Opinión
La periodista y Mazón

Por Anibal Malvar
Periodista
La periodista Maribel Villaplana comió con el president del País Valencià, Carlos Mazón, aquel día de la DANA. Era 29 de octubre de 2024, en el restaurante El Ventorro. La sobremesa duró cuatro horas y, cuando se levantaron, ya habían muerto algunas de las 228 víctimas valencianas de aquel temporal.
Ahora la periodista ha emitido un comunicado explicando cómo se desarrolló la cita. Dice que no se enteró de la lluvia ni de nada hasta que salió del mesón. Los aislantes térmicos y acústicos de El Ventorro deben de ser una gloria arquitectónica (perdón por la publicidad), pues las DANAS suenan muy estruendosas. Es una de sus imperfecciones.
También afirma la compañera que la sobremesa se prolongó porque Mazón no paraba de recibir llamadas, pero que ella no se enteró muy bien del contenido. Curiosa sordera si estaban en un reservado. Curiosa falta de curiosidad de una periodista ante la febril y descortés actividad telefónica de un presidente autonómico durante un cara a cara tan cercano y profesional. Asegura que no percibió "inquietud", y que por eso no le preguntó. Primera labor de un periodista: preguntar.
Tanto debía sonar el teléfono de Mazón que ni siquiera respondió las llamadas desesperadas de la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de lo ecológico, Teresa Ribera, que quería saber dónde coño estaba y qué coño hacía el president mientras el diluvio universal arrastraba cadáveres de valencianos por los cauces. "Me costó hasta cuatro llamadas localizar al señor Mazón esa misma tarde. Me dijo algo así como que iba todo bien, pero que esa tarde se había precipitado todo. 'Discúlpame, te llamo en 10 minutos, ahora no puedo hablar'. Y, lógicamente, no me volvió a llamar". Palabra de ministra.
Del comunicado de la periodista también me asombra otro detalle. Afirma que nunca fue consciente de lo que estaba sucediendo en los cielos valencianos, a pesar de ser una exitosa profesional de la información que iba a recibir la oferta de dirigir el canal de televisión autonómico. No sabía, por tanto, que las alertas de la Aemet habían llevado a la universidad a suspender sus clases en la víspera para salvaguardar la vida de estudiantes, profesores y funcionarios. O sea, las agencias nacionales especializadas en clima y los doctores de la universidad, nuestros sabios, ya advirtieron días antes del peligro, y una prestigiosa periodista y un presidente autonómico no se habían percatado. Estarían ocupadísimos en cosas más trascendentales.
La periodista Maribel Villaplana no es responsable de nada, y hay que lamentar que todo este affaire haya podido joderle bastante la vida, como ella misma nos está contando. Toda mi solidaridad. Estaba en el lugar inadecuado, en el momento inadecuado, con la persona inadecuada y no enterándose de nada, ni de que llovía, lo cual quizá le pueda cerrar algunas puertas para dedicarse al periodismo de investigación.
Yo creo que esta historia de la comida del president con la destacada periodista valenciana, en la que ninguno de los dos se enteró de que había una DANA anunciada y asesina, se merece un musical:
I´m eating in the rain / What a glorious feeling / I'm happy again / I'm laughing at clouds… [Comiendo bajo la lluvia / Qué maravillosa sensación / Soy feliz otra vez / Me río de las nubes...].
Y las nubes se rieron.
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