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“A nosotras nos educan para quedarnos en casa; a ellos, para tomar decisiones importantes”: sólo 20 países están gobernados por mujeres en 2018

La abogada feminista Sahlework Zewde es la primera presidenta Etiopía. Pero no todos los casos en los que una mujer accede al poder implica directamente que se aborden políticas de género y progresistas.

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Sólo 20 países están gobernados por mujeres en 2018

Buenos Aires (ARGENTINA),

“Primera mujer presidenta del Supremo en Etiopía”; “Etiopía hace historia al nombrar presidenta a una mujer por primera vez”. En pleno 2018, que sea una mujer quien tome el mando de un país es noticia destacada. Y no muy habitual. Sólo 20 países en el mundo están gobernados actualmente por mujeres. Sahlework Zewde, presidenta de Etiopía, ha sido la última mujer en acceder al Gobierno de un país, convirtiéndose así en la única presidenta de África.

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A pesar de que en el ámbito legal hay avances hacia la igualdad, el movimiento feminista reafirma que el techo de cristal para la mujer en la sociedad y en el mundo laboral en particular continúa siendo una evidencia y un claro obstáculo para la igualdad de género. La raíz del problema, afirma la presidenta de la Asociación de Mujeres Juezas de España, Glòria Poyatos, se encuentra en la educación machista, que es común en todos los países. “Estamos en una sociedad que predica ser feminista, pero que a su vez continúa cosificando a la mujer, subordinándola e infravalorándola; manteniendo una cultura de la devaluación continua de su imagen”, denuncia la magistrada a Público.

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Isabel Perón (Argentina), Margaret Thatcher (Reino Unido) o Sirimavo Bandaranaike (Sri Lanka) son algunas de las primeras mujeres que consiguieron llegar al poder al frente de un país. Pero que una mujer presida un Estado no implica que se apliquen políticas de género o que se aborde una agenda feminista. Así lo ratifica la coordinadora de Economía Femini(s)ta, Candelaria Botto, quien asegura que “a pesar de que el machismo nos afecta a todas las mujeres, seguimos en una sociedad que nos ha educado sin perspectiva de género y estamos aún en proceso de deconstrucción”. “El mensaje que se manda continuamente es que las mujeres tenemos inferioridad intelectual, física y moral respecto al hombre. A nosotras nos educan para quedarnos en casa; mientras que a ellos les educan para tomar decisiones importantes, de reconocimiento social. Y terminamos creyendo que es así y que somos incapaces de aspirar a puestos de poder”, sentencia la magistrada.

Esta es la lista de las 20 mujeres que gobiernan un país en la actualidad:

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Angela Merkel, canciller de Alemania (2005-Actualidad). La mujer más poderosa del mundo, que llegó al frente de Alemania con el partido liberal y conservador Unión Democrática Cristiana (CDU), no levantó la mano cuando un moderador en un acto del G-20 de 2017 invitó a alzarla a quien se considerara feminista. Así también lo han manifestado sus políticas, como su voto en contra al matrimonio igualitario en 2017 o el rechazo a crear cuotas de mujeres en cargos directivos de grandes empresas.

También afirmó compartir puntos en común y diferencias con el movimiento feminista, asegurando que no quería cargar ninguna etiqueta. Aún así, ha afirmado públicamente que queda mucho terreno por ganar en la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres y ha instado a los alemanes a continuar reivindicando la no discriminación por género. La canciller ha anunciado recientemente que abandonará el liderazgo de su partido, aunque continuará como jefa de Gobierno hasta el año 2021.

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Sheikh Hasina, primera ministra de Bangladesh (2009-Act). Hasina lidera el partido la Liga Awami de Bangladesh (BAL). Es autora de libros como ‘Reflexiones sobre la erradicación de la pobreza’, ‘Queremos hablar en nombre del pueblo’, ‘Contra la degradación de la humanidad’ o ‘Pueblo y democracia’. Sus medidas en Educación muestran su compromiso con la lucha feminista, dando lugar a una mayor presencia de las niñas en las aulas.

Mia Mottley, primera ministra de Barbados (desde mayo 2018). Llegó al poder de la mano del Partido Laborista de Barbados (BLP), con el que promulgó medidas a favor del derecho al asilo. La que se ha convertido en la primera mujer al frente del país caribeño, llevaba prácticamente toda su vida inmersa en la política. Participó en varios grupos parlamentarios vinculados a la seguridad interna, la violencia de género y al sector militar. También ocupó los cargos de ministra de Educación, Juventud y Cultura; fiscal general y ministra de Interior; presidenta del Consejo Económico de Barbados.

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Kolinda Grabar-Kitarovic, presidenta de Croacia (2015-Act). Ligada a la ultraconservadora Unión Democrática Croata (HDZ), partido que se define como centro-derecha. A pesar de que en su visita a Argentina reconoció que legalizar el aborto hace que disminuyan los casos y de destacar que “ningún país en el mundo ha logrado la completa equidad de género”; su programa político incluye graves discriminaciones xenófobas, contra los refugiados. Por ejemplo, con la Ley de Extranjería se prohíbe el derecho a las necesidades básicas de vivienda, salud o la alimentación a los inmigrantes en situación irregular.

Kersti Kaljulaid, presidenta de Estonia (2016-Act). Líder del partido conservador cristiano Unión Pro Patria, señala que “la libertad religiosa es piedra angular de la democracia”. Kaljulaid ocupaba la representación del país en el Tribunal de Cuentas de la UE. La presidenta, que se autodefine como liberal-conservadora, adoptó el Plan de Desarrollo de Bienestar en 2016, que incluye un enfoque de igualdad de género. El plan se centra en cuestiones de independencia económica, como la brecha salarial, la participación equilibrada o el impacto negativo de los estereotipos de género.

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Sahle-Work Zewde, presidenta de Etiopía (desde octubre 2018). Zewde es la última en sumarse a la lista y, en la actualidad, la única presidenta mujer en África. La abogada feminista, que fue directora general de la ONU en Nairobi, ha sido elegida a raíz de que el primer ministro Abiy Ahmed aprobara una histórica reforma que establecía que la mitad del gabinete estuviera cubierto por mujeres. Su implicación en la lucha feminista es notable: “Necesitamos construir una sociedad que rechace la opresión hacia las mujeres”.

Katrín Jakobsdóttir, primera ministra de Islandia (2017-Act). La política islandesa pertenece al Partido Verde, socialista y ambientalista, cuya agenda se centra en el cambio climático, la igualdad de género y los presupuestos en educación y salud. Formó coalición con la formación conservadora Partido de la Independencia, lo que generó bastante polémica entre los votantes por su presunta involucración en casos de corrupción. Con 42 años, Jakobsdóttir se convirtió en la líder europea más joven. De su mano, Islandia se convirtió en el primer país del mundo en prohibir la desigualdad salarial entre hombres y mujeres.
Hilda Heine, presidenta de Islas Marshall (2016-Act). Heine fundó Mujeres Unidas Juntas de Islas Marshall. Su lucha por el medio ambiente y el reconocimiento de las mujeres ha sido constante. Incide en cómo las mujeres son las principales afectadas por los impactos del cambio climático, y la dificultad para tomar medidas al respecto ante el techo de cristal que se encuentra el género femenino a la hora de acceder a los puestos de poder.

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Dalia Grybauskaite, presidenta de Lituania (2009-Act). Grybauskaite, que accedió a la presidencia del país con una candidatura independiente, fue la primera mujer en ostentar el cargo en Lituania. Su trayectoria política comienza como ministra de Relaciones Económicas Internacionales y de Asuntos Exteriores, y continúa como ministra en la Embajada de Lituania en EEUU o como viceministra de Finanzas. Las políticas de la presidenta lituana pretenden ir acorde con el compromiso en la promoción y aplicación de los tratados de igualdad entre hombres y mujeres a través del Instituto Europeo de la Igualdad de Género (EIGE) del Parlamento Europeo, que reserva su sede en este país.

Marie Louise Coleiro Preca, presidenta de Malta (2014-Act). La líder del Partido Laborista destacó en la Cumbre sobre el Mundo del Trabajo de la OIT [] la urgencia de actuar políticamente contra la violencia de género y, a su vez, lograr la igualdad económica. Así, Malta encabeza la lista de países en promulgar leyes para reconocer derechos al colectivo LGTBIQ+.
Aung San Suu Kyi, consejera de Estado de Myanmar (2016-Act). Presidenta de la Liga Nacional para la Democracia (NLD), la nobel de la Paz causó una gran decepción tras su primera año de mandato: no consiguió frenar la violencia contra los rohinyás. Lo que la ONU calificó como “intento de genocidio”, ha llevado al Parlamento de Canadá a pedir que se retire la ciudadanía honoraria a Aung San Suu Kyi.

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Saara Kuugongelwa, primera ministra de Namibia (2015-Act). Líder de la Organización del pueblo de África del Sudoeste, se reconoce como gran implicada en la lucha por la liberación del país. Vivió parte de su juventud en el exilio en Sierra Leona y estudió Economía en EEUU. En un año, desde que tomó el cargo, Namibia pasó del 40º al 16º puesto en el Índice de Brecha de Género del Fondo Económico Mundial.

Bidhya Devi Bhandari, presidenta de Nepal (2015-Act). Esta activista feminista preside el Partido Comunista de Nepal Unificado Marxista-Leninista (PCN-UML). Anteriormente fue ministra de Defensa y luchó por el fin de la monarquía hindú de más de dos siglos. Bidhya también impulsó una mayor presencia de la mujer en la política, en un país en el que la violencia hacia este género es extrema.

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Erna Solberg, primera ministra de Noruega (1985-Act). Perteneciente al partido conservador Høyre, ha promovido políticas de igualdad de género sobre la violencia y el maltrato, centradas en la educación, el trabajo y la salud.

Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda (2017-Act). La líder del Partido Laborista reivindicó la conciliación tras la maternidad, llevando a su hija de tres meses a la Asamblea de la ONU. Ya había reclamado meses atrás que su embarazo no intervendría en su trabajo: “No soy la primera mujer en trabajar al tiempo que va a tener un bebé”.

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Theresa May, primera ministra de Reino Unido (2016-Act). La británica, del Partido Conservador y Unionista, se ha manifestado crítica con la brecha salarial y la discriminación de la mujer, aunque ha sufrido una evolución en sus pensamientos sobre igualdad e inmigración, que al comienzo de su mandato tenían un carácter más conservador. Reino Unido no era gobernado por una mujer desde Margaret Thatcher.

Viorica Dăncilă, primera ministra de Rumanía (desde enero de 2018). Del Partido Socialdemócrata, la primera ministra de Rumanía también es miembro del Comité de las Mujeres e Igualdad de Género. A pesar de ello, Rumanía sigue sin legalizar el matrimonio igualitario, después de despenalizar la homosexualidad en el año 2001.

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Ana Brnabic, primera ministra de Serbia (2016-Act). Brnabic no se encuentra vinculada a ningún partido político. Ha conseguido ser la primera mujer en ostentar el cargo y es la primera política declarada abiertamente homosexual. Ha encabezado marchas del orgullo LGTBIQ+, para reivindicar los derechos del colectivo y en defensa de la diversidad.

Halimah Yacob, presidenta de Singapur (2017-Act). Sin pasar por las urnas, la integrante del Partido de Acción Popular (PAP) era la única en cumplir los requisitos para la presidencia, convirtiéndose en la primera mujer de la comunidad malaya que accede a ella. De religión musulmana, su objetivo es “representar a todas las razas, creencias y comunidades y servir como fuerza unificadora”.

Paula-Mae Weekes, presidenta de Trinidad y Tobago (desde marzo de 2018). Esta abogada trabajó en la oficina del director de la Fiscalía Pública durante más de diez años. Trinidad y Tobago es uno de los países que se incluye en el Convenio sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación hacia la Mujer (CEDAW).

Educación con perspectiva de género

Las feministas insisten en que la solución radica en una educación con perspectiva feminista para romper el rol sociocultural que nos imponen desde que nacemos en función del género. Aún existen países que no han estado nunca en manos de mujeres, como es el caso de España. La magistrada Poyatos se muestra segura ante que una presidenta ocupará el cargo próximamente: “Primero ocuparemos el poder judicial y, poco después, el Ejecutivo. En nuestro país hay grandes figuras políticas femeninas, con buena formación y capacidad”. También destaca la figura de Michelle Bachelet, la expresidenta de Chile, como referente feminista.

“Aunque ser mujer no signifique directamente ser feminista, será más fácil que una presidenta detecte la problemática de la violencia de género y del machismo social, porque probablemente haya vivido muchas de las situaciones que se ponen sobre la mesa”, insiste la presidenta de la AMJE. También incide en que debemos erradicar el prejuicio social de que las mujeres somos cuidadoras, que les otorga un contrato preferente a los hombres, presuponiendo que van a estar más implicados y más presentes en el trabajo.

“En las calles estamos exigiendo la igualdad real y una política con perspectiva de género, ya sea a un presidente o a una presidenta. Poco a poco vamos accediendo a los altos mandos y haciéndonos más presentes. Terminaremos consiguiéndolo”, concluye Botto.

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