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Los cinco silencios de Mañueco en Castilla y León ante las chabacanerías de García-Gallardo

El vicepresidente de la Junta llamó "imbécil" a Igea, insultó a una diputada con discapacidad, anunció unilateralmente recortes en política social, dijo que hay mujeres que instrumentalizan la ley y aseguró que el PSOE era una banda criminal.

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco junto al vicepresidente, Juan García Gallardo. Imagen de Archivo.
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco junto al vicepresidente, Juan García Gallardo. Imagen de Archivo. Photogenic/Claudia Alba / Europa Press

No es la primera vez que el presidente de la Junta de Castilla y León, el popular Alfonso Fernández Mañueco, utiliza esta técnica para mantenerse al margen del desgaste que lleva consigo gobernar.

En la anterior legislatura, tras perder las elecciones ante el PSOE de Luis Tudanca y verse obligado a pactar con Ciudadanos, dejó que fuera su vicepresidente Francisco Igea el que se llevara las críticas más feroces. Entonces, el médico vallisoletano era también portavoz del Ejecutivo y consejero de Transparencia, Ordenación del Territorio y Acción Exterior. Además, otra de las caras más visibles de Ciudadanos fue la consejera de Sanidad, Verónica Casado, encargada junto al vicepresidente Igea de ser la cara de la Junta explicando la mayoría de las restricciones y medidas tomadas durante la pandemia.

En cuanto las encuestas señalaron a Mañueco que Ciudadanos quedaría reducido a la nada tras unos comicios y que el PP podría seguir al frente de la Junta, bien en solitario, bien con el apoyo de Vox, Mañueco fulminó a los naranjas y convocó elecciones.

Ahora, tras ser incapaz de gobernar en solitario una vez más y con un nuevo socio en el Gobierno, los ultraderechistas de Vox, Mañueco vuelve a usar la táctica de esconderse para no desgastarse y que lo haga, en este caso, el polémico y radical Juan García-Gallardo.

Así, en los seis meses de Gobierno que se han vivido en la Junta de Castilla y León, el popular salmantino ha callado con estrépito hasta en cinco ocasiones cuando su vicepresidente ha mostrado la peor cara de Vox.

Llamó "imbécil" a Igea en un Pleno

El vicepresidente de la Junta insultó a Igea llamándole imbécil, cuando el miembro de Ciudadanos se mofó de la aparición del ultraderechista en el programa televisivo Masterchef. Preguntado al respecto, Mañueco equiparó el insulto de su vicepresidente con "una conversación privada y punto" para afirmar que a él "siempre" le van a encontrar "en el camino del diálogo y la moderación" con el fin de "tender puentes" para ocuparse de los "problemas reales de la gente". Es decir, nada.

Hizo de menos a Noelia Frutos, diputada con discapacidad

De nuevo en las Cortes, García-Gallardo contestó a una pregunta de la socialista Noelia Frutos textualmente: "Mira señora Frutos, yo no le voy a tratar con ninguna condescendencia y le voy a responder a sus faltas de respeto como si fuera una persona como todas las demás". Noelia Frutos tiene una discapacidad y debe usar silla de ruedas para desplazarse. Las declaraciones del vicepresidente de la Junta cosecharon un gran número de críticas, pero el presidente de Castilla y León guardaba de nuevo silencio hasta que preguntado directamente por los periodistas en un canutazo esgrimió una disculpa a medias por las palabras de su número dos en el Ejecutivo al pedir perdón "si alguna persona o alguna entidad del tipo que sea se ha podido sentir molesta u ofendida por cualquier cosa que haya hecho el Gobierno de Castilla y León". De nuevo, nada.

Vox anunció unilateralmente recortes en el diálogo social

La Consejería de Empleo e industria -que pertenece a Vox en esta legislatura- pasaba por recortar 20,3 millones en las subvenciones que reciben los sindicatos y patronal en Castilla y León al considerar que se trata de un gasto "superfluo". Esta decisión la comunicó García-Gallardo en una rueda de prensa mientras Mañueco estaba en Madrid, en la firma del acuerdo que ponía fin a la crisis de la empresa galletera de Palencia, Siro.

Mañueco volvió a dar la callada por respuesta y tuvo que ser el portavoz de la Junta, Carlos Fernández Carriedo, el que salió a dar la cara ante la polémica y a asegurar que no era "un acuerdo formal". Diez días después, la formación de extrema derecha tuvo que matizar su propio anuncio, realizado sin ser aprobado ni consensuado con el PP y en plena campaña de las elecciones de Andalucía. Nuevamente, Mañueco escondido.

Gallardo dijo que hay mujeres que instrumentalizan la ley

A principios de octubre, García-Gallardo volvió a escandalizar a los castellanos y leoneses al afirmar que existen "mujeres desalmadas" que utilizan "incentivos perversos" de las leyes contra la violencia de género para obtener la custodia de sus hijos. Añadió, además, que "España es el único país que tiene una legislación que crea juzgados solo para hombres". En esta ocasión, Mañueco, preguntado por periodistas aseguró: "Mi posición sobre la violencia de género es clara, meridiana, tajante, desde hace muchos años y no ha cambiado", visiblemente incómodo. Silencio, de nuevo.

La última bravuconada: llamar al PSOE banda criminal

El pasado día 25 de octubre el ultraderechista acusó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de ser el "líder de una banda criminal" durante un pleno en las Cortes. Pese a que los socialistas le han pedido la retirada de estas afirmaciones hasta en dos ocasiones, no lo ha hecho.  "La mejor muestra de que es una banda criminal es que han cometido el mayor delito de corrupción", mientras que, en la segunda ocasión, ha sentenciado: "No tengo intención de retirar nada porque el PSOE tiene una historia criminal constatada", dijo.

Entonces, Mañueco evitó de nuevo reprender a su vicepresidente por estas incendiarias declaraciones en sede parlamentaria y regateó a los periodistas que le preguntaban en los pasillos del Parlamento: "Mi forma de hacer política se basa en los argumentos y en las razones. En las discrepancias y el respeto al discrepante, no me gustan las descalificaciones, vengan de donde vengan. Por eso, tengo la autoridad moral para pedir que bajemos el tono. Analicemos las reflexiones y las palabras usadas", aseguró. Un silencio más.

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