El expresidente francés Nicolas Sarkozy y otras doce personas enfrentarán un juicio por presuntamente ocultar los fondos entregados por el régimen de Muamar Gadafi para su campaña electoral de 2007, según anunció la Fiscalía este viernes. Se espera que el juicio comience en 2025.

Sarkozy, que sigue siendo una figura importante de la política francesa aunque ya no ocupa ningún cargo electo, siempre ha negado las acusaciones. "No hay ni el más mínimo atisbo de prueba", dijo en una entrevista en 2018.

El expresidente conservador, en el cargo entre 2007 y 2012, podría enfrentarse a hasta 10 años de cárcel si es condenado por el caso. También está luchando contra varios otros casos legales.

Sarkozy, quien ya fue condenado a tres años de prisión por corrupción y tráfico de influencias, ahora se enfrenta a otro proceso que podría resultar en una condena de más de diez años. Se enfrentará a cuatro cargos que incluyen corrupción pasiva, asociación criminal, financiación ilegal de campaña y encubrimiento de la malversación de fondos libios.

Además del expresidente, el juicio también buscará esclarecer las presuntas responsabilidades de exministros como Claude Guéant, Brice Hortefeux y Éric Woerth y el turbulento hombre de negocios y marchante de armas Ziad Takieddine, quien actuaba de intermediario en el proceso.

La investigación se inició en 2013 cuando uno de los hijos de Gadafi reveló la conexión financiera de su padre con el entonces candidato presidencial. Según información de la Inteligencia libia publicada por 'Mediapart', la suma de los fondos ascendía a 50 millones de euros.

La primera condena de Sarkozy tuvo lugar el 1 de marzo de 2021, y se convirtió en el primer expresidente francés en recibir una pena de prisión efectiva, con tres años de prisión, de los cuales dos fueron suspendidos y el tercero se cumplirá bajo arresto domiciliario, por cargos de corrupción y tráfico de influencias.

El 30 de septiembre de 2021 Sarkozy fue, además, condenado a un año de cárcel, que podría cumplir en arresto domiciliario si se confirma en apelación, por la financiación ilegal de su campaña presidencial de 2012, en la que fue derrotado por el socialista François Hollande.