará a los profesores universitarios que, según ella, se han aliado con el islam para socavar los valores de la república. Sus detractores aseguran que es otro guiño de Emmanuel Macron a la extrema derecha.

La comunidad musulmana se manifiesta contra la islamofobia en París. AFP / GEOFFROY VAN DER HASSELT
La comunidad musulmana se manifiesta contra la islamofobia en París. Geoffroy Van Der Hasselt / AFP

En declaraciones al canal CNews del 14 de febrero, la ministra de Educación Superior, Frédérique Vidal, acusó a las universidades francesas de haberse conjurado contra la República por medio de profesores de izquierdas aliados con el islam, diciendo que el "islamo-izquierdismo" que se origina en esas instituciones representa una "gangrena" para la sociedad.

Los medios franceses no han dejado pasar un día desde entonces sin debatir la cuestión acaloradamente, llegando a defenderse posiciones antagónicas. En general, la derecha y la extrema derecha dan la razón a la ministra mientras que la izquierda denuncia que Vidal está haciendo el juego justamente a la extrema derecha y preparando las próximas elecciones.

El neologismo "islamo-izquierdismo" se utilizó por primera vez en 2002. Lo hizo el profesor de filosofía Pierre-André Taguieff, de 74 años, a quien se considera un experto en antisemitismo (judío) y que a lo largo de su carrera ha estado vinculado estrechamente a las principales organizaciones judío-sionistas francesas. El neologismo ha tenido fortuna y se ha asentado en el centro de numerosos debates en el país vecino.

La ministra no es la primera en suscitar la cuestión. La novela Sumisión, de Michel Houellebeq, planteaba en 2015 una distopia en la que la izquierda, aliada con formaciones islamistas, se hace con el gobierno en unas elecciones tras las que la fisonomía social y política cambia radicalmente. El gobierno "islamo-izquierdista" de Houellebecq, un autor bien conocido por su islamofobia, sería la mayor pesadilla para la actual ministra, y probablemente para el presidente Emmanuel Macron.

Macron ha ido azuzando a la sociedad contra el islam en general, y no solo contra el yihadismo. El islam es su objetivo desde hace tiempo, pero conforme se acercan las elecciones sus ataques tienen mayor intensidad y virulencia, ya que Macron trata de hacerse con una parte del banco de votos de la extrema derecha islamófoba.

El hecho de que la ministra Vidal lanzara su amenaza en CNews no ha pasado desapercibido pues se trata uno de los canales que destina sus informaciones a la extrema derecha. Esta circunstancia abunda en que Macron está luchando para hacerse con el sector de los votantes fieles a Marine Le Pen, y en que lo está haciendo de manera sucia.

En Le Monde se escribía esta semana que Macron no teme un debate político con la izquierda sino que lo rechaza directamente. Según este planteamiento, la controversia del "islamo-izquierdismo" no estaría dirigida contra la izquierda sino que buscaría arrancar votos a la extrema derecha. Por otra parte, la izquierda en Francia, como está sucediendo en otros países, como en el caso de Israel, ha pasado a mejor vida y su influencia política es muy marginal, si es que existe.

Este tipo de debates en torno a la identidad, que tanto daño causan a las sociedades contemporáneas, en Francia ocupan un lugar prominente, permitiendo a las élites eludir temas más mundanos, como la crisis de la sanidad, el desempleo, la creciente pobreza o las discriminaciones endémicas que sufren amplios sectores.

No es extraño que cuando el periodista de CNews, Jean-Pierre Elkabbach, encendió la mecha preguntando a la ministra si el "islamo-izquierdismo está infectando a las universidades", Fréderique Vidal entrara a saco respondiendo que "en realidad el islamo-izquierdismo está infectando a toda la sociedad", incluyendo a quienes hablan de "raza, género y estatus social". La paranoia llevó al periodista a afirmar que hubo una alianza entre Mao Zedong y el ayatolá Jomeini, a lo que la ministra respondió sin pestañear: "¡Correcto!".

El debate que se lanzó en CNews, una cadena equivalente a Fox News, considerada racista y que ha denunciado una conspiración musulmana para hacerse con el poder en Francia, estaba servido, así que cada cual adoptó una posición conforme a su orientación política. La derecha y la extrema derecha elogiaron la valentía de la ministra, mientras que lo que queda de izquierda se preguntó a qué venía sacar de nuevo el discurso antimusulmán.

La investigación de los profesores que la ministra quiere llevar a cabo suscitó un sinfín de críticas dentro de los centros de educación superior. Se acusó a Vidal de criminalizar las opiniones políticas e intelectuales y de infringir las libertades académicas, algo que al final redundará en perjuicio de la sociedad en general.

El presidente de la Sorbona, Jean Chambaz, comentó que "es fácil acusar a un movimiento ideológico indefinido de las cuestiones sociales del país", y responsabilizó al gobierno de "intentar apelar a segmentos muy nauseabundos de la opinión pública", en aparente referencia a la extrema derecha nacionalista. Destacados académicos exigen la dimisión de Vidal.

Otros medios franceses han organizado palpitantes debates relacionados con distintos aspectos del islam, como la prohibición de las mujeres musulmanas de cubrirse el cabello en las universidades, cuál es la mejor manera de controlar a las organizaciones musulmanas, o la necesidad de prohibir las escuelas religiosas, temas muy apreciados por la extrema derecha a la que Macron corteja y que buscan normalizar la islamofobia.

Quienes critican el concepto de "islamo-izquierda" popularizado por la extrema derecha, o quienes defienden a los intelectuales musulmanes, forman parte de una izquierda cuyo sentido de la justicia poco tiene que ver con el de la derecha y extrema derecha que respalda la venta masiva de armas francesas con las que Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos están realizando matanzas en Yemen, o, y este es el problema central, piden una solución justa para los palestinos, dos temas que a la extrema derecha y al presidente Macron le traen sin cuidado.

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