Opinión
Y ahora, ¿qué hacemos con el PSOE?

Militante socialista. Miembro del Comité Director del PSOE de Andalucía.
-Actualizado a
Estoy seguro de que si hay una pregunta que se repite en la mente de todos los y las militantes socialistas en estos momentos esa es: y ahora, ¿qué hacemos en el PSOE? Llevo semanas pensándolo y la conclusión que he sacado es que no hay soluciones simples ni es sólo una pregunta sino al menos tres las que hay que responder: ¿qué hacemos con el Gobierno?, ¿qué hacemos con el partido?, y ¿cómo revertimos la percepción ciudadana sobre el PSOE? Voy con la primera.
1ª ¿Qué hacemos con el Gobierno?
En estos momentos, la realidad es que somos un partido que ha estado gestionado por dos corruptos, Ábalos y Cerdán, y eso produce un daño reputacional para el PSOE que, aunque aún no es evaluable porque necesitamos varias remesas de encuestas para estimar su impacto electoral, mi intuición es que podría llevarnos a perder entre 3 y 5 puntos porcentuales de apoyo electoral. Eso haría que cualquier convocatoria electoral a corto plazo nos mandara a la oposición y que España acabase con un Gobierno del PP y la extrema derecha.
Para determinadas élites de poder nacional e internacional y para determinados intereses económicos, sacar a la izquierda de Moncloa sería ideal, pero las condiciones económicas y de política internacional nos dicen que el PSOE debe seguir en el Gobierno por el bien de los y las españolas. No debemos convocar elecciones, porque lo estamos haciendo económicamente muy bien, porque nos estamos convirtiendo en un referente en momentos de zozobra internacional y porque en este momento se están tramitando cambios legislativos imprescindibles que sí tenemos mayoría en el Congreso de los Diputados debemos sacar adelante.
Pero, además, ¿quién convocaría unas elecciones anticipadas para perderlas?, ¿estamos locos o tontos? Quien quiera hacer caer el Gobierno, sea de la oposición o de la actual mayoría parlamentaria, que presente o apoye una moción de censura, es fácil y rápido. De lo contrario nos toca aguantar la ofensiva de jueces, eléctricas, Israel, …, de la coalición de "el que pueda hacer que haga". De esos que no se quieren enterar que el problema de que no gobierne la derecha son ellos mismos, pues si la derecha castellana, catalana y vasca consiguieran no matarse entre sí, volviendo a atraer al redil al voto bronca antisistema de Vox y Junts, ya llevarían tiempo gobernando. En eso deberían empeñarse y no en intentar hacer caer al Gobierno a cualquier precio.
Alguno/a me dirá: vale, pero que no siga Pedro. Y yo le diré: "¿Me dices cuánto tendríamos que pagar para que la mayoría que votó a Pedro vuelva a votar 'sí' a otro presidente/a socialista?" Conseguir el voto favorable sin costes adicionales solo sería factible en una situación de extrema gravedad, para un Gobierno de concentración de izquierdas y nacionalista que tendría menos esperanza de vida que el actual. Lo siento, pero no lo veo, solo veo, por ahora, la solución de seguir para adelante hasta que haya una moción de censura que nos tumbe.
2ª ¿Qué hacemos con el partido?
El daño reputacional y sus efectos electorales no es el único daño del paso de Ábalos y Cerdán por la secretaría de organización del PSOE, de hecho, para mí, el mayor daño que han hecho para nuestro futuro ha sido haber acabado con la democracia interna en el partido. Estos tipos han eliminado de facto las primarias subiendo desproporcionadamente los avales, del 1% (federal), 2% (regional) y 3% (provincial) del 39 Congreso, al 10% (federal), 12% (regional) y 15% (provincial) del 4 y el resultado ha sido que casi la totalidad de secretarios/as generales regionales y provinciales actuales no han sido votados ni directa ni indirectamente, han obtenido el cargo presentando una instancia. Esa falta de legitimación democrática real va a complicar nuestra reacción, tiempo al tiempo. Pero más daño nos va a hacer el que estos sátrapas hayan acabado con la participación de la militancia en la elección de los delegados a los congresos federales. De hecho, en el 41 Congreso Federal, creo que únicamente los delegados de Cantabria fueron votados por la militancia, en el resto de provincias solo hubo una lista, otro papelito presentado por la cabeza de lista de cada provincia y ya eran delegados/as al congreso federal. La consecuencia es que, en estos momentos, cuando estamos al borde del colapso interno, es imposible, con la actual normativa, organizar un congreso federal con participación democrática de la militancia.
Siendo imposible garantizar un congreso federal de delegados democráticamente elegidos creo que lo mejor para el partido sería convocar para la vuelta de vacaciones una Conferencia Política y de Organización, muy amplia, con delgados elegidos en listas abiertas. La misma debería debatir sobre la salida de esta situación y, sobre todo, diseñar unas nuevas normas internas que nos devuelvan la democracia interna perdida. Diseño que creo debería incluir el fin de los avales y sobre todo sobre restablecer las incompatibilidades.
En efecto, creo que el futuro del PSOE pasa por recuperar las incompatibilidades. Pedro Sánchez se equivocó nombrando ministro a Ábalos, cuando era secretario de organización del PSOE, y a partir de ese error no ha parado de perseverar en el error, entrelazando partido y Gobierno. Montero, Bolaños y Puente en la Ejecutiva Federal, una derrama de ministros/as como secretarios/as generales regionales en la Comunidad Valenciana (Morant), Madrid (López), Andalucía (Montero), Aragón (Alegría). Es muy cómodo para el líder controlar el partido colocando a aquellos/as que puedes cesar como ministros y que los has puesto con tu dedo, los manejas a tu antojo y no tienes problemas. No obstante, mezclando Gobierno y partido acabas con la crítica interna y con ello destruyes la esencia del socialismo y terminas viviendo en un mundo irreal y, además, el día que cae el Gobierno el partido se hunde.
Este proceder se ha expandido por todos niveles del partido y ha paralizado absolutamente la acción política interna. Recuerdo que durante la década de los 90 los/as militantes del PSOE peleamos hasta la extenuación por las incompatibilidades, "un/a socialista un cargo" era el lema, avanzamos mucho, pero la etapa Pedro nos ha devuelto a la casilla de salida y aquí nos vemos con militantes por doquier que duplican, triplican o cuadruplican cargos y que acaban haciendo lo que no deben y no haciendo lo que deben.
Pues bien, terminada la conferencia política la ruta debería ser: modificación de estatutos y normas por parte del Comité Federal y convocatoria de Congreso Federal Extraordinario para la elección de nueva Ejecutiva Federal. ¿Con primarias o sin primarias para elegir a un nuevo secretario general? Pues no lo sé, con Felipe González el PSOE cambió su tradición, hasta la II República partido y Gobierno iban separados, pero Felipe nos llevó a un partido cesarista. Yo utilizaría este momento de turbulencias para acabar con ese cesarismo, diseñando un partido separado del Gobierno y así volver al PSOE original. En todo caso debería ser la conferencia la que lo decidiese, aunque, para que no digan que no me mojo, doy mi opinión sobre si Pedro debe seguir de secretario general: Pedro Sánchez ha sido y es un muy buen presidente del Gobierno, pero un mal secretario general del PSOE y ha perdido mi confianza para pilotar el partido. No creo que deba continuar.
3ª ¿Cómo revertimos la percepción ciudadana sobre el PSOE?
Bien, la situación es que el marco de la corrupción política es el predominante en estos momentos, va a seguir siéndolo durante meses y aunque salgan las sentencias de los juicios de corrupción del PP siempre va a hacernos más daño a nosotros, incluso aunque no salieran más problemas e implicados/as del caso Ábalos-Cerdán, cosa improbable. Partiendo de esta situación y dado que la oposición y todos sus medios y apoyos van a trabajar en el sentido de que ese marco sea permanente, es imprescindible generar una estrategia para afrontarlo.
Hay quien piensa que la forma de combatirlo pasa por adoptar medidas drásticas anticorrupción, en el entendido de que si los ciudadanos perciben una lucha constante y sincera podremos no perder en el marco de la corrupción. El problema es que los que dicen eso no dicen cuáles son esas medidas drásticas que pudieran tener la repercusión requerida. Mi percepción es que los ciudadanos/as lo que quieren es castigo, lo que está en manos de la justicia y tarda tiempo, y sobre todo que devuelvan el dinero robado. Lo mismo habría que crear una unidad especial conjunta de la policía y de Hacienda para buscar el dinero y conseguir recuperarlo. No sé, ojalá los especialistas puedan aportar caminos en ese sentido.
Lo que sí podemos hacer es introducir nuevos marcos para el debate que contrarresten al de la corrupción. La continuidad del gobierno solo puede ser aceptada por los ciudadanos/as y por nuestros/as votantes si el gobierno tiene utilidad para ellos/as y si esa utilidad compensa el cabreo por la corrupción. En base a esto, creo que el gobierno tiene que entrar en una labor frenética de trabajo y, además de perseverar y aprobar la ley de la justicia y perseguir el fin del genocidio y los crímenes de guerra israelíes, debemos sacar todo aquello que está en nuestras resoluciones congresuales y en nuestro programa electoral, que ha quedado arrumbado por eso de no empeñarse en imposibles, y llevarlo al Congreso de los Diputados y al Gobierno. Ejemplos como el fin de la ley mordaza, una reforma fiscal real, la reforma del sistema de fijación de precios de la electricidad, la regulación de la adquisición y el uso de la vivienda, la licitación de la construcción de decenas de miles de viviendas públicas para alquiler en suelos públicos, ... son temas que podemos abordar en los próximos meses. Si nos empeñamos en ese trabajo frenético, tendremos una oportunidad para sacar de la mente colectiva la corrupción y la centraremos en otros temas en los que el perdedor no será inexorablemente el PSOE. El ejemplo más reciente está en el NO al 5% de la OTAN, el marco de paremos los pies a Trump se ha impuesto durante unos días al marco de la corrupción y estoy seguro de que no hemos salido perdedores.
Creo que con esta estrategia podríamos abordar los meses siguientes y al menos intentar mantenernos a flote. Cierto es que navegamos en un mar turbulento, que el motor apenas tiene potencia y que las olas nos pueden hacer naufragar en cualquier momento, pero hay que seguir navegando porque si paramos el barco se hundirá. La militancia socialista está formada y a la espera de ser llamada como cuerpo expedicionario para contribuir con su trabajo a salir del atolladero, compañeros/as de la dirección no desperdicies esta última oportunidad.

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