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Ayuntamiento de Madrid Desde Colón hasta el balcón: Almeida se gasta nueve veces más que Carmena en banderas de España

Hace algo más de 18 meses el actual alcalde de Madrid tomó el bastón de mando y desde entonces el Ayuntamiento se ha gastado al menos 321.888 euros en colocar la enseña nacional allí donde ha podido, mientras que en el último año y medio de la legislatura anterior el Consistorio sólo desembolsó 34.273,61 euros.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, durante el izado de la bandera de 14 metros. / Twitter
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, durante el izado de la bandera de 14 metros en Madrid en enero de 2020. / Twitter.

Desde el mismo momento que tomó el bastón de mando en junio de 2019, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, se envolvió en la bandera de España para hacer política. La noticia conocida esta semana de que, bajo el paraguas de un proyecto artístico, el Ayuntamiento de Madrid subvenciona con 12.750 euros la renovación de las banderas de España de los vecinos que las hayan colgado en sus balcones, confirma que fiel al estilo de su partido, el PP, Almeida también utiliza la enseña nacional de forma partidista para atacar a sus rivales. Y quien lo paga, sobre todo en dinero contante y sonante, es el Ayuntamiento de Madrid.

Las cifras son elocuentes y no dejan lugar a dudas. De acuerdo con los datos obtenidos en su Portal de Transparencia, el Ayuntamiento de Madrid se ha gastado 321.888,54 euros en todo tipo de banderas (principalmente de España), en peanas y en mástiles durante el primer año y medio largo de Almeida como alcalde. Una cantidad que puede parecer modesta para una institución como el consistorio madrileño, pero que representa un auténtico dineral si se compara con lo que se gastó en su día Manuela Carmena en el mismo periodo del final de su mandato, es decir, en sus últimos 18 meses en el cargo, entre enero de 2018 y junio de 2019. Entonces el Ayuntamiento madrileño desembolsó 34.273,61 euros por el mismo concepto. Los cálculos no fallan: Almeida se gasta nueve veces más en banderas que Carmena.

Al igual que ha ocurrido en otros ayuntamientos madrileños gobernados por el PP, desde su primer día en el cargo quedó patente que el actual alcalde de Madrid no iba a renunciar al jugoso caramelo que para la derecha supone hacer ostentación de la bandera nacional en cualquier circunstancia y lugar. Como anticipo de lo que estaba por venir, Almeida colocó una gran bandera de España en la fachada del palacio de Cibeles en sustitución de la pancarta de Welcome Refugees que había presidido la sede del Ayuntamiento de Madrid los meses anteriores.

Ese cambio fue simplemente el embrión: en sus primeros seis meses como alcalde de Madrid, entre junio y diciembre de 2019, el Ayuntamiento madrileño se gastó 89.595 euros en banderas. En los seis meses anteriores, aún bajo el mandato de Manuela Carmena, el gasto fue de 4.293,40 euros. Es decir, en 2019 Almeida multiplicó por 20 el gasto en las banderas destinadas a engalanar las dependencias municipales. 

En 2020 el gasto en este concepto se disparó: 66.020,46 euros fueron destinados a la compra, colocación y promoción de la enseña nacional a través de contratos menores (aquellos en los que la cuantía es inferior a 40.000 euros en los contratos de obra y a 15.000 euros en los demás servicios), a lo que hay que sumar los 153.000 euros que costó colocar enormes banderas de España de luces LED –1,1 kilómetros en las principales avenidas de la capital– como parte de la iluminación de las últimas Navidades. En total, 219.020 euros sólo en 2020. Y ahora esta subvención de 12.750 euros para renovar las enseñas patrias dañadas en balcones de la ciudad con la excusa de un proyecto artístico.

Comparado con el último año completo de Carmena en el cargo, el 2018, el desembolso de Almeida en 2020 multiplica por siete lo que se gastó en 2018 el Ayuntamiento en banderas: aquel año sólo pagó 29.980,91 euros, y eso considerando que de esa cantidad 5.445 euros fueron destinados a pagar la representación de la bandera LGTBI durante el Orgullo de 2018.

Lo cierto es que la ley obliga a que ondee la bandera de España en los edificios públicos, lo que implica gastos de reposición y mantenimiento de las banderas para todos los ayuntamientos, pero en el caso de Almeida, su afán ha ido más allá de lo que marca la ley: a lo largo de su mandato, el alcalde de Madrid se ha caracterizado por izar grandes banderas de España y poblar siempre que ha tenido ocasión rotondas, glorietas y plazas de la ciudad con la rojigualda.

En realidad, han sido estas grandes banderas diseminadas por varios puntos de la ciudad las que han disparado el gasto del Ayuntamiento de Madrid en esta partida.

Fervor patriótico

Todo empezó en noviembre de 2019, sólo tres días antes de las elecciones generales del 10-N: ese día, 7 de noviembre de 2019, los vecinos de Las Tablas y de Montecarmelo, zonas acomodadas en el norte de la ciudad, se encontraron con sendas banderas de España a la entrada de sus respectivos barrios. Colocar estas dos enormes banderas de 35 metros cuadrados cada una supuso un gasto para las arcas del Ayuntamiento de 18.147,58 euros.

Esas dos banderas fueron la espoleta: luego vinieron unas cuantas más, casi como setas después de la lluvia. Apenas unos días después, el Ayuntamiento hacía ondear otra enorme bandera en la plaza de Chamberí con un coste de 19.075,39 euros (IVA incluido) por varios conceptos. Y cuando no es una bandera es otro gasto asociado, como los 11.997 euros que el Ayuntamiento pagó en diciembre de 2019 en concepto de "Organización y desarrollo del acto homenaje a la bandera en [el barrio] de Montecarmelo".

La tendencia se acentuó en 2020. Las obras de instalación de un mástil con su correspondiente bandera de España en la glorieta de Márques de Vadillo, en el distrito de Carabanchel, costó 17.843 euros a principios del año pasado —con bronca de los vecinos de Carabanchel incluida—; la colocación de otra gran enseña en otro punto más al sur de la ciudad, en la Avenida de la Peseta, supuso otros 14.272,56 euros a las arcas del Ayuntamiento, mientras que otra bandera de similares características en otro barrio en el norte de la capital tuvo un coste asociado de 17.242,50 euros. Todas adornan rotondas o glorietas y son bien visibles a centenares de metros de distancia.

 El último episodio de este fervor patriótico del que hace gala el Ayuntamiento se produjo el pasado mes de octubre cuando tuvo lugar el el izado de una gigantesca bandera de 75 metros cuadrados y 11 kilos de peso en memoria de las víctimas de la pandemia en el parque de Valdebebas. En esta ocasión el Ayuntamiento no pagó un solo euro: el acto fue organizado por la Junta de compensación de Valdebebas, aunque el alcalde de la ciudad sí estuvo allí, en primera línea y acaparando titulares.

La de Valdebebas, con sus 75 metros cuadrados, es la segunda mayor bandera que ondea en las calles de Madrid. La mayor es la que desde el año 2001 preside la plaza de Colón de Madrid por sugerencia del entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, y orden del entonces alcalde, José María Álvarez del Manzano: 300 metros cuadrados de tela rojigualda y 35 kilos de peso que alimentan el patriotismo de más de uno.

Nada simboliza mejor la devoción patriótica del actual equipo de gobierno del Ayuntamiento de Madrid que el mimo que dedica a esa enorme tela que luce en pleno centro de Madrid. Desde que Almeida llegó a la Alcaldía, el Consistorio ha repuesto dos veces la bandera: una en noviembre de 2019 con un desembolso de 4.146,67 euros y otra en agosto de 2020 con otro pago de 4.658 euros. 8.808,17 euros en nueve meses. En su último año y medio al frente del Ayuntamiento de Madrid, el equipo de Carmena no cambió la bandera de la plaza de Colón ni una vez: la bandera aguantaba las inclemencias del tiempo.

Pero ya lo dijo el propio Almeida en una de las múltiples inauguraciones de estas banderas que copan Madrid: "Ser de Madrid es ser español". Toda una declaración de principios que el alcalde madrileño se ha encargado de mostrar a sus conciudadanos a rajatabla poniendo en práctica el viejo refrán de "obras son amores y no buenas razones".

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