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El Parlamento italiano sentencia a Silvio Berlusconi

El Gobierno sólo consigue juntar 308 votos para aprobar las cuentas del Estado, pero la oposición cuenta ya con 321 apoyos, la mayoría absoluta. La única salida es su dimisión

DANIEL DEL PINO

El Gobierno de Silvio Berlusconi ya no existe. La votación sobre las cuentas generales del Estado se ha cerrado con 308 votos a favor y 321 abstenciones, lo que implica que Il Cavaliere no podrá seguir gobernando -ya que la mayoría parlamentaria está en 316- y tiene en su mano dimitir hoy, o alargar la agonía del país, al menos hasta que el presidente de la República, Giorgio Napolitano, se lo permita.

El primer ministro se ha reunido inmediatamente después de la votación con sus hombres más cercanos en el Parlamento para analizar el voto y organizar el siguiente paso. Esta mañana su socio de la Liga Norte, Umberto Bossi, le aconsejó que se hiciera 'a un lado' y diera 'paso a [Angelino] Alfano' como primer ministro.

El secretario general del Partido Democrático, Pierluigi Bersani, le ha pedido, una vez conocido el resultado, que 'presente su dimisión al presidente Napolitano si aún le queda algo de dignidad'. La visita, llegados a este punto, parece asegurada. Pero la incógnita es qué vendrá después. 

Il Cavaliere aseguró ayer que pretende aprobar la semana que viene con un voto de confianza las reformas prometidas a Bruselas y la ley de estabilidad, donde están incluidas a modo de enmienda muchas de ellas, en Parlamento y Senado. Pero en estas condiciones será imposible.

Las variables son las siguientes: una corriente del PdL pide un Gobierno de transición guiado por el subsecretario Gianni Letta en el que puedan entrar la Unión de Centro (UdC) de Casini. Este ha dicho que no le parece mal siempre y cuando el Partido Democrático también forme parte, lo que cierra casi todas las puertas a que se cumpla.

Otra corriente del PdL, la impulsada hoy por Bossi y los halcones de Berlusconi, propone un Gobierno con el delfín Angelino Alfano como premier, que sirva para tranquilizar a los díscolos. Tiene muy poco futuro porque lo que piden estos es ampliar la mayoría para gobernar sin sobresaltos hasta 2013, y aquí la Liga ha sido clara: la tendencia natural sería convocar elecciones.

Por último, quedaría la opción técnica, preferida por Napolitano, con un Gobierno guiado por el excomisario europeo Mario Monti. Ni Berlusconi, ni la Liga, ni el PD lo aceptaría.

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