La Consejería de Transportes está obteniendo información de los movimientos de alrededor de dos millones de líneas móviles en la Comunidad de Madrid para planificar la desescalada en el transporte.

Según ha adelantado el consejero de Transportes, Ángel Garrido, en una entrevista en 20 Minutos y han confirmado fuentes de la Consejería, es la primera vez que el Consorcio Regional de Transportes de Madrid utiliza el posicionamiento de datos móviles para conocer los movimientos de los ciudadanos.

En concreto, la Consejería está obteniendo información de los movimientos de alrededor de dos millones de líneas móviles, con datos anónimos y agrupados, para hacer una "fotografía" del transporte en la región.

Este rastreo digital controlará los movimientos de los ciudadanos que se desplacen más de 500 metros con origen y destino en la Comunidad de Madrid, ya sea a pie, en vehículo privado o transporte público. Así, la Consejería tendrá información de la movilidad por horas y el tipo de desplazamiento, tanto dentro de los distritos de la capital como en los principales municipios de la región.

Según ha detallado el Ejecutivo regional, los datos se obtienen de uno de los principales operadores de telefonía móvil nacionales, con una cuota del 25% del mercado, con lo que "se cubrirá todos los estratos de la población".

Los datos de la operadora de telefonía los está gestionando una consultora. Se cruzarán con los datos del número de viajes diarios en la red de transporte público y su reparto por modos de transporte, por un lado, y con los resultados de la última Encuesta Domiciliaria de Movilidad en la Comunidad de Madrid, por otro.

La información se extrae, día a día, desde el 13 de abril y será comparada con la semana tipo de referencia del mes de noviembre de 2019. "Con estos datos se logrará una fotografía muy detallada de la movilidad en la Comunidad, que será la base de las decisiones que se vayan tomando de cara a la desescalada", añaden fuentes de la Consejería de Transportes.

Por su parte, el Gobierno nacional utilizará la evolución de los contagios y otros parámetros sanitarios para decidir el avance en el desconfinamiento, pero también recurrirá a datos de movilidad, de ERTE, afiliación a la Seguridad Social o consumo de energía eléctrica durante el proceso de desescalada.