Este artículo se publicó hace 2 años.
Arranca una campaña clave para el futuro político de Castilla y León leída con mucho interés en clave estatal
Casado se implica en una campaña en la que busca refrendar el resultado de la Comunidad de Madrid.
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La campaña en Castilla y León, una comunidad en la que la mayoría de sondeos pronostican otra victoria del PP, que gobierna desde 1987, hace 35 años, cuando José María Aznar conquistó la plaza, permitirá saber si la fuerte apuesta de Alfonso Fernandez Mañueco, el presidente, que se la jugó a una sola carta, cuando echó a Ciudadanos del Ejecutivo y convocó a las urnas, le sale rentable o el precio a pagar será demasiado alto.
¿Se hundirá Ciudadanos? ¿Vox logrará morder al PP varios escaños? ¿Entre los dos llegarán para gobernar? ¿Saldrá de estos comicios el primer Ejecutivo de coalición entre PP y Vox? ¿Los partidos locales serán decisivos, como pronostica el CIS? ¿Tendrá la izquierda una oportunidad en un fuerte hasta ahora inconquistable?
Son preguntas que se responderán el próximo 13 de febrero en unas urnas a las que están convocados 2 millones de ciudadanos, de los que más de un cuarto son pensionistas. Lo que voten tendrá también su lectura nacional. Son unas elecciones a las que todo el mundo mira de reojo en Madrid y en otros territorios, como Andalucía, donde se darán este año elecciones también.
Se votará bajo el recuerdo de la sexta ola de la pandemia. ¿Se llevará un susto el convocante Mañueco? Hasta ahora, los efectos sobre la política han servido para apuntalar a los presidentes. Así, Íñigo Urkullu, Alberto Núñez Feijóo e Isabel Ayuso lograron excelentes resultados en Euskadi, en Galicia y en Madrid en estos tiempos (en este tiempo también ha habido elecciones en Catalunya, pero el presidente Quim Torra había sido inhabilitado).
En la derecha, Vox parte de abajo (tiene hoy un escaño y el 5,5% de los votos) y el PP, además de merendarse a Ciudadanos, quiere mantener sujeto el voto hacia la derecha. Hay disputa entre Vox y PP por el voto en Castilla y León. Ambos partidos, además, temen que las plataformas ciudadanas y los partidos locales les roben voto en el ámbito rural.
Pablo Casado acudió este jueves para dar su apoyo y arropar a Mañueco. El presidente del PP, que busca que Castilla León, uno de sus feudos, refrende el resultado de Madrid y le permita seguir en tensión en su carrera para disputarle La Moncloa a Pedro Sánchez en las próximas generales, trató de acaparar todo el espacio y centrar la campaña en dos alternativas: o el PP o el "partido sanchista", un bloque en el que, en una pirueta argumental, vino a incluir tanto a Vox como Ciudadanos,. Estos partidos, afirmó Casado, le hacen "el trabajo" al PSOE al "dividir" el voto de centro y la derecha para que "tenga más fácil gobernar la izquierda".
El hasta ahora socio de Gobierno, Franciso Igea, recibió el apoyo de Inés Arrimadas. Ciudadanos tiene una papeleta difícil: defender su trabajo en el Gobierno a la vez que confrontan con el presidente que se la jugó al convocar por sorpresa los comicios. A esas cartas se aferraron en el arranque de campaña Igea y Arrimadas.
Ambos invitaron a "castigar la mentira y la deshonestidad". Es el momento de que los niños y los jóvenes de este país vean que "no se puede triunfar de esta manera", con "canalladas" como la que a su juicio ejecutó Mañueco. 2Si quieren gente que no miente, aquí tienen a Ciudadanos", dijo Igea, según recoge Europa Press. El gran reto de Ciudadanos es lograr un resultado que les permita sobrevivir y, si pueden cuadrar el círculo, evitar una mayoría absoluta de PP y Vox.
Reactivar los servicios públicos
Pablo Fernández, el candidato de Unidas Podemos, aspira a mejorar los dos escaños que obtuvo en los anteriores comicios. Es un rostro que ha adquirido perfil propio en esta legislatura y que tiene también responsabilidades nacionales. Fernández ha venido dando una fuerte batalla ideológica este tiempo y defiende una reactivación de los servicios públicos –sanidad y educación– para vertebrar el territorio, además de dar la batalla contra la "corrupción", uno de los temas que sobrevuela la campaña y que podría afectar a las expectativas del PP: "Ya son 35 años de caciquismo. Esto debe cambiar".
La despoblación es el gran tema de estas elecciones y la principal preocupación de los ciudadanos, según el CIS, después del empleo. Al respecto, el candidato del PSOE, Luis Tudanca, manifestó en el mitin de arranque de campaña: "No es una plaga bíblica. No es inevitable que se vayan miles de jóvenes generación tras generación". "Han querido convertir el fracaso de Castila y León en el éxito del PP. Ese será nuestro éxito el 13 de febrero", agregó.
Tudanca puso de ejemplo de su Gobierno, de lo que quiere hacer al de España, al de Pedro Sánchez. "Estamos orgullosos. Hemos logrado que España crezca y vamos a hacer levantarse a Castilla y León", dijo. "Hacemos política de forma diferente. Vamos a hacer un gobierno limpio. El cambio es necesario e imparable", añadió.
La vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, arropó a Tudanca, e instó al PP a venir a ver "con respeto" a los ganaderos, a quienes el PSOE, dijo, apoya desde el BOE. En estas elecciones, remachó Lastra, se decide entre "cambio y parálisis": "ganar ya ganamos [en 2019], ahora lo que tenemos que hacer es gobernar".
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