Las artistas del cómic denuncian más machismo aún en su sector que en el del fútbol
La nominación a los premios Crítica de la Editorial Dolmen, en los que todos los nominados eran hombres, abre un debate en redes sobre la invisibilidad de las mujeres artistas y la necesidad de la paridad en jurados y premios.
Marisa Kohan
Madrid-Actualizado a
Las mujeres del cómic están que trinan. Denuncian que a pesar de que existen cada vez más mujeres ilustradoras que producen obras de gran calidad, su trabajo permanece aún invisibilizado y que siguen relegadas de los premios y los espacios públicos. Ellos, los hombres, lo ocupan todo. La situación, denuncian, es incluso peor que en el fútbol.
Sus críticas arreciaron a partir de que se conociera que los premios de la Crítica de Dolmen Editorial para este año. El anuncio de la editorial hecha pública este pasado viernes listaba como finalistas de las distintas categorías sólo a hombres y ninguna mujer. Este lunes, David Rubín, uno de los nominados a tres de las categorías (mejor obra, mejor guion y mejor dibujo nacional) anunció en sus redes sociales que renunciaba a las nominaciones. Entre los motivos, explicados en un hilo de su cuenta de X (antiguo Twitter) afirmó que "toda esa ilusión y alegría que me invade por tal reconocimiento se ve empañada por el hecho de ver que en dichas candidaturas no hay ni una sola AUTORA nominada, algo que considero injusto máxime habiendo leído varias obras de autoras que podrían perfectamente optar a ellos".
El artista añade que "llevamos 23 años en el siglo XXI y creo que hay que ir sacudiéndose prejuicio y teniendo claro todos que no es correcto dejar a un lado e invisibilizar el trabajo de muchas autoras que, en los últimos años han firmado alguna de las mejores obras del comic español".
Tras sus pasos, Nadar, otro de los nominados, también decidió apearse, dejando una amplia reflexión en la que afirma "tener sentimientos encontrados" y malestar "por tener que posicionarse de forma maniquea". En su cuenta de X (antiguo Twitter), añadió que "el jurado ha tomado una decisión que no comparto. Me inclino a pensar que responde más a los despistados gustos personales de sus implicados que a una verdadera pulsión discriminatoria. El caso es que es un disparate, por desgracia, nada novedoso".
La invisibilidad de las mujeres
El paso el frente de los nominados no ha acallado las críticas de muchas ilustradoras, sino por el contrario ha reabierto un debate sobre la invisibilidad de las mujeres en la industria del cómic. Critican que, si bien la su actitud es loable, la atención que ha levantado sigue estando centrada en ellos y no en visibilizar las dificultades de las mujeres en la industria. Diversos artículos periodísticos y comentarios en las redes, denuncian, están centrados en la figura del hombre que decidió renunciar, pero no en la situación de las artistas ni en la denuncia de una industria terriblemente masculinizada.
La ilustradora Carla Berrocal denuncia que el cómic "es un mundo masculinizado. Tanto o más que el del fútbol y hay miedo entre las autoras a la hora de exponerse. Las que recibimos las críticas y presiones somos nosotras y encima nos piden que les hagamos pedagogía feminista. ¡Vente aprendido desde casa! Si no entiendes, lee sobre feminismo o practica la empatía", concluye.
"Me sorprendió mucho que felicitaran a Rubín por la renuncia. No digo que su gesto no estuviera bien. Pero no es consciente de su privilegio y debería haber cedido antes el altavoz a sus compañeras. En este sentido pongo en valor acciones como la de Sara Jotabé y su hashtag #hablemosdeautoras que pone en valor el trabajo de las mujeres historietistas", añade Berrocal.
Esta artista, miembro del Colectivo Autoras de Cómic que surgió precisamente para luchar por la igualdad real y efectiva en un mercado tradicionalmente dominado por hombres, encuentra "increíble el colectivo y las autoras llevemos denunciando esta situación desde hace años y viene un señor y hace un espectáculo de la renuncia para que se nos haga caso". En un mensaje en X, Berrocal abundaba en el hecho de "que la noticia sea que un autor renuncia a una nominación vuelve a poner el foco en ellos. Si se renuncia, que sea desde el silencio, sin ocupar más espacio. En el mundo del cómic ha habido y hay muchas autoras que hemos peleado mucho por la igualdad".
La artista Marina Vidal, que dio la voz de alarma sobre la insistencia de mujeres en los galardones propuestos, mostró su incredulidad en su red social X: "No puede ser que nadie se diera cuenta de que no había el nombre de una mujer entre nominaciones. Y lo que no puede ser es que se hagan eco de la renuncia pero no del problema de base", es decir, de la discriminación.
"No podemos mirar hacia la luna y quedarnos en el dedo"
"Personalmente opino que tanto Rubín como Nadar y los otros compañeros que se han retirado, han hecho lo correcto. El problema es cuando en vez de mirar a la luna nos quedamos con el dedo que la señala, nos centramos en un compañero en vez de, otra vez, poner el acento en el verdadero problema y es que todavía queda mucho trabajo por hacer", comenta a Público la ilustradora de cómics Genie Espinosa.
Para esta artista, no sirve el silencio de los compañeros en un caso en el que "todos los nominados son hombres", como tampoco sirve "darle visibilidad y reconocimiento a un autor por hacer lo que se supone que deberíamos hacer los compañeros de profesión, que es trabajar juntos por mejores condiciones en esta profesión. Y eso no podrá conseguirse hasta que no se revisen privilegios y se entienda que a veces, hay que hacer que el foco justamente señale en otra dirección", añade Espinosa.
Todas las artistas consultadas resaltan el hecho de que cada vez hay más mujeres en el mundo del cómic con un listón muy alto y con publicaciones en todos los mercados. El problema, insiste Espinosa, es "cómo se nos invisibiliza desde el jurado que no tiene en cuenta ningún tipo de paridad (ya sea por desconocimiento voluntario de autoras nacionales o el desinterés en informarse sobre las mismas). No somos pocas, ocupamos stands, firmas, charlas, talleres, museos pero sigue pareciendo muy fácil hacer ver que somos pocas o que no existimos. Esperamos que, a estas alturas, tanto a compañeros de profesión, editoriales, jurado y público lector les parezca incomprensible que no haya ni un solo nombre de mujer en nominaciones a premios y que se quejen y lo visibilicen tanto como intentamos nosotras", abunda Espinosa.
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