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España y Francia elevan al máximo su cooperación y sitúan la energía como prioridad

Los respectivos presidentes, Pedro Sánchez y Emmanuel Macrón, aprovechan la cumbre bilateral celebrada en Barcelona para sellar un "histórico" Tratado de Amistad y Cooperación, que fija establecer una estrecha coordinación para ganar influencia en la UE y apuesta por acelerar la reforma del mercado eléctrico europeo y la transición energética.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron (i) y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), se abrazan tras la firma de un Tratado de Amistad entre sus respectivos países, durante la XXVII Cumbre Hispano-Francesa, en el Museo Nacional de Arte de Catalu
El presidente de Francia, Emmanuel Macron (i) y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), se abrazan tras la firma de un Tratado de Amistad entre sus respectivos países. David Zorrakino / Europa Press

Con un marcado simbolismo, la vigesimoséptima cumbre hispano-francesa ha servido para escenificar el significativo paso adelante que dan las relaciones diplomáticas entre ambos estados. La firma del Tratado de Amistad y Cooperación -bautizado también como Tratado de Barcelona por el escenario del encuentro- por parte de Pedro Sánchez y Emmanuel Macron sitúa las relaciones de Francia y España al mismo nivel que las que el país galo tiene con Alemania e Italia y permite al primero atribuirse un claro éxito en el frente internacional.

Con las palabras rimbombantes habituales en estos casos, consideran que la cumbre de este jueves ha sido "histórica" -según Sánchez-, mientras que la culminación del Tratado supone solventar una "anomalía" entre los dos estados vecinos, para Macron. Ambos presidentes han insistido en la voluntad de reforzar la ayuda a Ucrania en su guerra con Rusia, a la vez que el documento pone el foco en fijar una estrecha colaboración entre los dos estados para ganar influencia en la Unión Europea.

Aprovechando el escenario, en la comparecencia de prensa final Sánchez ha celebrado que "este texto esté unido al nombre de Barcelona, un puente simbólico entre los dos países". Para Macron, el Tratado refuerza la cooperación "ante grandes acontecimientos" como "la guerra en Ucrania o la amenaza rusa", además de mejorar la coordinación en áreas como la defensa o la lucha antiterrorista.

La cuestión energética ha sido uno de los temas clave de la cumbre, hasta el punto de que ya se puede hablar de una alianza entre Madrid y París para reformar el mercado eléctrico europeo, en la línea de la excepción ibérica en marcha des del pasado junio. Acelerar la transición hacia fuentes descarbonizadas -con el proyecto del hidroducto H2Med entre los puertos de Barcelona y Marsella como emblema- o mejorar la interconexión energética entre ambos estados son otros puntos de esta carpeta que se han abordado en Barcelona. Sánchez, directamente, ha manifestado que el H2Med es "sinónimo de sostenibilidad, diversificación y autonomía estratégica".

Paralelamente, Sánchez también ha logrado trasladar su particular mensaje de "normalidad institucional" con Catalunya, ya que pese a la ruidosa y numerosa -aunque no masiva- protesta del independentismo, la cumbre se ha podido celebrar sin problemas en el majestuoso Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), con la presencia del president de la Generalitat, Pere Aragonès, en el acto de recepción al propio líder del PSOE y al presidente francés. Pese a todo, la movilización independentista, que ha congregado a miles de personas -6.500, según la Guàrdia Urbana de Barcelona, cifra que los organizadores elevan a 30.000-, ha demostrado que el conflicto político sigue vivo, aunque la situación no tenga nada que ver con la del 2017.

Las interconexiones eléctricas y ferroviarias -el célebre Corredor Mediterráneo-, la inmigración, la reapertura de los nueve pequeños pasos fronterizos que París mantiene cerrados desde hace más de dos años o la firma de acuerdos bilaterales en materia de Defensa han sido otros de los temas abordados en una reunión que ha implicado la presencia en la capital catalana de los dos presidentes y diez ministros por cada lado.

Además de Sánchez, por parte española han participado tres vicepresidentas -Nadia Calviño, Yolanda Díaz y Teresa Ribera- y los ministros de Exteriores, Defensa, Interior, Agricultura, Educación, Transporte y Cultura, que en todos los casos se han reunido privadamente con sus respectivos homólogos franceses antes de la sesión plenaria que ha aglutinado a las dos delegaciones enteras.

Aragonès: "El Procés no ha terminado"

El inicio de la cumbre, marcado por la recepción a las dos delegaciones protagonizada por Pere Aragonès, la alcaldesa Ada Colau, y la delegada del Gobierno en Catalunya, Maria Eugènia Gay, como anfitriones, ha sido aprovechada por el primero para conversar brevemente con Sánchez. En concreto, Aragonés le ha traslado que, a diferencia de lo que dijo el ministro Félix Bolaños, el "Procés no ha terminado" y ha defendido la necesidad de desencallar la negociación de los presupuestos de la Generalitat que el Govern de ERC mantiene con el PSC. En cuanto a Macron, en una brevísima salutación institucional, el president le ha agradecido la visita y le ha comentado la voluntad de Catalunya de llegar a ser un socio europeo.

Acto seguido Aragonès se ha ido, justo antes de que sonaran los himnos español y francés y de la foto de familia de los participantes del encuentro. En la rueda de prensa que ha marcado el final de la cumbre, Sánchez ha quitado hierro a la marcha repentina de Aragonès y le ha agradecido que "a diferencia de otros presidentes autonómicos" haya asistido a la recepción a Macron. El también líder del PSOE hacía así una velada referencia al presidente gallego, que no asistió en ningún momento a la cumbre entre España y Alemania celebrada en octubre en Galicia. El presidente del Gobierno también ha subrayado que protestas como la protagonizada por los independentistas en las cercanías del MNAC caben en la Constitución.

¿Qué dice el Tratado?

Con el Tratado, las dos partes se comprometen a "intensificar su diálogo político y su cooperación bilateral en todos los ámbitos y entre sus sociedades, trabajando así por el fortalecimiento del proyecto europeo". El nuevo marco de relaciones fija que se celebrará al menos una cumbre bilateral al año, el escenario de la cual se irán alternando España y Francia, y a la que asistirán los dos presidentes y a los ministros que estos designen. El texto, de 24 páginas, expone como ambos estados pretender constituir un nuevo eje de influencia dentro de la UE, hasta el punto que especifica que "se comprometen a mantener una concertación estrecha sobre cuestiones de actualidad relacionadas con los fundamentos y el futuro de la Unión Europea".

¿Y cómo se materializará? Una respuesta la encontramos en el artículo cuatro, que detalla que "tanto a nivel político como de altos funcionarios, las partes se consultarán regularmente antes de las grandes decisiones europeas sobre temas de interés común, con el fin de tratar de establecer posiciones comunes y de impulsarlas conjuntamente, en el seno de las instituciones europeas y ante los demás Estados miembros".

Esta estrecha coordinación también implica que los dos estados "promoverán la definición, a escala de la Unión Europea, de prioridades estratégicas, instrumentos de influencia y posiciones unificadas en el seno de las Naciones Unidas y del sistema multilateral". Además el documento apuesta por desarrollar una "defensa europea más fuerte, al servicio de la autonomía estratégica de la Unión Europea" y aborda temas como la cooperación transfronteriza. En este sentido, una de las demandas españolas era lograr la reapertura de los nueve pequeños pasos fronterizos -cuatro en Catalunya- que París mantiene cerrados desde hace un par de años -con el argumento de controlar la inmigración ilegal y el terrorismo-. La reapertura no se ha acordado, pero sí se ha pactado la creación de un grupo de trabajo hispano-francés sobre cuestiones migratorias y, llegado el caso, el despliegue de "unidades operaciones binacionales" en estas zonas.

Ya en otros puntos, el Tratado de Barcelona también plantea reforzar las interconexiones -tanto las energéticas, como las de transporte, y las de telecomunicaciones- y defiende la necesidad de acelerar la transición energética, para reducir la "dependencia de los combustibles fósiles". Un proyecto clave en esta área es el hidroducto H2Med, para el cuál ambos estados buscaran financiación europea. Finalmente, el documento aborda también cuestiones de cooperación cultural o de enseñanza.

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