Opinión
No es un acuerdo, es una rendición

-Actualizado a
Nada en la firma del Acuerdo Económico entre la UE y EEUU es satisfactorio para Europa. Ni la imagen con una Von der Leyen sumisa ante un triunfante Donald Trump, ni el fondo del acuerdo pueden satisfacer a Europa. Las previsiones más pesimistas sobre hacia dónde se encamina una Unión Europea entregada a un rearme absurdo cobran cada vez más fuerza.
Uno de los aspectos más críticos del actual giro de la UE tiene que ver con las políticas energéticas y el abandono del Pacto Verde Europeo. Von der Leyen ya dio muestras de su falta de sensibilidad ambiental con el asunto de la desprotección del lobo (una política que comenzó, dicen, cuando un lobo incauto mató al pony favorito de la política alemana), pero alcanza sus máximos con este pacto infame.
Veamos: la UE adquirió el compromiso de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero al ritmo requerido por la ciencia, que suponen un 55% de reducción para el año 2030. Para el cumplimiento de estos objetivos se forjaron una serie de acuerdos que se concretaban en 13 directivas, lo que se llamó el Pacto Verde. Desgraciadamente, estas políticas se empezaron a descafeinar muy pronto, cuando se declararon al gas y la energía nuclear como energías verdes. Ese fue el comienzo de una deriva que cada vez aleja más a Europa del liderazgo global en materia de lucha contra el cambio climático. No cabe duda de que la influencia del negacionismo ultraderechista que inspira Donald Trump está teniendo una influencia decisiva en las políticas europeas.
Pero lo que han acordado Trump y Von der Leyen en materia energética rebasa los límites de lo previsible y está, por supuesto, muy lejos de lo aceptable. Europa se compromete a importar en tres años Gas Natural Licuado (GNL), petróleo y combustibles nucleares, por valor de 750.000 millones de dólares. Con este acuerdo, la UE da un portazo definitivo a sus políticas contra el cambio climático y el pacto verde. Pero la gravedad del asunto va más allá, puesto que compromete el futuro energético europeo a una dependencia del 70% de los Estados Unidos. El otro gran compromiso del acuerdo es que Europa gastará 600.000 millones de dólares en comprar armamento a EEUU.
En materia energética, entender cómo se puede llevar adelante un pacto de esta magnitud, ya que no son los Estados los que compran el combustible, sino las empresas. Pero la suerte está echada, y parece que no tiene marcha atrás. Y no cabe duda de que EEUU ejercerá todas las vías posibles para obligar a Europa a cumplir con ese compromiso inasumible.
Llama la atención el apoyo del Gobierno español a este acuerdo indecente y la tibieza en su crítica: Sánchez respalda el acuerdo entre la UE y EEUU, y luego manifiesta que lo hace "sin ningún entusiasmo". Dado el contenido de este acuerdo, sería de esperar una oposición firme por parte del Gobierno español, pero estamos ante una nueva decepción de las políticas del Gobierno PSOE/Sumar.
Cabe recordar que toda esta enorme cantidad de dinero provendrá de recores en todo el resto de políticas europeas, con consecuencias imprevisibles para el futuro de la UE, y sobre todo de sus habitantes.
Es cierto, como decía Von der Leyen, que Europa es el mayor mercado del mundo. Precisamente por eso llama la atención la humillante rendición de Europa ante los Estados Unidos. Con ese pacto se desmontan automáticamente las políticas climáticas europeas que han tardado décadas en construirse. El daño que se está haciendo al proceso global de lucha contra el cambio climático es impresionante, precisamente cuando nos acercamos a la COP30, en la que los países deben mostrar sus compromisos de reducción de emisiones. El negacionismo ha dado un paso de gigante con este acuerdo. Solo nos queda la movilización social para hacerle frente. Si no lo frenamos, Europa será un mero apéndice de las políticas trumpistas.
Comentarios de nuestros socias/os
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros socias y socios, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.