El CIS de octubre no sólo es demoledor para el Partido Popular en términos de intención de voto, al presagiar el sorpasso de Ciudadanos, y al plasmar que el efecto Casado que quiere vender el PP sigue brillando por su ausencia.  Pablo Casado, presidente de los conservadores, es señalado por los españoles como el máximo responsable de la crispación política que hoy se vive en España, tal y como recoge el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), publicado este jueves.

Esta encuesta, que ya ha sido despreciada por la plana mayor del PP, sitúa a los conservadores como el único partido que cae con respecto al anterior barómetro: de convocarse elecciones generales obtendrían un 18,2% de los votos, convirtiéndose en tercera fuerza. 

En concreto, y más allá del desgaste de su marca, los datos sobre cómo perciben los españoles a Casado también son claros: el líder del PP es citado por un 17,5% de los encuestados como responsable de la crispación. De hecho, y pese a que es presidente del Gobierno, sólo un 9.8% de los encuestados señalan a Pedro Sánchez como responsable de esta situación, frente al 11% que apuntan a Pablo Iglesias, líder de Podemos. Un 9.9% de los españoles señalan al presidente de Ciudadanos, Albert Rivera -aunque su receta para Catalunya es aplicar el artículo 155 de la Constitución, lo mismo que defiende Casado-, y sólo el 5,4% mencionan al president de la Generalitat, Quim Torra. 

Y, si se pregunta por partidos, la respuesta sobre la crispación es tan dura para el PP como para "los partidos independentistas", tomados como una única categoría: PDeCAT, ERC y la CUP serían los máximos responsables para un 27,8% de los encuestados, frente al 27,3% que señalan al PP. PSOE, Ciudadanos y Podemos se quedan en torno al 7%, muy lejos de los líderes de este ránking.

Con todo, los datos sobre la responsabilidad de Casado a la hora de crispar el panorama político llegan 24 horas después de que el líder del PP acusase al presidente del Gobierno de ser "responsable y partícipe" del "golpe de Estado", que, a su juicio, está teniendo lugar en Catalunya.

Casado ha intentado justificar sus palabras, pero en ningún caso ha querido retractarse. Además, en su partido ya hay quienes plantean la necesidad de corregir el giro a la derecha impuesto por la actual dirección, para volver a marcar rumbo al centro.  

Casado, el líder peor valorado

En lo que respecta a la valoración de líderes políticos, los cuatro grandes partidos suspenden, pero Sánchez encabeza la clasificación. Obtiene una nota de 4,16, por delante del Rivera, con un 3,81, e Iglesias, con un 3,29. Casado ocupa el cuarto puesto, con un 3,25, relevando a Iglesias en la cola de este ránking.

Sobre la confianza en estos líderes, un 49,5% de los encuestados dice no sentir ninguna confianza por Casado, frente al 32,2% que afirma lo mismo sobre Sánchez. Y, sobre qué partido se ve más afectado por la corrupción, los encuestados también lo tienen claro: un 84,4% señalan al PP como el más afectado por la corrupción, seguido por un 6,5% que apuntan al PSOE, y un 0,7 y 0,6% que señalan a Podemos y Ciudadanos. 

En concreto, las 2.973 entrevistas del barómetro se hicieron entre el 1 y el 9 de octubre.

El PP: "Con estos resultados, a Sánchez le falta tiempo para convocar elecciones"

La reacción oficial del PP ha corrido a cuenta de la vicesecretaria de Comunicación, Marta González. En declaraciones en el Congreso de los Diputados, González ha criticado que, en el barómetro del pasado mes de julio, el PP registró un voto directo del 10,2, y que entonces el CIS le calculó una estimación de voto del 20,4%. En esta ocasión, con un 12,6%  del voto directo, la estimación del CIS establece en el 18,2% la estimación de voto, como denuncia González.

"Con estos resultados tan fantásticos para el PSOE", a Sánchez "le debe faltar tiempo para convocar elecciones", ironizaba la dirigente del PP. Apostillaba que, si el presidente del Gobierno no lo hace, es sencillamente porque no se cree este barómetro. Asegura que el Gobierno está dando a estas encuestas un "uso partidista", y que ha convertido esta institución pública en su "agencia electoral".