Opinión
El mirlo de Ronda y otros pájaros
Por Antonio Avendaño
A los alcaldes que son una máquina de ganar elecciones independientemente del partido por el que se presenten suele ocurrirles lo que a las armas de fuego: que los carga el diablo. Los socialistas andaluces creían haber encontrado un chollo en las últimas rebajas electorales de Ronda cuando ficharon a precio de saldo al alcalde entonces andalucista Antonio Marín Lara
y resulta que en realidad lo que habían adquirido era un barril de pólvora.
El barril estalló ayer y la explosión se llevó por delante no sólo al exalcalde sino a varios concejales que habían gobernado con Marín Lara en el anterior mandato: todos ellos fueron detenidos por corrupción. El mirlo blanco, que con anterioridad mantuvo alianzas con el GIL y con el PP, había abandonado su partido en 2009 para volar al nido socialista llevándose consigo la alcaldía conquistada bajo las siglas del Partido Andalucista. Nadie en la dirección provincial o regional del Partido Socialista pareció oponerse a la operación y hoy pagan los platos rotos de aquella fiesta con la cual habían ganado en los despachos la alcaldía que no habían sido capaces de ganar en el campo de batalla electoral.
La dirección del partido suspendió ayer de militancia al mirlo de Ronda y a los demás pájaros implicados, pero no es seguro que ese correctivo neutralice los efectos de una explosión cuyo precedente más ruidoso fue la corrupción que estalló en El Ejido capitaneada por el partido del alcalde Juan Enciso, con el cual los socialistas gobernaban la Diputación de Almería. Enciso, como Marín, también era una máquina de ganar elecciones. Elecciones y otras cosas.