Opinión
La derecha, entre papá y papá

Por Marta Nebot
Periodista
Este domingo, a las doce del mediodía, las derechas patrias se debaten entre papá y ¿papá?, entre presente y ¿futuro?, entre mal y ¿peor?, entre Feijóo y Abascal. Las encuestas internas dicen que ya no está tan claro quién de los dos mandará más y este domingo se han echado un pulso que alguno de los dos va a ganar.
El primero ha llamado a rebato "contra la corrupción del Gobierno", obviando la propia con sus nuevos episodios chuscos. Supongo que a sus asesores les pareció oportuno porque, total, Almería queda muy lejos y para el juicio de la Kitchen todavía falta un ratito.
El líder de la oposición, el presidente del PP, convocó este jueves solemnemente esta concentración "cívica y abierta a todos" en el Templo de Debod de Madrid para protestar contra "los corruptos y todos aquellos que los sostienen" apropiándose de la presunta mejor mitad de España: "Este país no merece que los representantes de una España decente nos quedemos quietos". Vuelve a separar españoles entre decentes e indecentes, entre los suyos y el resto; pero lo suyo no es guerracivilismo, ni enfrentar a las dos Españas.
El líder más opositor, el otro papi de este cuento, dijo que esta manifa es "una estafa". Santiago Abascal exigió a Alberto Núñez Feijóo que rompa "todos los pactos con el PSOE" en vez de "convocar manifestaciones partidistas". "¡Basta ya de estafar a la gente!", espetó. "El PP lo que debe hacer es romper todos los pactos con el PSOE, en Bruselas, en Ceuta y en cualquier institución. Que dejen de eludir sus responsabilidades fingiendo una normalidad institucional que no existe, que dejen de convocar manifestaciones partidistas y que Feijóo haga lo que tiene que hacer: presentar ya una moción de censura para que todo el mundo se retrate. Si no lo hace, será un autorretrato", declaró en redes sociales.
Y los de derechas se habrán puesto a deshojar margaritas. ¿Hago caso a papá o al padrastro? ¿Voy o no voy? ¿Iremos muchos o haré el tonto?
Por si acaso, o mejor por si todo -como le gusta hacer a Feijóo- hace lo uno y lo otro. Además de convocar este nuevo aquelarre cerca de Ferraz, a ver si volvemos a ver algún linchamiento aunque sea de trapo, también ha descolgado de su sede en la calle Génova las fotos de la tanda de manifas anterior contra la aprobación de la ley de Amnistía y se ha ido a Barcelona a pedirles a los empresarios catalanes que hagan entrar en razón a los de Junts para que se carguen el Gobierno.
Todo súper coherente. Todo muy democrático. Todo por la convivencia. Todo por España, coño.
Y en Valencia, para salvar los muebles y empezar a preparar la jugada, han acordado que el candidato que quería Vox, Pérez Llorca, con el que habían ya negociado los presupuestos, sea quien releve a Mazón, aunque no renueve nada y fuera parte del Gobierno negligente que dejó a Valencia a merced de la peor DANA de su historia. No han hecho público el acuerdo que ha posibilitado esta sucesión. No hay papel esta vez, solo el discurso de investidura que ratifica concesiones anteriores contra el Pacto Verde europeo, contra los inmigrantes y todos los que les ayudan y todas las demagogias del discurso de Vox juntas, menos las referentes a las mujeres y, un poquito, a la lengua valenciana. Lo de las mujeres seguro que está pactado. Papá y papá ya saben en qué no hay que meter la pata. Lo del valenciano será por no perder la dignidad del todo, por intentar diferenciarse en algo.
En resumen, papá y papá se pelean ante los focos y se abrazan detrás del escenario.
No sé a qué hora estarás leyendo esto. No sé qué habrá pasado entre lo que escribo y la vida misma. No sé por quién se habrán decidido hoy. No sabemos por quién se decidirán al final. Lo mismo el día termina con Abascal en Ferraz pegándole al muñeco.
Lo que sí tenemos claro a estas alturas es que los dos papis ya han creado un clima de terror para el cambio. Nos han dicho por activa y por pasiva que vendrán -con lanzallamas o motosierra o machete- con ganas de revancha porque ¿la democracia funciona?, porque ¿no les quiso dar el Gobierno porque había una mayoría alternativa?
Amenazando con derogar todo lo aprobado, con acabar con las autonomías, poniendo en la diana pública a los hijos de los periodistas que no les gustan, cantando a coro insultos denigrantes machistas contra tertulianas...
¿Cómo no vamos a tener miedo?
¿Cómo no plantear la posibilidad de un nuevo Frente Popular, una posibilidad democrática, para frenar semejante amenaza, para parar a los que quieren devolvernos a la España preconstitucional?
Ellos se debatirán entre papá y papá. Nosotros, entre juntos o ¿muertos?
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