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Europa, dividida entre el rechazo
y la acogida de los refugiados

Mientras algunos países se preparan para la llegada de miles de personas, con campañas de donación de alimentos y ropa, otros se manifiestan contra ellos viviendo su llegada como una amenaza.

Los migrantes caminan hacia un campo de refugiados en Gevgelija, Macedonia, después de entrar en el país por el cruce de la frontera con Grecia. REUTERS

ALICIA IBARRA - @aibarragamez

MADRID.- Más de 120.000 refugiados sirios, iraquíes y eritreos que huyen de la guerra y la pobreza serán relocalizados en Europa en los próximos meses. Mientras las instituciones y los políticos de los diferentes países de la Unión Europea llegan a acuerdos sobre el número de migrantes que deberá acoger cada país y las líneas estratégicas a seguir, la sociedad europea se encuentra cada vez más dividida: ¿Aceptar o rechazar a los refugiados?

Por un lado se hallan aquellos que quieren darles la bienvenida, que están montando campañas para ayudar a los 'sin papeles' con ropa y alimentos, y por otro están quienes proclaman su más profundo rechazo hacia ellos con manifestaciones contra de la "islamización" de Europa.

Es el caso de Varsovia, donde este sábado alrededor de 7.000 ultraderechistas participaron en una convocatoria contra la llegada de refugiados. Sin embargo, desde otras ciudades como Atenas, se pedía a los gobiernos que demostrasen solidaridad y que pusiesen en marcha políticas concretas para la llegada de estas personas que huyen de la guerra y la pobreza. 

En el plano institucional la situación no difiere mucho, hay países más abiertos a su acogida y otros más reticentes a aceptar migrantes. Los que más rechazo han demostrado han sido los de Europa del este: Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia. Por ejemplo, el gobierno húngaro ya ha desplegado al Ejército para guardar su frontera meridional con Serbia con 4.000 militares y tiene previsto cerrar casi totalmente su frontera y aprobar el próximo día 15 de septiembre una nueva legislación que establece penas de prisión -de entre uno y cinco años- para aquellos que crucen ilegalmente su frontera.

Un migrante cruza la frontera de Hungría mientras soldados y policías tratan de atraparlo. REUTERS

Un migrante cruza la frontera de Hungría mientras soldados y policías tratan de atraparlo. REUTERS

Eso ha provocado que el flujo de refugiados que tratan de llegar a Europa a través de los Balcanes se haya acelerado en los últimos días, debido a la urgencia de pasar por Hungría antes de que este país endurezca las barreras físicas y legales para cruzar su territorio.

Por todos estos motivos, miembros de la UE como Austria han denunciado el trato que se está dando a estas personas, más allá de demostraciones de intolerancia como las que fueron grabadas en vídeo sobre una reportera húngara que daba patadas a las personas que huían de los policías en la frontera.

No obstante, y tal y como anunció el Presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, esta semana, los refugiados llegados este año a Europa equivalen al 0,11% de la población de los 28 países del bloque, por lo que acogerles ya no es sólo necesario, sino más que viable.

La Comisión pide a España que acoja a 17.680 personas

La cuota que la Comisión ha establecido que España debe acoger a 17.680 personas, lo que supone -aproximadamente- en cifras a que habría cuatro personas refugiadas por cada 10.000 habitantes. Esto significa que su llegada apenas afectará a la cuota demográfica de las comunidades españolas, siempre y cuando su reparto se hiciese por nivel de población.

En este sentido, la sociedad española se ha volcado en la bienvenida a estas personas procedentes de países pobres o en guerra. Este sábado cientos de ciudadanos han salido por las calles de Madrid, Murcia, Barcelona o Sevilla para solidarizarse con los migrantes y pedir a los gobiernos occidentales menos hipocresía y más acciones concretas para ayudar a los refugiados.

Una niña siria refugiada es abrazada por su hermano mientras llora, momentos después de llegar a un bote en la isla griega de Lesbos. REUTERS

Una niña siria refugiada es abrazada por su hermano mientras llora, momentos después de llegar a un bote en la isla griega de Lesbos. REUTERS

Además, un millar de españoles está tejiendo mantas para enviárselas a los sirios que las necesiten, una iniciativa denominada "Teje por Siria" que comenzó en Huelva, Madrid y A Coruña y que espera reunir centenares de estas prendas para enviarlas el próximo 10 de octubre.

Sin embargo, por parte del Ejecutivo de Rajoy se ha mantenido un doble discurso a lo largo de estas semanas. A la vez que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz alertaba sobre la posible filtración de yihadistas entre los refugiados, el ministro de Economía, Luis de Guindos, decía que la llegada de los migrantes era una "oportunidad económica" para incrementar el crecimiento del país a largo plazo. 

La oposición, que no ha tardado en criticar la incoherencia del Gobierno, ya les ha acusado de "mirar para otro lado" y de tener un plan de acogida "insuficiente y solo de cara a la galería", a la par que han cuestionado la propuesta de Rajoy de "intervenir Siria" si fuera necesario, para solucionar esta crisis migratoria.

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