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Actualizado:El fiscal jubilado Miguel Ángel Subirán ha proseguido este lunes su declaración en el juicio en su contra con la mesa llena de documentos, contestando a las preguntas de los representantes de las acusaciones con el rigor que dan los datos. "Yo lo que quiero es hacer ver al tribunal que las cosas se hicieron bien (...) Al que le piden 120 años es a mí", ha expuesto.
Ha sido una tensa jornada, especialmente cuando le ha tocado el turno al abogado Oriol Rusca, letrado de Álvaro Gijón, exdiputado y exconcejal en el Ayuntamiento de Palma por el PP, que fue investigado por el caso ORA, sobre el supuesto amaño del contrato de las máquinas de aparcamiento.
El característico estilo agresivo y chillón del letrado ha provocado incluso la queja de Subirán. "Me acaba de maltratar", se ha quejado Subirán ante los gritos de Rusca, a lo que este ha replicado: "No creo que tenga derecho a quejarse, que ya me han dicho que sus interrogatorios no son nada comparados a los míos".
Subirán ha relatado una anécdota respecto a esto. "El señor Luzón [jefe de la Fiscalía Anticorrupción] me llamó y me dijo que le habían llegado quejas de algunos letrados de los acusados diciendo que yo era muy malo, muy malo. Le contesté que me las pasara para hacer alegaciones y me replicó que no: "Las archivo de plano, esto no hay por donde cogerlo".
El piso de Álvaro Gijón
Sobre el piso que, según un testigo protegido, el empresario Antonio Roig [uno de los partícipes de la UTE adjudicataria del concurso de la ORA], Subirán ha relatado que "la conclusión a la que llega la Policía Judicial es que ese piso existe. Si vas al Registro de la Propiedad figura a nombre de una sociedad, Binidelta; y si vas al Registro Mercantil resulta que la sociedad pertenece al padre y el hermano de Gijón y luego adquirió la sociedad Álvaro Gijón".
"Es tan claro, que desde que adquiere la sociedad, todos los gastos de suministros de luz, gas, etcétera, quedan domiciliados en una de las cuentas bancarias del señor Álvaro Gijón. Pero Desde que se empezó a investigar esto, Gijón hizo una maniobra delatora, que es volver a domiciliar los recibos a nombre de la sociedad", ha explicado Subirán.
"El señor Gijón ocultó que los recibos venían a su nombre y que cuando se abre la investigación los vuelve a poner a nombre de la sociedad", ha recalcado el fiscal investigado. El caso ORA fue sobreseído por petición del fiscal Tomás Herranz. Subirán ha puesto en relieve que se analizó el expediente de la ORA, pedido al Ayuntamiento, y vieron que no había irregularidades, "sino ilicitudes".
Álvaro Gijón era teniente de alcalde de Palma, coordinador de Turismo, Interior y Seguridad Ciudadana y superior del departamento de Movilidad, del que era titular Vallejo, funcionario que fue investigado también, ha recordado Subirán, que ha añadido. "Gijón intervino [en el concurso de la ORA] defendiendo la propuesta de adjudicación [que fue de 30 millones de euros]". Hay que recordar que el beneficio para la UTE fue de 25 millones de explotación y un millón y pico de beneficio neto al año.
Subirán ha expuesto que, según lo declarado por el concejal Vallejo, hubo una reunión con Gijón y con Isern [el alcalde de Palma] en el que le anunciaron que iba ser el regidor [concejal] de Movilidad ante el inminente triunfo en las elecciones del PP, y que él advirtió de que solo tenía el COU hecho y que solo entendía de Seguros y le dijeron que él solo tenía que firmar lo que le dijera el funcionario Femenia, que también fue investigado.
"Yo no era el fiscal, lo era Juan Carrau"
No obstante todo lo explicado en este sentido, Subirán ha advertido de que ha tenido que estudiarse el expediente porque él no era el fiscal adscrito al caso, sino que lo era Juan Carrau, "pero como ustedes me acusan no me ha quedado más remedio que estudiarme todo esto". Insiste en esta cuestión, que es capital en el juicio, ya que le acusan de presuntas coacciones, detenciones ilegales, obstrucción a la Justicia y revelaciones a la prensa cuando Subirán no era el fiscal Anticorrupción adscrito a la causa Cursach, sino Carrau, que, no obstante, no se sienta en el banquillo.
Respecto al presunto soborno pagado por Antonio Roig, Subirán ha replicado: "Mire, pues no hay fotos ni películas. Nos basamos en la declaración del testigo. Es dinero que me imagino que se mete debajo de un ladrillo y te lo guardas, como se ha hecho toda la vida".
El juez Manuel Penalva, también enjuiciado, indicó la semana pasada en este sentido que "la mesa de contratación del Ayuntamiento de Palma ocultaba actas", incluso el CIF de Roig "que no se podía presentar al concurso porque tenía deudas con el Ayuntamiento. (...) Una testigo dijo que nunca había visto nada tan irregular en 20 años de carrera", dijo el juez jubilado.
La protesta del fiscal
Hay que subrayar que en un momento dado el fiscal Tomás Herranz se ha girado hacia atrás y le ha apuntado algo a Oriol Rusca, durante el interrogatorio. "Una pregunta que le ha pasado el fiscal Herranz", ha advertido el abogado de Subirán, Javier Barinaga, que ha pedido poder ver el vídeo de la declaración judicial de Álvaro Gijón, que muestra que el fiscal Juan Carrau fue el fiscal que estuvo presente y no Miguel Ángel Subirán, como constaba en el acta exhibida por el letrado Rusca.
Herranz ha protestado ante el visionado del vídeo y ha pedido "igualdad de armas", a lo que el presidente del tribunal le ha replicado: "Esto era para constatar que había un error" en el acta que decía que el fiscal de la declaración de Gijón era Subirán cuando él no estuvo presente.
Subirán ha declarado que "a principios de 2019 entro en barrena, con prohibición psiquiátrica de que me incorporen al trabajo, con tratamiento, no volví a tocar un papel. En la pieza ORA 2 no verá ninguna firma mía; no estuve en la declaración ni de Gijón, de su madre, ni de los testaferros". La causa de su baja médica fue toda la campaña de acoso que estaba sufriendo presuntamente del entorno del magnate de la noche mallorquina Cursach.
Seguridad personal del juez y el fiscal
En este sentido, ha relatado Miguel Ángel Subirán los episodios de acoso, también sufrido por el juez Penalva, como la entrada en su casa, en el trastero, los destrozos en el coche y en la moto, por lo que llegó a disponer de una pistola en casa. "Pedí que puesto que nadie acordaba una seguridad pues me la iba a proporcionar yo. Hasta que un día me llamó la fiscal general del Estado, Consuelo Madrigal, y me dijo "Sí o sí vas a tener seguridad". Le expliqué que no quería seguridad de la Policía Nacional. "No, la vas a tener de la Guardia Civil". Y la tuve todo un verano, que fue el verano más feliz de mi vida", ha relatado Subirán.
Después, ha explicado, que un informe de la Policía Nacional, dijo que el riesgo que corrían era bajo, y el Ministerio del Interior les retiró la protección.
"O sea, ¿que tomaban declaración a los testigos yendo armados?", ha preguntado el letrado Antonio Bergas. "Señoría, yo tenía la pistola guardada en mi casa", ha replicado Subirán. "Entonces, ¿para qué le servía la pistola?", ha insistido Bergas.
"Yo en el trabajo me sentía amparado; lo malo venía por la noche: llamadas constantes en el portero automático, llamadas a móviles, llamadas a mi padre en la península, que ya tenía demencia, totalmente intimidatorias", ha abundado el fiscal jubilado, que ha relatado que la primera jueza instructora del caso Cursach también fue objeto de seguimientos y acoso.
Testigo manipulado
"A la jueza Carmen González, que cuánto siento que no se haya considerado pertinente que acuda a este juicio, le hacían seguimientos y yo la acompañaba a su casa; se encontraba la puerta abierta. Los seguimientos se los hicieron incluso a su hija". Bergas, le ha espetado: "¿Cómo se llamaba la hija?" La jueza Carmen González pidió el traslado.
Sobre las acusaciones de un testigo respecto a que Subirán manipuló su declaración: "Tenía pavor al grupo Cursach --dice sobre el testigo--. Venía totalmente aleccionado y predispuesto, amaestrado para contradecir su declaración judicial", ha asegurado Subirán.
"Carrau pidió ridículamente el indulto"
"Si la investigación la llevaba Carrau, ¿por qué no estaba en el chat y usted, que dice que no llevaba nada, sí estaba?", ha preguntado el letrado Rusca. "Yo era consciente de que no estaba en el chat y de una manera pormenorizada, exhaustiva y diaria, desde el correo profesional de Penalva, las diligencias que practicábamos en el caso Cursach y sus causas derivadas, se las enviábamos", ha alegado Subirán sobre la función de Carrau en el caso.
"Estaba tan al tanto que hay tres juicios de piezas separadas en las que Carrau y un humilde servidor fuimos a los juicios, en los que impugnó los recursos. No sé qué giro hubo en la cabeza de Carrau que pasó a boicotear, a pedir ridículamente el indulto a un condenado con antecedentes por delito sexual".
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