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Protestas en Bielorrusia Denuncias de fraude electoral, más de 6.000 detenidos, dos muertos: una semana de protestas en Bielorrusia

Miles de bielorrusos se han echado a la calle los últimos días tras las denuncias de la oposición contra la reelección de Lukashenko, que acumula 26 años en el poder.

EFE
Bielorrusos asisten a una manifestación en contra de la brutalidad policial y los resultados de las elecciones presidenciales en Minsk, Bielorrusia. /EFE /EPA/YAUHEN YERCHAK

Más de 6000 detenidos. Heridos de porras, balas de goma e incluso de armas de fuego. Dos muertos entre los manifestantes. Agentes de la policía atropellados. Ese es el balance desde el pasado domingo en Bielorrusia. Las protestas se han producido en hasta 33 ciudades de Bielorrusia, entre ellas Hrodna, Brest, Mahiliou y la capital, Minsk.

El pasado domingo se celebraron elecciones en Bielorrusia en las que Lukashenko ganó por sexta vez consecutiva unas presidenciales. La Comisión Electoral Central dio la victoria al actual presidente, que lleva 26 años en el poder y con esta victoria llegaría a los 31.

La oposición denunció las elecciones por fraude. Por ejemplo en algunas colegios electorales de Minsk, la participación fue de más del 100%. Desde el mismo día de las elecciones, con los sondeos a pie de urna recién salidos, miles de personas se concentraron en diferentes ciudades para protestar por lo que consideraban unas elecciones fraudulentas. La concentración más grande fue en Minsk, la capital.

Según explica Rita, de Tarasovo, en los alrededores de Minsk, cuando acabó la jornada electoral en su ciudad había ganado Tsikhanovskaya. Cuando quiso compartir la noticia con amigos de la capital, no pudo ponerse en contacto con ellos porque había cortes de internet, y era imposible acceder a la ciudad, las fuerzas de seguridad habían cortado todas las carreteras. Ese día se produjeron los primeros enfrentamientos entre policía y manifestantes.

Miembros de las tropas del Ministerio del Interior de Bielorrusia montan guardia durante una manifestación en apoyo de la oposición bielorrusa. /EFE
Miembros de las tropas del Ministerio del Interior de Bielorrusia montan guardia durante una manifestación en apoyo de la oposición bielorrusa en Minsk. /EFE/EPA/YAUHEN YERCHAK

A pesar de la violencia policial de la noche del domingo, esto no amedrentó a los manifestantes y llevó a más gente a protestar en diferentes lugares del país. En algunas localidades, las protestas se llevaron a cabo sin ningún tipo de incidente, porque la policía decidió no detener a nadie, mientras que en otros, como por ejemplo Minsk la policía usó cañones de agua, granadas cegadoras, balas de goma y fuego real. El uso de munición auténtica ha sido poco habitual, aunque ha sido confirmado por el Ministerio del Interior bielorruso. En respuesta los manifestantes levantaron barricadas y algunos manifestantes atropellaron a agentes de la policía con sus vehículos.

El miércoles por la mañana salieron algunos detenidos de las cárceles bielorrusas. Algunos de ellos fueron liberados porque necesitaban atención médica. Según explica Rita algunos de sus amigos en la prisión denunciaron que en los tres días que estuvieron "no recibieron ni agua ni comida". Comenta que están asustados porque aún les espera un juicio y les pueden dar entre cinco y diez años de cárcel.

Además también explica que hay gente que ha perdido miembros por los disparos de goma recibidos. Cuando los proyectiles impactan en algunos tejidos, de forma excepcional puede provocar gangrena si no se recibe atención médica. En esas circunstancias, los médicos se ven obligados a amputar un miembro. Se desconoce el número de casos de pérdidas de brazos y piernas que se han producido tras recibir un disparo de una bala de goma durante las manifestaciones.

Durante esta semana han muerto por lo menos dos manifestantes por las protestas. El primero de ellos, de manera oficial murió por la explosión de una granada cegadora que intentó tirar a la policía. Medios opositores aseguran que murió por un disparo de los antidisturbios, presentan un video en el que se puede ver un agente disparando. El segundo, falleció en la cárcel mientras estaba en custodia policial.

Para dirigir un mensaje a la población del país, la policía realizó un video con algunos de los detenidos, que se emitió en la televisión estatal bielorrusa. En él se puede oír a un hombre con voz distorsionada que pregunta a un grupo de jóvenes cercanos a los 20 años "¿Vais a seguir con la revolución?". Estos aseguran con miedo que no, no seguirán con la revuelta.

Cambio de actitud

Después de días de violencia policial y detenciones, han salido en las redes sociales múltiples vídeos de policías y soldados tirando su uniforme a la basura como símbolo de protesta. Algunos de ellos aseguran que "sirven al pueblo" o que se avergüenzan de lo que está pasando en las calles. Hay también imágenes de miembros de las fuerzas de seguridad que aunque no abandonan el cuerpo, afirman que se negaran a obedecer "órdenes criminales".

Hay el ejemplo del alcalde de Zhodino, en el centro del país, que aseguró a sus ciudadanos que los OMON (policía antidisturbios) de la localidad no les pegarían o el jefe de policía de la ciudad de Borovlyany, un pueblo del norte, que prometió no detener a los manifestantes y les deseó un buen día.

En la televisión estatal bielorrusa también ha habido "deserciones". Presentadores de la cadena, algunos de ellos históricos defensores de Lukashenko y sus políticas, han dimitido. Nombres conocidos en Bielorrusia como Evgeny Perlin, muy conocido en Bielorrusia, ha renunciado a su puesto de trabajo para protestar por la violencia policial. Los periodistas opositores en cambio, han visto como la policía les golpea y dispara bolas de goma aunque estén debidamente identificados.

Al principio las protestas principalmente eran en Minsk y otras ciudades grandes pero conforme pasaban los días, la gente de poblaciones más pequeñas también salía a protestar. También destaca que entre los protestantes hay cada vez más trabajadores de grandes fábricas de propiedad estatal como Belaz, de camiones, la fábrica técnico-eléctrica de Minsk o Keramik, de cerámica. Buena parte de las industrias nacionales están paradas o a medio rendimiento por las huelgas. Los trabajadores suelen asistir a las protestas con sus uniformes de trabajo, y suelen decir "Lukashenko vete". Desde que los trabajadores se sumaron a las protestas, ha habido menos enfrentamientos en las calles entre manifestantes y policía.

No hay constancia de ningún movimiento popular en las calles que defienda o se posicione a favor del actual presidente en ninguna parte del país.

Cárceles sobrepobladas

Hay tantos detenidos, más de 6000, que en algunas ciudades como Grodno, al oeste del país, se los llevan a pabellones o a dependencias del ejército. La mayor parte de los arrestados se encuentran en Minsk. Los que han conseguido salir han sido recibidos por voluntarios, que les han traído agua y comida y les traían a casa. Algunos de ellos han denunciado malos tratos, como meter 30 personas en una celda destinada a cuatro personas o palizas. Hay una chica que explicaba ante los medios que 10 policías la amenazaron con golpearla y violarla. Muchas personas no saben donde están encerrados sus familiares o amigos y hasta el viernes no se abrió un número de teléfono donde poder preguntar eso a las autoridades.

Es el caso de Natalia, de Minsk. Asegura que hace días que no puede contactar con sus amigos. Esta mujer vio como detenían a algunos de sus amigos cuando se encontraban en la sede electoral de la candidata opositora Sviatlana Tsikhanovskaya el pasado domingo. Vio como los "provocadores" (como ella define a los antidisturbios) se los llevaban. Lamenta que no sabe ni en qué cárcel están para poder visitarles o esperarles cuando salgan. Por ahora está a la espera de saber alguna cosa de sus amigos. Natalia ha ido a las marchas de las mujeres de blanco, que hacen cadenas humanas para pedir el fin de la violencia policial y llevan flores en el centro de Minsk.

Daria, de Brest, al oeste del país, explica que el domingo de las elecciones se encontraba paseando por la ciudad junto a su hijo y su marido cuando se encontró una manifestación en el centro de la ciudad. "Tenía miedo al verlo con mis propios ojos".

Según explica esta mujer de mediana edad, fue testigo de como la policía de su ciudad detenía a diversas personas, "a algunas de ellas les golpeaba". En el día de las elecciones y el posterior es cuando se detuvieron a más personas, cerca de 5000. Debido al miedo que pasó, decidieron irse de la ciudad temporalmente. Al tener un hijo de solo tres años estaba preocupada por él. Tras irse de Brest, sigue la actualidad a través de redes sociales y de amigos que aún se encuentran en la ciudad.

Respuesta desde arriba

Alexander Lukashenko aseguró el lunes que la mayor parte de los detenidos eran gente drogadicta y sin trabajo. También criticó a los trabajadores que hicieron huelga en respuesta a la violencia policial de estos días. El viernes culpó a Polonia, Países Bajos, al opositor ruso Alexey Navalny y a Ucrania de "ingerir en Bielorrusia" y pidió a sus ciudadanos que no fueran "carne de cañón".

El Ministro del Interior, por su parte, ha pedido disculpas públicas. "Asumo la responsabilidad y me disculpo por las lesiones de personas al azar en las protestas". También desde el gabinete, el ministro de Sanidad llamó a parar la violencia, aseguró que "las vidas y la salud de nuestros ciudadanos no tiene precio".

Desde la misma capital bielorrusa, los embajadores de la Unión Europea en el país (España no tiene embajada), el jueves dejaron flores en el lugar donde murió el primer manifestante y pidieron un cese de la violencia policial.

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