Este artículo se publicó hace 3 años.
Ayuntamiento de MadridAntifeminista, autoritario y amante de la bandera de España: así es el concejal más ultra del equipo de Almeida
Javier Ramírez, responsable de dos importantes distritos de Madrid, provocó el pasado martes una polémica al afirmar: "A mí me gustan más las [mujeres] femeninas que el feminismo". El edil del PP gobierna con mano de hierro y exhibe un "incendiario d
Jorge Otero Maldonado
Madrid-Actualizado a
Antifeminista, autoritario, gran amante de la bandera y de la unidad de España y alérgico a los movimientos vecinales y asociativos. Este el perfil político de Javier Ramírez, concejal del PP en el Ayuntamiento de Madrid y responsable de dos importantes distritos de la capital, el de Fuencarral-El Pardo y Chamberí, quien esta semana ha provocado un alud de criticas por parte de la oposición y ha copado titulares tras afirmar durante la celebración del último pleno de la Junta de distrito de Fuencarral-El Pardo el pasado martes una frase que según fuentes consultadas por Público le retrata: "Sigan hablando de feminismo lo que quieran; a mí me gustan más las [mujeres] femeninas que el feminismo".
No es la primera vez que Ramírez se despacha con una afirmación de este calibre. De marcado carácter conservador y autoritario, que no se corta en exhibir, el concejal del PP acumula un amplio historial de ataques y críticas al movimiento feminista. De hecho gobierna en sus distritos con mano de hierro contra todo lo que huela a feminismo e igualdad. Tal es su fobia, que el grupo municipal de Más Madrid recuerda en una nota de prensa que Fuencarral-El Pardo y Chamberí son los únicos distritos de Madrid que han rechazado sus propuestas sobre la celebración del 8-M, el Día de la Mujer.
Meritxell Tizón, portavoz del PSOE en la Junta del distrito de Fuencarral-El Pardo, ha compartido decenas de plenos con Ramírez y le conoce bien. "Este señor es lo que se ve. Los ataques de Vox contra el feminismo y la igualdad se quedan cortos a su lado", explica Tizón, quien señala a Público que este pasado martes Ramírez también rechazó una proposición del grupo socialista contra la LGTBIfobia en el distrito.
La representante socialista tira de memoria y recuerda que en julio de 2021, en otro pleno de la junta de Fuencarral-El Pardo, Javier Ramírez ya pronunció otra frase casi similar, aunque un poco más contundente: "Se me ponen los pelos de punta del odio que quieren crear hacia el hombre por parte de la mujer. Ha dicho usted que son feministas. Pero a mí me gusta más la mujer femenina. Yo lo siento, pero ahí está la libertad y la democracia y que la gente vote lo que quiera", respondió el edil del PP a Tizón.
Hubo otro momento muy significativo, también a mediados del año pasado. El pleno de la Junta de Fuencarral-El Pardo debatía una proposición para cerrar el Espacio de Igualdad del distrito, el centro municipal Lucrecia Pérez. Finalmente el PP votó en contra, pero Tizón aún recuerda el "incendiario discurso" de Ramírez: "Vino a decir que le preocuparía que un hijo suyo acudiera a un centro de igualdad porque ahí se adoctrinaba a las mujeres en contra de los hombres. Fue un discurso vergonzoso", sostiene la representante socialista.
La historia en realidad viene de atrás, desde el inicio mismo de la legislatura, según Tizón: "Nosotras ya tuvimos lío con él nada más comenzar en el primer pleno de la legislatura, en 2019. Presentamos una proposición sobre violencia de género; él la echó para atrás y entonces la presentamos como moción de urgencia. Pero ni por esas; no nos dejó ni debatirla".
"Una suerte de censura política"
El ordeno y mando es otra de las características de Ramírez. Más Madrid y PSOE denuncian que el concejal del PP rechaza sistemáticamente cualquier proposición o iniciativa que tenga que ver con las mujeres: desde la creación de un mapa de puntos negros de la violencia de género en Fuencarral-El Pardo a sugerencia del PSOE hasta otra propuesta dirigida a poner de manifiesto el rechazo de la Junta Municipal de Chamberí a la violencia de género. En muchas ocasiones Ramírez no da ni la oportunidad de debatir esas proposiciones pues las inadmite en el orden del día. "Estas inadmisiones se amparan en una interpretación restrictiva de los reglamentos, lo que supone una suerte de censura política", señalan fuentes de Más Madrid.
Ante su aversión al feminismo y su negativa permanente a debatir las propuestas de la oposición, Meritxel Tizón confiesa que en el PSOE han adoptado una estrategia para buscarle las cosquillas a Ramírez: "Ante su actitud, nosotras empezamos cada intervención siempre con la misma frase: 'No no vais a silenciar'. Luego seguimos con una cita de una mujer sobre feminismo. De feminismo e igualdad vamos a hablar siempre que sea necesario y en todos los plenos", sostiene Tizón.
En muchas ocasiones Ramírez no da ni la oportunidad de debatir las proposiciones de la oposición
La actitud autoritaria de Ramírez llevó a que PSOE y Más Madrid solicitaran su reprobación en diciembre de 2019 en el Pleno del Ayuntamiento de Madrid después de que en ese mismo mes, en un pleno del distrito de Chamberí, el edil del PP desoyera la petición de amparo por parte de los representantes de Más Madrid y PSOE que estaban recibiendo todo tipo de insultos –"Ladrones", "terroristas" y "colaboradores de Bildu" fueron algunos de ellos– por parte de algunas personas sentadas entre el público. Sin embargo, tres semanas antes, en noviembre de 2019, Ramírez no fue tan pulcro y sí interrumpió el pleno cuando expulsó a un grupo de mujeres que cargaron contra el portavoz de Vox en el distrito, Javier Ortega Smith, tras cuestionar éste la violencia machista en un acto en el Día contra la Violencia de Género y encararse con una víctima de la misma que estaba en silla de ruedas. Aquellos hecho trascendieron a escala nacional en todos los medios aunque los focos se pusieron en Ortega Smith. Sin embargo, entre bambalinas, Ramírez también movía sus hilos.
Las reprobaciones de Más Madrid y PSOE hace más de un año contra Ramírez no salieron adelante tras el 'no' de PP, Cs y Vox. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, contestó entonces al PSOE que no todo se soluciona "a golpe de reprobación". "Son incidentes que desgraciadamente ocurrieron pero pondremos todos los medios para que no se vuelvan a producir", añadía Almeida, quien también afeaba a Más Madrid y PSOE que "la oposición no se hace a golpe de titular sino trabajando duro".
Ramírez muestra el mismo desprecio hacia la participación ciudadana y los movimientos vecinales. "Él tiene dos temas que lleva fatal: el feminismo y las asociaciones vecinales, que tampoco las soporta. Esos han sido los dos problemas que hemos tenido generalmente en los plenos", resume Tizón.
"Él tiene dos temas que lleva fatal: el feminismo y las asociaciones vecinales, que tampoco las soporta"
También en este caso hay ejemplos concretos, el último bastante ilustrativo: Ramírez ya ha anunciado que no va a renovar la cesión del espacio ciudadano Casa Chamberí, en la calle Bravo Murillo 39, donde se reúnen 22 asociaciones y colectivos muy diversos de Chamberí, desde AMPA a iniciativas feministas, una despensa solidaria que sostiene a un centenar de familias, grupos de consumo ecológico, scouts, un club de ajedrez o asociaciones vecinales.
Nada de eso parece importar a Ramírez, ni tan siquiera las actividades más solidarias. La Asociación de Vecinos de Montecarmelo, un barrio en el norte de la ciudad de Madrid bastante conservador (tres de cada cuatro votan a los partidos de derechas), sabe cómo se las gasta el concejal del distrito: el pasado mes de junio Ramírez impidió un reparto solidario de alimentos por parte de algunos vecinos cuando estaba todo ya organizado con el argumento de que "Montecarmelo no es Venezuela".
Amor por la bandera de España
Inversamente proporcional a su desprecio al feminismo y a los movimientos vecinales es su amor por la bandera de España. Si de algo le gusta presumir a Ramírez es de la enseña nacional, cuanto más grande, mejor. En un Ayuntamiento que se ha gastado más de 320.000 euros en banderas desde que José Luis Martínez-Almeida es alcalde, Ramírez es, con diferencia, el miembro de su equipo que más dinero se gasta en exhibir su nacionalismo.
Ramírez es el concejal al que le gusta ondear grandes banderas de España en las calles de su distrito. En diciembre de 2019 hizo ondear una enorme en la plaza de Chamberí con un coste de 19.075,39 euros (IVA incluido). En el distrito de Fuencarral-El Pardo ha puesto al menos tres con un coste superior a los 33.000 euros. Y cuando no es una bandera es otro gasto asociado, como los 11.997 euros que pagó también en diciembre de 2019 en concepto de "Organización y desarrollo del acto homenaje a la bandera en [el barrio] de Montecarmelo", según figura en el Portal de Transparencia del Ayuntamiento de Madrid.
Si de algo le gusta presumir a Ramírez es de la enseña nacional, cuanto más grande, mejor
La última muestra del fervor patriótico de Ramírez se da en los colegios de Chamberí. En una suerte de proselitismo, desde que dirige el distrito Ramírez se preocupa de repartir entre los centros escolares banderas de España y ejemplares de Constitución –con su enseña nacional en la tapa– cada vez que llega el 6 de diciembre.
"Los postulados de Vox se le quedan cortos, y lo más llamativo es que esa actitud autoritaria le sale de forma natural y espontánea", concluye Meritxell Tizón el retrato de un concejal que se ha destapado como el más ultra y machista del equipo de Gobierno de José Luis Martínez-Almeida.
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