Este artículo se publicó hace 13 años.
El Sáhara no se olvida del asalto al campo 'Dignidad'
El Aaiún recuerda el primer aniversario del violento desmantelamiento
"Un año después no olvidamos". Ese es el sentir generalizado de la población saharaui en el primer aniversario del brutal desmantelamiento del campamento Gdaim Izik a las afueras de El Aaiún, la capital del Sáhara Occidental, por parte de las Fuerzas de Seguridad marroquíes.
En la madrugada del 8 de noviembre de 2010, los cuerpos de seguridad entraron por la fuerza al campamento. Con gases lacrimógenos y a disparos, echaron abajo las 7.000 jaimas (tiendas de campaña), que la población saharaui había instalado un mes y medio antes. El objetivo de los ciudadanos de Smara, Dajla, Bojador y El Aaiún era reclamar de forma pacífica mayores medidas sociales y económicas, que nada tenían que ver con la independencia territorial.
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Varios de los integrantes del campamento no se cansaron de repetir que sólo pedían "acceso a una vivienda, puestos de trabajo, educación para sus hijos y derechos a los recursos naturales de la zona, como los fosfatos y la pesca", cuyos beneficios, denuncian, todavía les están vedados.
Las reivindicaciones congregaron a 20.000 personas organizadas en comités en una verdadera ciudad, bautizada Campamento de la Dignidad. Su desmantelamiento supuso el conflicto más grave en la excolonia española en los últimos 20 años, con la muerte de 13 personas, entre ellos dos civiles saharauis y 11 agentes marroquíes.
Los enfrentamientos no se limitaron al campamento. Los familiares de los heridos salieron a las calles de El Aaiún, dando comienzo a varios días de revuelta saharaui. "Se produjeron detenciones arbitrarias, torturas, allanamientos de viviendas de la población saharaui por civiles marroquíes incitados por las autoridades", denuncia la Asociación Saharaui de Defensa de Derechos Humanos.
El aniversario coincide con la Fiesta del Sacrificio, por lo que ayer se vivió un día tranquilo en todo el Sáhara. Sin embargo, El Aaiún amaneció con pintadas sobre el campamento y otras que reclaman la independencia.
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El activista Ahmed Brahim explicó a Público desde la capital del Sáhara que "ya se observa la presencia de patrullas de militares y policías" y se preven manifestaciones. La primera ya se celebró sin altercados la noche del domingo en una avenida de El Aaiún.
Todos los ciudadanos que paseaban ayer por la ciudad coincidían en que las relaciones entre marroquíes y saharauis "se han deteriorado" después del desmantelamiento del campamento. "La relación es de hermandad y fraternidad, los colonos de los territorios ocupados, como hemos visto últimamente, son un arma que utilizan las fuerzas marroquíes contra los ciudadanos saharauis", agrega Brahim.
El último conflicto se originó en septiembre en la ciudad de Dajla a raíz de un partido de fútbol que desencadenó en una batalla campal entre marroquíes y saharauis. Los enfrentamientos, en los que según activistas participó también la Policía, causaron siete muertos y una veintena de heridos. "La nueva situación es mucho más explosiva, no hay confianza entre la gente, los niños no jugaron juntos nunca más", asegura a este diario un ciudadano de El Aaiún.
Once personas murieron en el suceso más grave en la zona en 20 años
En la actualidad, 24 activistas del Campamento de la Dignidad siguen en prisión preventiva esperando todavía a ser juzgados, pese a que la ley impide que el proceso se demore más de un año. Dos de ellos fueron detenidos antes del desmantelamiento y el resto durante los disturbios. Todos comenzaron hace una semana su cuarta huelga de hambre para denunciar que, pese a ser presos civiles, serán juzgados por un tribunal militar y reclamar mejores condiciones de reclusión.
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