Las autoridades checas no perciben indicios de que David Kozák, el autor del ataque armado en una universidad del centro de Praga pueda estar vinculado con alguna organización terrorista. Los acontecimientos ocurrieron este jueves cuando un estudiante de 24 años llegó a la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Carolina con una maleta llena de armas de alta precisión y munición. 

El ministro checo del Interior, Vit Rakusan, aseguró este viernes que la masacre de ayer era difícil de prever. "Es un tipo de atentado que difícilmente se puede prevenir", señaló Rakusan en rueda de prensa.

Kozák no tenía antecedentes policiales, pero había anunciado una matanza en redes sociales y estaba siendo buscado por la Policía como sospechoso de un doble homicidio hace una semana y otro el miércoles. 

Las autoridades ya estaban tras la pista de Kozák como sospechoso de la muerte el pasado día 15 de un hombre de 32 años y de su hija de dos meses, cuyos cadáveres fueron encontrados en un bosque cerca de Praga, tal y como confirmó este viernes el jefe de la Policía Criminal de Praga, Aleš Strach. 

"Estábamos a pocos días de evitar este trágico suceso que ocurrió ayer", reconoció Strach.

Además, las fuerzas de seguridad estaban buscando a Kozák como supuesto autor de la muerte de un hombre, que se cree es su propio padre, el miércoles en la localidad de Hostoun, a 35 kilómetros al oeste de Praga. De hecho, este último crimen provocó que la Policía desplegara un dispositivo en un edificio de la Universidad donde se esperaba que el agresor acudiera a clase ayer por la tarde.

Kozák, sin embargo, se dirigió a la sede principal de la Facultad de Filosofía, donde cometió la masacre.

El autor de los hechos se suicidó en uno de los pasillos de la facultad  tras haber dejado a 14 personas muertas -15, contando con él mismo- y 25 heridas, nueve de ellas de gravedad. Además, se sospecha que pudo haber sido quien mató a su padre el mismo día. Las autoridades todavía están investigando el motivo del ataque y prosigue con la identificación de los cadáveres, de los que ya llevan 13.

"No hay ningún indicio de vinculación con el terrorismo internacional", ha declarado el ministro del Interior Vit Rakusan en una rueda de prensa en Praga, junto al presidente del país, Petr Pavel, y al primer ministro, el conservador Petr Fiala. "Estamos devastados", añadió tras confirmar, junto con su gobierno de coalición de centro-derecha, que este sábado 23 de diciembre será día de luto nacional.

Además, la Policía ya ha confirmado que el agresor tenía permiso para contar con armas de fuego y carecía de antecedentes penales. Por otro lado, se cree que actuó inspirado en un ataque similar ocurrido en un centro de estudios rusos.

Mientras tanto, altos cargos de diferentes ideologías, como el propio Pedro Sánchez, han lamentado lo ocurrido y consideran que Europa deberá hacer esfuerzos por evitar incidentes de este tipo.

Refuerzo de la vigilancia en las calles e internet

La Policía de República Checa ha anunciado hace unas horas que adoptará medidas de seguridad "preventivas" que implicarán una mayor vigilancia en Internet, lugares públicos y centros educativos. Han afirmado a través de su cuenta de X que no les consta ninguna amenaza de nuevos ataques pero advierte que, para evitar otros sucesos, agentes con armas largas patrullarán las calles.

Para no empeorar la situación, además, el jefe de Estado Petr Pavel ha hecho un llamamiento a la ciudadanía "a no abusar de estos acontecimientos" para difundir bulos o noticias falsas. 

Un hombre "retraído" con licencia de armas

David Kozák, que no tenía antecedentes penales, gozaba de un buen expediente académico y ha sido descrito como "retraído" por algunos de sus compañeros de estudios, había especulado en la red social Telegram con la idea de cometer una matanza.

En su cuenta de Telegram, Kozák habría escrito en cirílico que se inspiraba en un reciente homicidio perpetrado en Rusia por una estudiante en el que murieron dos personas.

Kozák tenía licencia para ocho armas, dos de las cuales eran largas, y una con mirilla telescópica, que se cree que fue la que utilizó en el ataque de este jueves.

El Parlamento checo está tramitando una reforma legal para facultar a la Policía a confiscar las armas a personas sospechosas de posturas radicales y que obliga a los vendedores a suministrar información sobre compras atípicas, por su volumen o por sospechas sobre los clientes.

El número de armas de fuego registradas en República Checa ha subido un 85% en los últimos años, y actualmente hay casi un millón, una por cada diez habitantes.