Las personas sin hogar de Estados Unidos tendrán una mortalidad diez veces superior a la media de la población por la covid-19. Un estudio de las universidades de Pennsylvania, Boston y California prevé que la pandemia cause 3.400 muertes y 21.000 hospitalizaciones en este sector de la población, unas 575.000 personas.

Con el levantamiento de las restricciones que están implementando esta semana cada vez más Estados, la previsión de fallecidos para todo el país se ha elevado. El peor escenario planteado llevaría hasta los 200.000 muertos (el martes se cruzó la barrera de los 70.000). Si se aplicara esta proporción para las 575.000 personas sin hogar, serían unas 352 muertes. Sin embargo, el mencionado estudio elaborado por las tres universidades norteamericanas prevé que la mortalidad se multiplique casi por diez hasta las 3.400.

Respecto a las hospitalizaciones, el dato previsto por el estudio supondría que el 3,65% de los sin techo tuviera que ser ingresado por la covid-19. Si se traslada este porcentaje a todo Estados Unidos, significaría que 12 millones de estadounidenses acabarían hospitalizados (ahora mismo hay 1,1 millones de casos confirmados). Un porcentaje similar para España llevaría al hospital a 1,7 millones de personas. En España hay unas 140.000 camas hospitalarias. Serían datos catastróficos.

El informe recomienda habilitar a lo largo y ancho del país hasta 400.000 camas que puedan ser utilizadas por estas personas con garantías de aislamiento para que estas personas no sean contagiadas ni, en caso de que den positivo por el virus, no contagien el virus a otras.

Estados como California y Nueva York, dos de los que tienen más personas sin hogar junto con Texas y Florida, han empezado a habilitar camas en hoteles, aprovechando que muchos de ellos están cerrados.

"Las personas sin techo son un sector de la población con especial riesgo porque, debido a vivir en la calle, su salud es en general peor que la media de la población. Entre ellos, es mucho más frecuente que haya personas como mala alimentación y con problemas de salud subyacentes, como diabetes, hipertensión, enfermedades respiratorias o problemas cardíacos", asegura a Público Nan Roman, presidenta de la Alianza Nacional para el Fin de las Personas Sin Hogar (National Alliance to End Homeless).

Otro factor importante en cuanto a la influencia de la covid-19 en este sector de la sociedad estadounidense es que en muchas ciudades, el grupo de población más extenso de personas sin hogar incluye a la franja de personas de entre 50 y 55 años, según indica la investigación elaborada por las tres universidades. "Los estudios de la gravedad de la covid-19 y de los casos fatales sugieren que las poblaciones de mayor edad se enfrentan a riesgos de magnitud superior a los de las poblaciones más jóvenes", alerta el informe.

Roman añade también que "dos tercios de esas 575.000 personas suelen dormir en la calle cada noche y no en un albergue u otra instalación. Esas personas son el sector más vulnerable y sufren además una carencia de acceso a medidas de protección e higiene, al sistema sanitario y hasta de información sanitaria".

La presidenta de la Alianza Nacional para el Fin de las Personas Sin Hogar lamenta las situaciones como las vistas en Las Vegas, donde se ubicó a personas sin techo como si fueran objetos en parkings de coches a la intemperie, sin más.

"Fue una decisión completamente loca que no debería producirse más", critica, sin embargo, lamenta que "se han visto decisiones parecidas en otras ciudades como San Antonio y algunas en Florida".

La Alianza Nacional para el Fin de las Personas Sin Hogar pidió en el cuarto paquete de ayudas del Gobierno (el último aprobado hasta ahora en Estados Unidos) 11.500 millones de dólares para atender a estas personas con garantías, sobre todo con medidas destinadas a habilitar alojamientos seguros, medidas de protección e higiene y para incrementar las pruebas de detección del virus, extremo éste sobre el que Roman critica que apenas hay datos fiables de las autoridades.

Sin embargo, el cuarto paquete apenas concedió para esto 4.000 millones de dólares. Roman confía ahora en que el quinto paquete que se está negociando a lo largo del mes de mayo incluya esos 7.500 millones de euros restantes para que los Estados y los gobiernos locales puedan abordar esta cuestión.

Roman ve fundamental que se incremente el número de pruebas de detección del virus a las personas sin hogar, un sector crítico al estar más desprotegidos y tener más riesgo morir por un contagio como de contraer el virus, por la falta de medidas de protección e higiene en muchos casos como de contraer el virus en un albergue social que no esté habilitado y donde, por haber aglomeraciones, no se cumplan las medidas de aislamiento y distancia social. La velocidad del contagio en un entorno así puede ser muy alta y sus efectos, letales.

Según Roman, "hay ciudades como Boston, Atlanta, Seattle o Los Ángeles que están incrementado los test entre los sin techo, pero no estamos muy seguros de que sea una acción que se esté tomando de forma generalizada en el país".

Por este motivo, la Alianza Nacional para el Fin de las Personas Sin Hogar ha iniciado un estudio-encuesta en las principales ciudades de Estados Unidos y en una o dos semanas tendrán una radiografía de la situación más fiable y detallada.

Junto a esto, Roman alerta de que esta pandemia aumentará el número de personas sin hogar. Según un estudio del gobierno, ya en 2019 se había incrementado un 3% las personas sin techo en Estados Unidos.

"Ahora empieza a ver cada vez más personas que afirman enfrentarse a problemas ya este mes para poder pagar el alquiler o la hipoteca y esto podría llevar desahucios, lo que pondría a más personas en situación de vulnerabilidad en medio de una emergencia de salud pública", advierte.

De nuevo, el componente racial en este sector de población es decisivo. Los negros representan el 40% de las personas sin hogar, mientras que son el 13% del país. Negro, sin hogar y con más de 50 años: ése es el perfil que más azotará la pandemia de la covid-19 en Estados Unidos.