¿Cómo vivir más años sin perder calidad de vida?
Los programas de ejercicio personalizados deben ser tan esenciales como un tratamiento farmacológico a todas las edades, pero especialmente en la atención a los adultos mayores
Mikel Izquierdo (The Conversation)
Pamplona--Actualizado a
Con el aumento de la esperanza de vida, surge una pregunta clave: ¿cómo vivir más años, sin perder calidad de vida? El Consenso Global sobre Recomendaciones Óptimas de Ejercicio para Mejorar la Longevidad Saludable en Adultos Mayores ofrece una respuesta contundente: el ejercicio físico no es un complemento, sino un pilar de tratamiento.
Respaldado por décadas de investigación y la colaboración de expertos de 40 países, el documento propone un cambio de paradigma: los programas de ejercicio personalizados deben ser tan esenciales como un tratamiento farmacológico a todas las edades, pero especialmente en la atención a los adultos mayores. No se trata de añadir años a la vida, sino de garantizar que esos años se vivan con autonomía, energía y bienestar integral. Además, proponen estrategias concretas para combatir la fragilidad, mantener la independencia y reducir los costos en el sistema de salud.
De las caminatas al entrenamiento de fuerza
La relación entre ejercicio y envejecimiento saludable no es una idea nueva. Desde la década de 1970, estudios epidemiológicos han demostrado que el ejercicio regular reduce el riesgo de enfermedades crónicas como las dolencias cardiovasculares, la diabetes y la osteoporosis. Sin embargo, las recomendaciones genéricas, como “camine 30 minutos” o “sume 10.000 pasos diarios”, han quedado obsoletas para adultos mayores con condiciones de salud complejas.
Programas de ejercicio pueden añadir hasta diez años de vida saludable
Estudios recientes revelan que el entrenamiento de fuerza progresivo –con pesas o máquinas– es clave para preservar la función muscular, cuya pérdida acelera la fragilidad. El problema, advierten los expertos, es que muchos programas actuales fallan por dosificación insuficiente. “Al igual que ocurre con los fármacos: si la dosis es baja, el efecto es nulo. En algunos casos, el ejercicio prescrito es tan ligero que equivale a un placebo”, explica el informe. Algo que sería inaceptable en el ámbito farmacológico.
Compresión de la morbilidad: más años saludables
Uno de los mensajes clave del consenso es el concepto de compresión de la morbilidad: acortar al máximo los años de discapacidad en la vejez y maximizar los años de vida con buena salud. Según la evidencia, programas estructurados de ejercicio pueden añadir hasta diez años de vida saludable, superando los beneficios de muchas intervenciones farmacológicas.
El consenso abandona las recomendaciones universales y enfatiza la importancia de planes individualizados, que incluyen: Evaluación integral: Determinar el estado de salud, capacidades y riesgos individuales; Programas estructurados: Incluir ejercicios aeróbicos para la salud cardiovascular, entrenamiento de la fuerza y potencia muscular para fortalecer músculos y entrenamiento de equilibrio para prevenir caídas; Objetivos centrados en el paciente: Diseñar planes adaptados a las preferencias individuales para aumentar la motivación y la adherencia; Programas multicomponentes: Integrar tareas físicas y cognitivas para fortalecer la agudeza mental y la resiliencia.
Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation.
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