Este artículo se publicó hace 2 años.
Crónica de un bloqueo
Sara Serrano
Madrid-
El pasado jueves Alberto Núñez Feijóo anunció que suspendía las negociaciones con el PSOE para renovar el Consejo General del Poder Judicial, órgano que recordemos, lleva bloqueando desde hace casi cuatro años. Hasta ese día, el pacto parecía inminente, tanto es así que Presidencia había reservado la agenda del viernes para presentar el acuerdo públicamente.
En el cambio de postura de Feijóo han tenido mucho que ver tanto la presión interna dentro del partido como la presión mediática. Pero empecemos desde el principio. En mayo de 2022, tan sólo un mes después del nombramiento de Feijóo como Presidente del Partido Popular [tras la defenestración de Pablo Casado a la que contribuyeron en gran medida los medios de comunicación conservadores], el recientemente nombrado líder del PP se erigía como "hombre de Estado" y defendía la necesidad de desbloquear el Poder Judicial y de llegar a grandes acuerdos con el Gobierno.
El plan de Feijóo de presentarse como un hombre con responsabilidad de Estado y abandonar el bloqueo del Consejo General del Poder Judicial chocó contra las posturas de algunos de los pesos pesados del partido con intereses propios. En primer lugar con Isabel Díaz Ayuso, que ha criticado duramente la posibilidad de un pacto con el Gobierno para renovar el Poder Judicial. Durante el último mes, y según avanzaban las negociaciones, la presidenta madrileña, ha insistido una y otra vez en su oposición al acuerdo.
Pero las presiones de Ayuso no se quedaron ahí. Tal y como han revelado distintos medios y han confirmado fuentes del Gobierno de Madrid, pocas horas antes de la ruptura de las negociaciones, la líder madrileña le habría mandado un mensaje de Whatsapp a Feijóo instándole a no pactar con Sánchez. "Es una barbaridad", le habría escrito. Otro de los peces gordos que se ha mostrado públicamente en contra de cualquier tipo de acuerdo con el Gobierno para renovar la judicatura es el líder del PP andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla.
Y además de las presiones políticas, Feijóo ha recibido también importantes presiones mediáticas. Los mismos medios que contribuyeron a la caída en desgracia de Pablo Casado y que auparon a Feijóo como nuevo presidente del Partido, han dedicado enormes cantidades de saliva y tinta a tratar de boicotear cualquier tipo de acuerdo. No es baladí que la decisión de abandonar las negociaciones venga después de varias portadas y editoriales de El Mundo contrarias al pacto.
Pues bien, las presiones del ayusismo y de sus altavoces mediáticos, han contribuido finalmente a que Feijóo abandonase las negociaciones con el Gobierno.
El líder del PP ha justificado esta decisión con una pirueta mortal. Tratando de vincular las negociaciones de desbloqueo del Consejo General del Poder Judicial a la propuesta de reforma del delito de sedición. El PSOE está considerando la posibilidad de modificar el delito de sedición por el que se condenó a más de diez años de cárcel a los líderes independentistas en el juicio del procés por considerarlo desproporcionado y no homologable a la legislación de otras democracias europeas.
Pedro Sánchez dice claramente que la reforma del delito de sedición no es viable a día de hoy por no contar con los suficientes apoyos parlamentarios, sin embargo, Alberto Núñez Feijóo se ha aferrado a esto para justificar la ruptura de las negociaciones. Es extraño porque Cuca Gamarra había reiterado en diversas ocasiones que las negociaciones de renovación del Poder Judicial y de reforma del delito de sedición son negociaciones independientes que van por carriles distintos.
La posición de Feijóo como líder del partido no se encuentra en su mejor momento. Las últimas encuestas constatan una tendencia a la baja del PP: Sigma Dos le da un 1,4% menos de intención de voto en comparación a octubre y un 1,2% menos respecto a septiembre.
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