ERC y PSC encaran el esprint final de la negociación con el reto de desencallar la nueva financiación
El preacuerdo para la investidura de Illa está atascado en la discusión sobre la recaudación de impuestos en Catalunya, el reparto de fondos y la ejecución del nuevo sistema, pero ERC ultima los preparativos para la consulta a las bases.
Barcelona-Actualizado a
Fin de semana trepidante para la política catalana, y por extensión para la española, con reuniones maratonianas entre las delegaciones negociadoras del PSC y ERC. También entre el PSC y los Comuns, pero de menor intensidad. Socialistas y republicanos han combinado los encuentros presenciales con llamadas, mensajes al móvil e intercambio constante de propuestas, centrados especialmente en la llamada financiación "singular" que demanda ERC. Por lo cual, buena parte de este frenético movimiento negociador se ha trasladado –vía telemática– también a Madrid, con consultas a responsables del PSOE y del Gobierno español.
Y es que la negociación para conseguir cerrar el preacuerdo entre el PSC y ERC para investir a Salvador Illa como 133º president de la Generalitat entra en la recta final, antes de que expire el plazo fijado por Esquerra dentro de tres días. Según fuentes de la negociación, el acuerdo es prácticamente total en las carpetas del catalán, Estado del bienestar e infraestructuras. Pero está encallado en la de la financiación, la más compleja.
ERC activa los preparativos para la consulta a las bases
ERC y PSC no acaban de encontrar la fórmula para ajustar una propuesta satisfactoria. Se discuten conceptos técnicos en torno al organismo de recaudación de los impuestos y cuáles se deberían recaudar, sobre el método de reparto de los fondos recaudados entre la Generalitat y el Estado, y sobre el calendario de aplicación del nuevo sistema de financiación. ERC exige también compromisos claros por escrito para el establecimiento de un nuevo sistema de financiación que comporte "soberanía fiscal para Catalunya", en palabras de la secretaria general Marta Rovira, y que sea inalterable sin el acuerdo de la Generalitat, para que un futuro nuevo Gobierno español no lo pueda desmantelar.
A tres días del plazo fijado por ERC para dar por acabadas las negociaciones, ninguna fuente de los dos partidos se atreve a pronosticar de forma rotunda que haya preacuerdo, y la Ejecutiva de este lunes de los republicanos será trascendental. Con todo, Esquerra mantiene de momento activado el operativo para informar primero, y consultar después, a sus bases. Esta semana hay convocada asambleas, por ejemplo, este martes con la militancia de la Federació del Camp de Tarragona en el municipio de la Selva del Camp, entre otras. En caso de preacuerdo, ERC plantea hacer la consulta a finales de esta semana que empieza o principios de la próxima. Y de ser avalado el preacuerdo, la investidura de Salvador Illa se fijaría entre el 7 y el 15 de agosto, mucho antes de agotar el plazo para la repetición electoral del 26 de agosto.
Encallados en conceptos clave para la financiación
ERC insiste en que Catalunya debe tener "la llave de la caja", y rechaza de entrada el consorcio planteado por el PSC
El nudo gordiano del desencuentro en el nuevo sistema de financiación estriba en que el PSC propone, concretamente, que se preste atención al artículo 204 del Estatut, que permite que se cree un consorcio tributario paritario con participación del Estado y de la Generalitat. Según el PSC, éste es el mecanismo que permitiría recaudar todos los impuestos como exige ERC, pero "conjuntamente". En cambio, ERC insiste en que Catalunya debe tener "la llave de la caja", y pasar a recaudar la totalidad de los impuestos y tributos, en un régimen nuevo, fuera del general del resto de autonomías de régimen común. Esquerra rechaza de entrada el consorcio planteado por el PSC y la discusión también se centra en qué impuestos debería recaudar la Generalitat, por ejemplo, en torno a la cesión del 100% del IRPF, que supondría más de 13.500 millones de euros, el 46% del total de la recaudación vía impuestos en Catalunya. El impuesto sobre la renta permite visualizar, además, a la Generalitat como la principal gestora de los impuestos, por su extensión y magnitud entre la población.
Por otro lado, la propuesta impulsada por la consellera de Economía en funciones, Natàlia Mas, plantea un reparto de los fondos recaudados con una negociación bilateral en que Catalunya devuelva al Estado una parte de la recaudación por los servicios prestados, así como un mecanismo de "solidaridad" entre territorios, a fin de que el ministerio de Hacienda pueda financiar otras autonomías deficitarias. Una suerte de concierto vasco a la catalana que los socialistas rechazan.
La presión de Junts y los maximalismos de ERC
En el PSC cunde la idea de que "el acuerdo debería estar encarrilado", pero reconocen que "estamos encallados en el tema de la financiación y vamos a necesitar más tiempo", asegura un dirigente del PSC. Aunque con mucha prudencia y en privado, para no enrarecer la relación con ERC que ahora mismo se define como "cordial" y "fluida", algunos dirigentes socialistas achacan el problema a "la falta de flexibilidad de Esquerra en un tema muy complejo política, pero también técnicamente, por un maximalismo –la demanda de un sistema similar al concierto vasco– que responde a la presión ejercida desde Junts y Puigdemont". Fuentes socialistas también admiten preocupación porque ERC "pueda sucumbir a la presión", como la efectuada este sábado por Puigdemont en un acto de Junts.
"No trasladaremos a las bases un mal acuerdo", asegura Rovira
En Esquerra niegan la mayor y aseguran que su posición no tiene nada que ver con las presiones de Junts, sino con "conseguir un buen acuerdo para Catalunya que solucione los problemas de financiación que sufre la Generalitat, la injusticia fiscal que se impone a los catalanes y que sea un acuerdo confiable y perdurable en su aplicación", aseguran fuentes próximas a la secretaria general, Marta Rovira. "No aceptaremos cualquier acuerdo, no trasladaremos a las bases un mal acuerdo", asegura la propia Rovira. Desde ERC añaden que, "si hubiera preacuerdo, debería ser lo suficientemente ambicioso y potente porque, en caso contrario, de poco servirá, ya que las bases no lo aceptarán". Y es que para ERC los términos "confiable" y "perdurable" son de gran relevancia.
Las bases de Esquerra no confían en los socialistas
Respecto al término "confiable", lo explicita perfectamente la portavoz de los republicanos, Raquel Sans: "Una de las cosas que hemos detectado en los múltiples contactos con la militancia de Esquerra es la extensa y profunda desconfianza que existe hacia el cumplimiento de los acuerdos por parte de los socialistas". En este sentido, ponen de relieve la importancia, para cambiar esa percepción de desconfianza de los acuerdos suscritos esta semana entre la Generalitat y el Gobierno español en temas como Rodalies o el traspaso del Ingreso Mínimo Vital.
En cuanto al "perdurable", ERC exige garantías de que el nuevo sistema se aplicará en la línea de "dotar a Catalunya de mayor soberanía fiscal" y que no se pueda retroceder una vez instaurado. Marta Rovira abre una opción de progresividad y ambigüedad que puede facilitar el acuerdo: "Necesitamos una financiación singular que avance hacia la plena soberanía fiscal, basada en la relación bilateral con el Estado y la recaudación, gestión y liquidación de todos los impuestos". La expresión "avanzar hacia", deja puertas entreabiertas para la negociación, pero ERC no quiere que ello sea un coladero, y exige a los socialistas un calendario claro de implementación de la nueva financiación y compromisos explícitos de su ejecución. Según la portavoz, Raquel Sans: "Nosotros queremos garantizar que haya suficientes recursos para los servicios públicos de los catalanes gobierne quien gobierne".
Sans admite que "el preacuerdo es posible", pero devuelve a los socialistas la pelota de las acusaciones de sumisión a Junts, y mete presión al PSC. Sans apunta que los socialistas catalanes se someten a las directrices del PSOE, frenando el mejor sistema de financiación posible para Catalunya y anteponiendo sus intereses a los de los catalanes. "Cualquiera que quiera ser president de la Generalitat –en referencia a Salvador Illa– debe ser consciente de que hay 22.000 millones de euros que cada año se generan en Catalunya, que se van y no vuelven y que esto va en detrimento de los servicios públicos de los catalanes y las catalanas. No quiero creer que alguien es capaz de defender más los intereses de su partido en Madrid que los intereses de la gente de Catalunya", remata Sans en una entrevista a TV3, en clara alusión al dirigente del PSC.
Catalunya, de las que más aporta y de las que menos recibe
La discrepancia entre PSC y ERC reside en el sistema de financiación, pero hay sintonía en la necesidad de corregir el grave desequilibrio en la ordinalidad financiera de las comunidades autónomas. Las cifras son elocuentes y las últimas se han hecho públicas este mismo viernes en plena negociación. Catalunya continúa por decimotercer año consecutivo a la cola de las comunidades de régimen común en ingresos recibidos del Estado por habitante, a pesar de estar entre las que más aporta. Así se desprende de los datos de liquidación comunicados por el Ministerio de Hacienda y que el Govern ha difundido en una evidente maniobra de presión.
En 2022, Catalunya fue el tercer territorio que más aportó a las arcas estatales, pero el décimo en recursos recibidos
Según estas cifras oficiales del Gobierno español, en el 2022, Catalunya fue el tercer territorio que más aportó a las arcas estatales, pero el décimo en recursos recibidos. Así, cada catalán aportó 3.565 euros, pero recibió 3.264 euros. Además, si se tiene en cuenta el coste de la vida, los recursos totales recibidos caen hasta los 3.043 euros per cápita, situando a Catalunya como la decimocuarta comunidad, sólo por delante de la capital, Madrid.
En medio de los números y de la complejidad política, económica y legislativa de la financiación, la investidura de Salvador Illa como 133º president de la Generalitat está en el aire. Habrá que ver como se desarrollan las próximas horas de negociación, que serán tremendamente tensas e intensas. Y estar atentos a la decisión que tome la Ejecutiva de Esquerra este lunes, donde estaba previsto estudiar y posiblemente ratificar un posible preacuerdo, formulando la pregunta para las bases que también será clave, pero todo apunta a que ello no será posible y que la Ejecutiva de ERC tendrá que decidir si mantiene el plazo del miércoles que viene como fecha límite o si relaja las exigencias en tiempo y fondo.
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