La Policía Nacional ha liberado este martes a una quincena de mujeres víctimas de dos organizaciones criminales dedicadas a la trata de personas con fines de explotación sexual que operaban en la Región de Murcia y en Almería. Por el momento, de las 16 personas detenidas -15 en Murcia y una en la provincia andaluza-, siete han ingresado en prisión provisional.

Las mujeres explotadas, procedentes de países sudamericanos como Colombia y Ecuador, eran reclutadas mediante engaños y trasladadas a España, donde se les obligaba a prostituirse.

En la intervención han sido registrados siete edificios que se utilizaban como prostíbulos así como tres domicilios. Han sido confiscados 29.000 euros y 5.000 dólares en metálico, dos vehículos, varios cantidades de droga -cocaína, marihuana y hachís-, cámaras y otros dispositivos electrónicos y documentación con información relevante para el caso.

La investigación comenzó gracias a una alerta que denunció el caso a través del correo trata@policía.es, perteneciente al Servicio de Atención a las Víctimas de Trata de Seres Humanos de la Policía Nacional.

El mensaje llegó a la vez que varias personas denunciaron ante el cuerpo policial ser víctimas de dichas redes criminales. Así, se abrió una investigación a través de la que el Juzgado de Instrucción número uno de Lorca y varios agentes pudieron confirmar la existencia de dos organizaciones criminales, una asentada en Murcia y otra en Lorca, dedicadas a la trata de mujeres para su posterior explotación en prostíbulos ubicados en diferentes localidades de la Región de Murcia y Almería.

Según el comunicado de la Policía Nacional, ambas organizaciones actuaban de manera independiente, pero su modus operandi era muy parecido. Las mujeres a las que engañaban se encontraban siempre "en situación de vulnerabilidad y necesidad económica".

Después, las ayudaban a poner todo en orden para poder viajar, un traslado que financiaban económicamente y para el que facilitaban el paso de fronteras. "Una vez en España, las trasladaban a los diferentes prostíbulos que regentaban donde les informaban del verdadero trabajo a desempeñar", ha añadido la Policía.

Víctimas de explotación sexual

En muy pocos casos se libraban de ser explotadas sexualmente. Las mujeres eran controladas a través de dispositivos de videovigilancia, sometidas a unas condiciones abusivas e intimidatorias y obligadas a no rechazar ningún servicio que se les presentase. Tampoco podían abandonar la vivienda sin pedir permiso.

Durante la prostitución, de la cual recibían el 50% de los beneficios, eran obligadas a consumir sustancias estupefacientes. En el caso de Lorca, "los explotadores rotaban a las víctimas entre los prostíbulos cada 15 días para garantizar a los clientes disponer de mujeres nuevas", han afirmado las autoridades.