"Cuando China e Italia ya estaban arrojando datos preocupantes de números de fallecidos, nosotros debatíamos en esta Cámara acerca de feminismo", ha sido la respuesta de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso a la portavoz de Unidas Podemos en la Asamblea, Isa Serra, después de que ésta le preguntara por la orden de no trasladar a pacientes enfermos de las residencias de ancianos a los hospitales. "Actuamos tarde porque en esas fechas clave nos estábamos ahorcando en sus marcos mentales, en sus trampas", ha justificado la conservadora. "Por pudor, todos deberíamos reflexionar".

No es la primera ocasión en la que Ayuso relaciona al movimiento feminista con la expansión del virus en la Comunidad de Madrid. El pasado 29 de abril le dijo a los grupos de la oposición que la manifestación del 8 de marzo fue "el mayor 'infectódromo' de España", con 120.000 personas, aunque no aportó ningún dato que corroborase tal afirmación.

Ayuso también ha presumido de que la Comunidad Madrid "movió a España". "La actuación de este gobierno movió al resto del país. Hemos sido un modelo en competencia", ha señalado durante la sesión de control al Ejecutivo celebrada este jueves. "Algún día se sabrán las vidas que ha salvado de este gobierno". Aun así, la presidenta madrileña ha anunciado una "investigación interna" dentro del Gobierno región tras las polémicas con el consejero de Ciudadanos, Alberto Reyero, respecto a las residencias.

Asimismo, la dirigente del PP ha asegurado que "nadie murió solo" en la Comunidad de Madrid. "A todas las personas que han fallecido se le ha tratado con dignidad", ha dicho. Y ha negado que su gobierno diera órdenes de no trasladar a pacientes enfermos de las residencias a los hospitales. "No ha habido una orden, ha habido 10.000. Claro que ha habido traslados", ha defendido, señalando que siempre han primado los "criterios geriátricos o sanitarios": "Nunca ha sido una orden política".

La presidenta madrileña ha destacado que Madrid ha sido, en proporción con otras comunidades autónomas, "de las que menos fallecidos ha tenido en residencias" y que no se puede elevar a "categoría" lo que es "una anécdota" de lo ocurrido en los centros de mayores. "El 85% de los fallecidos en Aragón y Extremadura ha sido en residencias, el 72% en Cantabria y Castilla y León… Con la densidad de población de otras autonomías habría sido menor".

Ayuso y Monasterio siguen culpando falsamente a Iglesias

Al mismo tiempo que Ayuso defiende la gestión de su Ejecutivo en las residencias, culpa al vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, por no hacer "absolutamente nada" en dichos centros. "¿Qué hizo Iglesias durante esas fechas, qué gesto humano ha tenido?", le ha planteado a Serra, acusando a la formación morada de "despreciar" la vida de los ancianos y de impulsar "una de las leyes más agresivas que se conoce" sobre la eutanasia.

Tanto la presidenta madrileña como la portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, han señalado que Iglesias asumió "el mando único" en las residencias de ancianos. Pero no es cierto. La administraciones autonómicas conservaron "las competencias que le otorga la legislación vigente en la gestión ordinaria de sus servicios". Así lo refleja el Boletín Oficial del Estado en los artículos 4 y 6 del real decreto del 14 de marzo.

Es más, Monasterio ha pedido la comparecencia de Iglesias en la comisión de investigación sobre lo ocurrido en las residencias de mayores. Una comisión que Ayuso pidió que se ampliara a la convocatoria del 8-M o a las decisiones del cambio de pase. Monasterio  ha señalado que Iglesias debe "explicar y responder" sobre su papel durante la crisis de la covid-19 en dichos centros.

Sin embargo, el papel del Ministerio de Sanidad durante la emergencia sanitaria ha sido reforzar el papel de los gobiernos autonómicos. El 19 de marzo, el vicepresidente Iglesias y el ministro de sanidad, Salvador Illa, comparecieron en Moncloa para anunciar una ayuda destinada, sobre todo, al personas de estos centros. Iglesias anunció el reparto de 300 millones de euros para reforzar la atención social durante la emergencia sanitaria.