Alberto Núñez Feijóo arrancó y terminó su discurso de investidura de la misma manera: criticando los posibles pactos de Pedro Sánchez, defendiendo que podría ser presidente si quisiera —a pesar de que su alianza con Vox le aleja tanto del PNV como de Junts— y presumiendo de lo que no hará. En medio, una batería de promesas electorales, una reivindicación de su perfil autonomista y una exhibición de cierta frustración por su debilidad numérica.

El presidente del Partido Popular salió "satisfecho" del hemiciclo tras una intervención de más de hora y media. La sesión se reanudará a las 15.30 horas, después de comer, con la intervención del PSOE. 

"A mí no me han votado para entregarles la autodeterminación o la amnistía. ¿Les han votado a ustedes para que se aplique la política económica de Podemos?", les espetó Feijóo a Junts y PNV. Con los primeros, a pesar de su posición pública, Génova ha mantenido contactos informales que ni han reconocido ni han prosperado, en parte, por las presiones internas. Con los nacionalistas vascos, el rechazo a cualquier acuerdo con Feijóo ha sido reiterado en el último mes.

Aun así, este martes, en la que sin duda ha sido una de las intervenciones más importantes de su carrera política, Feijóo ha hecho guiños a los nacionalistas. "Creo que no será sencillo encontrar en la política nacional presente o pasada otro presidente tan sensible" con las comunidades autónomas, con "la importancia de las lenguas cooficiales" y las particularidades territoriales, aseguró desde la tribuna.

Además, Feijóo aseguró que le parece "una anomalía la incomunicación entre el PP y el PSOE". "Lo digo abiertamente", reconoció. Este fue uno de los grandes compromisos que adquirió al convertirse en presidente del PP, cuando prometió enmendar la estrategia de confrontación del defenestrado Pablo Casado. Más de un año y medio después, las relaciones entre los dos principales partidos siguen completamente rotas.

Y el Consejo General del Poder Judicial sin renovar, incumpliendo el mandato constitucional que él mismo reivindicó durante su intervención al decir que "fuera de la Constitución no hay democracia".

Con todo, Feijóo, propuso desde la tribuna la renovación del CJPG tras 4 años y casi 10 meses de bloqueo por parte del PP. Eso sí, condicionada a que a la vez se presente en el Congreso una reforma del sistema de elección y que los jueces elijan a los jueces.

También, como ya adelantaron fuentes del PP a primera hora de la mañana, anunció su intención de crea, en caso en que sea presidente del Gobierno —"ahora o pronto", repite con insistencia— un nuevo delito de "deslealtad institucional" que recupere el espíritu del delito de sedición. Desde Génova no concretan en qué consistiría ese nuevo tipo penal.

Asume medidas económicas de la coalición

En la parte económica, Feijóo ha asumido uno de los grandes compromisos del Gobierno de coalición como es el de subir el SMI al 60% del sueldo medio. También ha defendido que hay que revalorizar las pensiones, aunque sin comprometerse a hacerlo conforme al IPC y flexibilizar la jornada laboral para favorecer la conciliación. En materia de impuestos: rebajas a rentas medias y bajas. 

Se refirió en varias ocasiones a la violencia machista, a pesar de sus pactos con la extrema derecha que la niega; a la necesidad de combatir el cambio climático —"Transición ecológica sí. Dictadura activista en ningún caso", dijo—; y a los efectos de las redes sociales en los menores. 

Así, el del presidente del PP ha sido un discurso que no esquivó el elefante en la habitación —Feijóo arrancó su intervención asentándose ya en el rol de líder de la oposición durante casi 45 minutos—, pero que con el paso de los minutos fue desplegando propuestas como le pedían en el partido.