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Crece en los Mossos la preocupación por el supremacismo blanco y el extremismo ultra

Entorno al 12% de las alertas de radicalización que recibe la policía catalana están relacionadas con el extremismo xenófobo. El yihadismo continua siendo el principal foco, pero un alto mando asegura que "el supremacismo blanco es también una preocupación".

Un vehículo de los Mossos d'Esquadra.
Un vehículo de los Mossos d'Esquadra. Quique García / EFE

Un joven de 21 años, Ryan Christopher Palmeter, decidió este pasado sábado en Estados Unidos que en su ciudad de un millón de habitantes, Jacksonville, situada en el condado de Duval del estado de Florida, había demasiados negros y entró en una tienda, sacó su fusil, y una pistola Palmetto y se lió a tiros contra los afroamericanos que había en ella. Tres de ellos murieron, simplemente porque eran de piel oscura y se toparon con un supremacista blanco.

Paradojas del Universo, los hechos transcurrieron prácticamente al unísono en que se conmemoraba el 60 aniversario de la Marcha a Washington encabezada por Martin Luther King para exigir derechos civiles e igualdad para la población negra.

Que un supremacista blanco cometa una atrocidad en los Estados Unidos ha dejado de ser una anécdota por mucho que el trumpismo haya intentado relativizar sus macabras consecuencias. Pero debemos preguntarnos si el crecimiento de la extrema derecha xenófoba sitúa el Estado español en la diana de un atentado de este tipo. Y la respuesta de los expertos policiales es que "resulta más improbable pero es totalmente posible".

Unas fuentes que aseguran que, al menos en Catalunya, los Mossos d'Esquadra han puesto el punto de mira desde hace un par de años en la amenaza del supremacismo blanco. "El crecimiento del radicalismo de extrema derecha con fuertes tintes xenófobos potencia que surjan pequeños núcleos de supremacistas blancos que se sienten más fuertes para actuar", asegura uno de esos expertos policiales.

Preocupación en Europa

La amenaza del terrorismo yihadista continúa siendo una de las principales preocupaciones policiales en toda Europa (también para los Mossos en Catalunya donde como en el resto del Estado se mantiene activada una alerta antiterrorista de 4 sobre 5), pero un informe de Europol sobre tendencias del terrorismo constata la amenaza creciente que este tipo de grupos ligados al supremacismo blanco supone para la Unión Europea.

De momento, en el Estado español no se ha producido ningún incidente comparable lo más mínimo a la masacre en la isla de Utoya, en Noruega, con 77 muertos, el asalto a la mezquita de Crishtchurch, en Nueva Zelanda, con 51 víctimas mortales, el tiroteo en un bar de Hanau, en Alemania, con 11 muertos o los diversos muertos en tiroteos contra sinagogas en la capital danesa de Copenhague. Ahora bien, las fuentes policiales consideran que no se debe hacer "alarmismo" pero que el crecimiento del extremismo obliga a "estar muy pendientes también de este fenómeno" aquí.

La preocupación no se queda en el escalafón inferior del cuerpo policial catalán. Uno de los comisarios más destacados de los Mossos, que ha ostentado las más altas responsabilidades en el cuerpo, aseguraba a Público que "el supremacismo blanco es también una preocupación para nosotros a nivel de amenaza terrorista".

Entorno al 12% de las alertas por radicalización

Según los datos de los Mossos, la policía catalana puede recibir alrededor de unas 200 alertas anuales relacionadas con posibles casos de radicalización violenta en Catalunya. Las alertas provienen de entornos sociales que van desde un vecino a un familiar o la escuela. Un 85% de los casos detectados están relacionados con el yihadismo, el peligro más perceptible para la sociedad. Pero un 12,5% está relacionado con la ultraderecha. Estas son las dos principales amenazas que existen en Catalunya relacionadas con los extremismos violentos.

"Hemos comenzado a detectar algunos individuos y puntas de actividad que tienen un proceso de radicalización dentro del ámbito de la extrema derecha y concretamente del supremacismo blanco. Son gente que se manifiestan y hacen proclamas en la línea de esta ideología radical. Debemos estar pendientes de que alguno de ellos pueda pasar a la acción, aplicando la estrategia básica en estos temas de prevención, detección e intervención", añade el alto mando de los Mossos. Sobre la posibilidad real de un atentado, este alto mando policial advierte "solo hace faltar levantar la cabeza y mirar hacia países de nuestro entorno europeo, nuestra obligación es estar muy pendientes de esta amenaza porque es real, para podernos anticipar".

Detenciones y grupos nazis fuertemente armados

La última operación contra el supremacismo blanco efectuada por los Mossos concluyó con la detención de dos personas en el municipio de la Pobla de Cérvoles, en la comarca leridana de les Garrigues. Vivían aislados en una zona rural disponían de algunas armas de fuego y armas blancas, y hacían difusión de ideas contrarias a las personas racializadas a través de Telegram y buscaban apoyos para actuar contra ellas. Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado también han hecho algunas detenciones en Pamplona o en el municipio andaluz de Ronda.

Estos son algunos de los casos que han mimetizado la forma de actuación del supremacismo blanco de los Estados Unidos y que tienen relación con algunas organizaciones europeas de este ámbito. Por ejemplo los mensajes de Telegram del reducido núcleo del pequeño pueblo leridano eran compartidos por Feuerkrieg Division, la organización que cometió un atentado fallido en Lituania en 2019.

Pero más allá de esta tipología cabe recordar que individuos o grupos de extrema derecha han sido neutralizados con grandes arsenales de armas. Por ejemplo el ultraderechista de Terrassa, Manuel Murillo, que el 2018 orquestó un presunto intento de atentado contra el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, tal como avanzó Público en su día, tenía en su domicilio, cuando fue detenido, 13 armas reglamentarias y siete prohibidas, entre ellas una de guerra y numerosa munición, así como recipientes con pólvora y un artefacto explosivo casero. Entre ellas destaca el subfusil Skorpion vz.61 de fabricación checa con una capacidad de disparo de 850 balas por minuto, o un fusil de asalto Cetme utilizado por el Ejército español.

Murillo fue condenado al final a casi nueve años de cárcel después de una revisión de sentencia y formaba parte de un grupo radical de ideología nazi, el Frente Nacional Identitario, con relaciones internacionales como el grupo armado ucraniano nazi Batallón Azov que participa activamente en la guerra en Ucrania. Murillo vertió las amenazas en un chat de WhatsApp denominado Terrassa por España, que compartía con otros ultras entre ellos militantes de Vox: "Soy un francotirador y con un tiro preciso se acaba el Sánchez antes de que del todo se hunda a España". Una de esos militantes de Vox decidió denunciar la amenaza al considerarla creíble.

Otro caso paradigmático es el arsenal confiscado en la Operación Panzer, el 2005 en el País Valencià, contra un grupo neonazi denominado Frente Antisistema (FAS), que disponía de un gran arsenal de armas, entre ellas ballestas, puños americanos, e incluso una bazuca, muchas de ellas provenientes del Ejército español. Además se requisaron un gran número de símbolos nazis, brazaletes con esvásticas, dagas nazis y moldes para producir hebillas de las SS. Con la paradoja de que la Audiencia Provincial de Valencia acabó absolviendo a los 18 implicados e incluso se indemnizó a uno de los miembros del grupo nazi, un exmiembro del Ejército español, por la destrucción del arsenal incautado.

Seguimiento a supremacistas entrenados en la guerra de Ucrania

En este sentido, por el fuerte armamento que acumulan algunos de estos grupos extremistas del supremacismo blanco, y por sus conexiones internacionales, fuentes de los Mossos reconocen que siguen con atención a miembros de estos grupos de extrema derecha, algunos de los cuales se han trasladado a Ucrania para participar en la guerra contra la invasión rusa y aprovechar para obtener preparación militar y de combate.

Aunque todas las fuentes policiales desvinculan a los partidos de ultraderecha de estos núcleos violentos y potenciales autores de una acción violenta o un atentado, los expertos reconocen que el incremento del discurso xenófobo y criminalizador de la inmigración puede ser caldo de cultivo para la radicalización de individuos y su captación por parte de los grupúsculos de supremacistas blancos.

En Catalunya ha crecido la representación en el último ciclo electoral de la extrema derecha, tanto la de carácter españolista (aunque en niveles inferiores al del resto del Estado) como la independentista. Vox consiguió 11 diputados en las elecciones al Parlament de febrero de 2021, 124 concejales en las municipales de mayo pasado y dos diputados en las generales del 23J.

El fenómeno más novedoso ha sido el de la ultraderecha independentista que obtuvo 14 concejales entre el Frente Nacional de Catalunya y su escisión Aliança Catalana. Un resultado mucho menor que el de Vox pero que ha tenido especial resonancia al conseguir un par de alcaldías, entre ellas la de la pequeña ciudad de Ripoll, capital de la comarca del Ripollès en Girona. A unos y otros habría que añadir los dos concejales de otro pequeño partido catalán llamado Som Identitaris, impulsado por exdirigentes de la extinta Plataforma per Catalunya de Josep Angalada, tras una escisión, de carácter no independentista sino españolista, pero igualmente xenófobo. La adscripción nacionalista (españolista versus nacionalista catalana)- separa a los dos grupos pero comparten su discurso radical contra la inmigración.

Las redes sociales y los discursos extremistas

Los expertos policiales también apuntan a que los discursos extremistas violentos han logrado una presencia excepcional por los nuevos modelos de relación que han facilitado las redes sociales.

Los Mossos apuntan a que, además, la pandemia de la covid-19 perfiló unas circunstancias propicias para la difusión y el consumo de la propaganda de organizaciones extremistas violentas. Y añaden que "los extremismos violentos pueden manifestarse de forma diversa, desde discursos del odio hasta la discriminación contra determinadas personas utilizando la violencia o el terrorismo".

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