Este artículo se publicó hace 4 años.
El primer debate entre Biden y Trump se salda con bronca, ruido y ataques personales
La cita reflejó el clima de polarización del país. "No eres muy listo", le dijo Trump, quien no dejó de acusar al demócrata de extremista y no quiso comprometerse a aceptar el resultado electoral de noviembre. "Payaso", lo llamó Biden, que trató de centrar su apuesta en una propuesta sanitaria, la reforma policial y un plan sobre el cambio climático.
Manuel Ruiz Rico
Washington-Actualizado a
El debate reflejó el clima político de división y polarización en que vive Estados Unidos a cinco semanas de las elecciones y en medio de una pandemia de coronavirus que se ha cobrado ya la vida de más de 200.000 personas en el país. El primero de los tres debates previstos entre el actual presidente, Donald Trump, y el candidato demócrata, Joe Biden, acabó siendo una hora y media de acusaciones y ataques personales, interrupciones constantes. Mucho ruido y poco debate e intercambio de propuestas políticas.
"Te graduaste el último de tu clase, no eres muy listo", dijo Trump a Biden, entre otras cosas. El vicepresidente de Obama lo llamó mentiroso constantemente. "No tiene ni idea de lo que habla", llegó a decir. "Es un payaso", añadió en otro momento Biden, que casi nunca miró a Trump directamente y a quien se refería a menudo como "este hombre".
En medio de este clima bronco, Biden mantuvo más la compostura y hasta la sonrisa, que exhibió a menudo, y no se dejó embarrar demasiado por los embates constantes del presidente, que se mostró impaciente y gritón, cortando constantemente a su oponente y hasta al moderador del debate, el prestigioso presentador de la cadena Fox, Chris Wallace, con quien Trump se enganchó varias veces y quien no dejó de llamarle la atención, cosa que le sucedió mucho menos a Biden. Wallace, de hecho, en una ocasión tuvo que llamar al orden de forma contundente al mandatario, que empezó a cortarlo nada más empezar el moderador a plantear un tema para el debate: "Presidente, déjeme hacerle mi pregunta".
El moderador Chris Wallace, a Trump: "Presidente, déjeme hacerle mi pregunta"
A pesar de los esfuerzos de Wallace, Trump no logró debatir sobre gran cosa y centró sus intervenciones en lanzar sus recurrentes proclamas y desinformación. Acusó a Biden de estar apoyado por la "izquierda radical", de querer implantar una "sanidad socializada" en Estados Unidos, de no apoyar "la ley y el orden sino el caos" en las ciudades, de "querer quitar los fondos a la Policía y que las comunidades se vigilen solas" y acusó al hijo de Biden, Hunter Biden, de corrupción, a pesar de que no hay ninguna evidencia sobre ello.
Junto a esto, el presidente volvió a insistir en tres ideas que son falsas: que bajo su mandato la economía del país ha tenido los mejores resultados de su historia, que pagó en impuestos en 2016 y 2017 "millones de dólares en impuestos" (a pesar de que el New York Times publicó el domingo que sólo pagó 750 dólares en cada uno de esos años) y que las elecciones de noviembre serán "fraudulentas" debido al voto por correo masivo, a pesar de que sólo nueve de los 50 Estados del país más el Distrito de Columbia han aprobado esta modalidad, entre ellos varios republicanos. De hecho, Trump no quiso, como le pidió Wallace, comprometerse a aceptar el resultado electoral sea cual sea y "a no llamar al levantamiento civil", en palabras del moderador, "mientras se cuentan los votos, cosa que puede durar días o semanas". El propio Wallace le recordó a Trump que en 2016 "hubo 31 millones de votos por correo, un cuarto del total de los votos".
El presidente acusó constantemente a la "izquierda radical" de ser violenta y la culpó de los casos de violencia reciente en ciudades como Portland. Cuando el moderador le pidió que denunciara también los casos de violencia supremacista blanca, como los de Kenosha, en Wisconsin, Trump no lo hizo. Sobre cambio climático, Trump sólo aceptó "hasta cierto punto" que la emisión de gases de efecto invernadero debido a la acción humana está causando el calentamiento del planeta.
En cuanto al uso de la mascarilla, que Trump se negó a llevar y a recomendar durante muchas semanas de pandemia, el presidente acabó culpando al director del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas, Anthony Fauci: "¡Fauci dijo primero que las mascarillas no eran buenas y luego dijo que sí!". Por supuesto, defendió la apertura de la economía y culpó a los Estados que no han vuelto a la normalidad de querer politizar la pandemia por ser Estados demócratas y así dañarlo a él en las elecciones de noviembre. "Hay que abrir la economía porque la gente lo quiere. Con los confinamientos [que en Estados Unidos han sido muy laxos] la gente acabó con depresión, los matrimonios divorciándose, muchas personas recurriendo al alcohol", expuso Trump.
"El presidente no tiene ningún plan"
Biden, quien trató de sonreír a menudo y de llamar mentiroso a Trump cada vez que pudo, aprovechó sus intervenciones para plantear las líneas maestras de su programa y presentarse ante los ciudadanos como un hombre de Estado y una persona con una estrategia holística para el país y el momento que vive, en medio de la pandemia de coronavirus y con el país en una fuerte crisis económica. El exvicepresidente defendió recuperar el Obamacare (que Trump no ha dejado de laminar) y expandirlo para que todo el mundo tenga acceso a la sanidad, y recordó que "Trump supo ya en febrero que el coronavirus era peligroso, pero dijo que no quiso decir nada para que los ciudadanos no entraran en pánico. Fue él quien entró en pánico", le reprochó Biden, que zanjó: "El presidente no tiene ningún plan". Fue ésta, de hecho, la idea central de Biden en todo el debate.
El candidato demócrata defendió que la vacante dejada por la fallecida jueza Ruth Bader Ginsburg no sea ocupada hasta después de las elecciones "puesto que éstas ya han comenzado, mucha gente ya ha votado [por correo] y han que tener una voz sobre la composición del Supremo". Trump ya ha propuesto a una jueza ultraconservadora para el puesto y pretende que el Senado ratifique su nombramiento antes del 3 de noviembre.
El exvicepresidente defendió recuperar el Obamacare
Además, Biden propuso un plan para subir los impuestos a los milmillonarios "que han dejado de pagar con las reformas de Trump", una reforma de la policía para que ésta sea "transparente en sus actuaciones y haya rendición de cuentas", se opuso explícitamente a desfinanciar a la policía a pesar de las acusaciones de Trump sobre este asunto, y se comprometió a implementar un plan de dos billones de dólares que incluirá "el fomento de las energías renovables hacia una economía sin emisiones y la creación de miles de trabajos bien pagados".
El vicepresidente de Barack Obama se presentó como el presidente de la unidad, "seré el presidente de los ciudadanos demócratas y de los republicanos", dijo, y le reprochó a Trump la represión violenta de una manifestación pacífica en Washington en junio, por las protestas por la muerte de George Floyd. "El presidente usó al ejército para disolver una protesta pacífica con el objetivo de ir a una iglesia cercana a la Casa Blanca y hacerse una foto con una biblia. El obispo de esa iglesia protestó y los militares se enfadaron porque no están para atacar a su propio pueblo. Este hombre no hace nada, divide a la gente y cuando hace algo es un desastre", criticó Biden, que, en otro momento, aseguró sobre el presidente: "Sólo sabe echar gasolina al fuego y dividir a la gente".
En el plató, en medio de los dos atriles que ocupaban ambos candidatos, había un cartel decorativo que decía: "La Unión y la Constitución para siempre". Pero esa llamada a la unión desde luego no se transmitió a tenor del ambiente del debate y de la tensión entre Biden y Trump. A pesar de esto, la cuestión será elucidar si la cita de ayer hará cambiar a alguien de opinión. Según las encuestas, al menos el 80% del electorado tiene decidido a quién votar. Los sondeos que se publiquen en los próximos días podrán ir dando pistas sobre esto. Cualquier cambio de tendencia será especialmente decisivo en los llamados Estados cambiantes.
Según una media de los sondeos de los últimos 14 días publicada el lunes por The Guardian, Biden de momento ganaría en Ohio, Carolina del Norte y Florida, pero por un margen estrechísimo del 1%, 1,5% y 1,6%, respectivamente. En los otros tres Estados dudosos restantes, Biden tiene una diferencia más amplia: en Arizona el demócrata ganaría por 3,7%, en Pennsylvania por 4,9% y en Michigan por un 7,1%. Sólo en Iowa, ganaría Trump, por apenas un 0,4%.
El debate de ayer fue el primero de tres que se celebrarán antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre. Los dos siguientes serán los jueves 15 (en Miami, Florida) y 22 de octubre (en Nashville, Tennessee), este último a apenas 12 días de los comicios. Además de esto, el miércoles de la semana que viene se medirán en un cara a cara en Salt Lake City, Utah, los candidatos vicepresidente: el actual en el cargo, Mike Pence, y la demócrata Kamala Harris.
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