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La ofensiva de los talibanes llena las calles de Kabul de civiles desplazados

Los talibanes sumaron este martes a su botín la occidental Farah, capital de la provincia homónima, y la norteña Pul-e-Khumri, de Baghlan, la séptima y octava ciudad en caer desde el pasado viernes.

Familias afganas desplazadas.
Familias afganas desplazadas. Reuters

Kabul, la capital y la ciudad más grande de Afganistán, comienza a convertirse en un campamento a cielo abierto con miles de afganos que se instalan en parques y descampados tras huir de los combates que golpean Afganistán por la ofensiva de los talibanes, que sólo en los últimos días han conquistado siete capitales regionales.

La mayoría de estas familias, que reclaman ayuda humanitaria urgente, proceden de las capitales de las provincias septentrionales de Jawzjan, Sar-e-Pol, Samangan, Kunduz y Takhar, caídas bajo control insurgente.

En su rápido avance, los talibanes sumaron este martes a su botín la occidental Farah, capital de la provincia homónima, y la norteña Pul-e-Khumri, capital de la provincia de Baghlan, la octava en caer desde el pasado viernes.

Hoy cientos de familias huían de un lado a otro de Farah para tratar de salvar sus vidas, mientras que una avalancha de habitantes de Pul-e-Khumri abandonaron la urbe con dirección a Kabul.

Se han registrado más de 17.000 familias desplazadas en Kabul

"Hemos registrado 17.000 familias (desplazadas) hasta ahora, pero tememos que este número sea mucho mayor, podrían ser alrededor de 30.000 familias -unas 210.000 personas- en Kabul", dijo hoy en una conferencia de prensa el ministro para la Gestión de Desastres, Ghulam Bahauddin Jailani.

Estos datos podrían aumentar drásticamente en los próximos días, ya que un gran número de familias continúa llegando a Kabul desde el norte de Afganistán.

"Necesitamos comida, refugio, y artículos para el hogar"

"Estamos bajo el sol y hace mucho calor. Nuestros niños juegan en este lugar polvoriento, nos preocupan nuestros hijos", dijo Abdul Wali, padre de una familia de seis que llegó en los últimos días desde Kunduz.

Este hombre de 25 años aseguró que hasta ahora no ha recibido ningún tipo de asistencia del Gobierno, lo que agrava la situación de estas personas que han llegado con las manos vacías. "Necesitamos comida, refugio, y artículos para el hogar", explicó Wali, mientras el resto de su familia aguarda sentada sobre una pequeña manta bajo un árbol en el área de Sarai-Shamali de Kabul.

Un poco más adelante está Sajidullah, de 28 años, también desplazado de la provincia de Kunduz, junto con su familia de cinco miembros, que llegó hace apenas dos días a la ciudad. "Dejamos nuestra casa y el pueblo debido a los intensos combates, dejamos todas nuestras pertenencias, todo nuestro pueblo abandonó sus casas", dijo.

Sajidullah y su familia huyeron solo con la ropa que llevaban puesta, relató, y hasta ahora solo han recibido un poco de alimento y agua. "No tenemos ningún otro tipo de asistencia", lamentó el hombre cuyas únicas pertenencias son un pedazo de alfombra para sentarse y algunas tazas para beber agua.

Esfuerzos humanitarios

El Gobierno, que ha solicitado la ayuda de las agencias internacionales para atender a los desplazados, indicó que inicialmente solo están proporcionando alimentos y agua, mientras que el refugio y demás asistencia será ofrecido cuando las autoridades estudien su situación.

"Las agencias gubernamentales están distribuyendo actualmente a estas familias alimentos horneados y productos comestibles y brindarán más asistencia una vez finalizada la encuesta", comentaba el portavoz del Ministerio de Refugiados y Repatriación, Reza Baher.

Estas familias serán instaladas temporalmente en un campamento al norte de Kabul, para lo que se han instalado unas 3.000 tiendas de campaña, según el portavoz.

"Caen bombas y misiles de día y de noche"

De acuerdo con las estimaciones del Gobierno afgano, la guerra en curso ha desplazado en los últimos dos meses a más de 420.000 personas de 25 de las 34 provincias afganas, la mayoría de ellas de las provincias de Kandahar, Helmand, Jawzjan, Sar-e-Pol, Samangan, Kunduz, y Takhar.

"Usaremos edificios gubernamentales vacíos para asentar a estas familias", dijo hoy el ministro de Gestión de Desastres. Entre tanto, el Gobierno ha pedido a la comunidad internacional que ejerza presión sobre los talibanes para que declaren un alto el fuego que detenga los desplazamientos masivos. "Siempre que una ciudad cae en manos de los talibanes, todos sus residentes abandonan sus casas y huyen de esas áreas", dijo el ministro Jailani.

La situación es aún más crítica para los desplazados de las zonas rurales que huyeron hacia las capitales provinciales que posteriormente cayeron también bajo el control talibán o siguen en disputa con choques armados. "Ya no podemos brindar asistencia humanitaria en las capitales provinciales donde se producen combates", indicó el portavoz del Ministerio de Refugiados de un país que ya contaba con cinco millones de desplazados internos, fruto de 20 años de conflicto y la sequía.

La violencia que viven grandes zonas del país producto de la ofensiva talibán y de los bombardeos de las fuerzas afganas ha provocado cada vez más víctimas entre la población civil.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) informó hoy de que sus sanitarios han tratado solo en la última semana a más de 4.000 heridos de guerra, entre ellos civiles y combatientes.

Incluso organizaciones como Médicos Sin Fronteras (MSF) denuncian que esta semana sufrieron el impacto de un proyectil en sus instalaciones en la ciudad asediada de Lashkargh, aunque no causó víctimas. "Caen bombas y misiles de día y de noche", aseguró en unas declaraciones remitidas el representante de MSF en Afganistán, Filipe Ribeiro. "Estamos viendo todo tipo de heridas: metralla, heridas de bala, gente con quemaduras graves... Lo que los equipos (médicos) están presenciando es horrible", sentenció Ribeiro.

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