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Feijóo llega al 23J peleado con sus expectativas

"Los que van a perder la Champions están dispuestos a sumar todos los puntos para decir que son más que los que ha cosechado el ganador. Es una Champions trucada, como siempre", ha dicho el presidente del PP. 

Alberto Núñez Feijóo
El candidato del PP a las elecciones generales, Alberto Núñez Feijóo, participa en el acto de cierre de campaña celebrado este viernes en A Coruña. EFE/Cabalar

"Pechamos na casa", reivindicaba el equipo de colaboradores gallegos de Alberto Núñez Feijóo, presumiendo de que el presidente del Partido Popular cerrase su campaña electoral en A Coruña, en el mismo lugar en el que lo hizo en su penúltima campaña gallega, la de 2016. También Feijóo contentó a sus paisanos: "Es un honor estar en el último mitin de esta campaña donde tenía que ser, donde
debía ser, en mi tierra".

El público estaba entregado —6.000 personas según la organización del partido que parecían menos— a un Feijóo que llega al 23 de julio peleado con sus expectativas. El presidente del PP ha mandado un mensaje claro y radicalmente contrario a lo que este jueves decía Isabel Díaz Ayuso: no hay nada ganado. "Hay que jugar la final. Hemos ganado La Liga, la Copa y ahora toca la Champions", dijo.

Y, sin renunciar a la estrategia por excelencia de la derecha, la de cuestionar el funcionamiento del sistema parlamentario, Feijóo continuó así: "Los que van a perder la Champions están dispuestos a sumar todos los puntos para decir que son más que los que ha cosechado el ganador. Es una Champions trucada, como siempre".

También ha dicho el presidente del PP que la izquierda no sabe perder pero que él sí sabrá irse. "Seré ligero en el paso para irme. De la misma forma que me fui de Galicia me iré de España", dijo Feijóo, al que muchos en su partido le dan "una sola bala" como candidato mientras en Génova el bloqueo y la repetición electoral ya empiezan a resonar.

Cierta peocupación en Génova

Así, el líder de la oposición ha encarado la recta final de la campaña pidiendo "arrasar" en las urnas para evitar la reedición de una coalición progresista con los apoyos externos de PNV, EH Bildu y ERC — "un conjunto de partidos pequeños que simplemente miran para sí de soslayo y con un espíritu de superioridad", según Feijóo— que PSOE y Unidas Podemos han forjado durante esta legislatura.

"Nuestro objetivo el domingo es romper la política de bloques", decía un dirigente popular este viernes al inicio del acto en A Coruña. "Lo que vamos a hacer es sacar a Pedro Sánchez", apuntaba otro. Todos han borrado de sus mensajes la "mayoría contundente para gobernar en solitario" que reivindicaban como posible hace semanas.

Hasta Feijóo ha esquivado ese objetivo en su mitin de cierre. "Prometo que sabré llegar y quiero llegar solo después de ganar y no perdiendo las elecciones", se ha limitado a decir en A Coruña. Pocas horas antes, en Málaga, sí había vuelto a hablar de la posibilidad de la mayoría absoluta. El líder del PP moldea sus discursos y sus expectativas en función del momento y el enclave.

En Génova hay preocupación por cómo se puedan leer los resultados del próximo domingo después de que el propio Feijóo ponga la absoluta sobre la mesa. Sí están seguros de que "el bloque de la derecha", es decir, PP y Vox, sumarán, pero tratan de templar la euforia. Del mismo modo, a 30 horas de las elecciones, nadie en el PP se atreve a rechazar un pacto de gobierno con la extrema derecha.

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