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Galicia El amago de salida de Ana Pontón reactiva el proyecto del BNG

Cinco semanas después de proponer "una reflexión" sobre su futuro, nadie duda en Galicia de que la líder de la oposición a Feijóo seguirá al frente del proyecto nacionalista.

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La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón. — César Arxina / EUROPA PRESS

A Coruña,

El órdago que lanzó hace unas semanas la portavoz nacional del Bloque Nacionalista Galego (BNG), Ana Pontón, anunciando un "tiempo reflexión" para decidir cuál debía ser su papel en el futuro de la organización, parece haber logrado el objetivo que pretendía. No sólo acallar las escasas voces críticas con una gestión que ha permitido al nacionalismo gallego alcanzar el momento más dulce de su historia, sino reactivar a la formación y evitar que pueda dormirse en la autocomplacencia.

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A finales de agosto pasado, en la ejecutiva con la que iba a abrir el curso político, Pontón dejó caer que se estaba repensando su papel en el partido de cara a la asamblea nacional que el BNG tiene previsto celebrar el próximo 7 de noviembre. Fue un shock. Porque nadie ponía en duda su liderato ni dentro ni fuera del partido, y porque nadie pensaba que el Bloque pueda seguir creciendo sin ella a su cabeza.

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Pontón ascendió a la portavocía nacional del BNG en febrero del 2016, y siete meses después no pudo evitar que la resaca de las batallas internas del nacionalismo, la sucesión de líderes con escaso aprecio electoral y el ascenso de la izquierda alternativa dejarán al partido con apenas el 8,3% de los votos y una exigua representación de seis escaños de un total de 75. Apenas cuatro años después, Pontón obtuvo 19 diputados con casi el 24% de los sufragios.

"La reflexión que ha propuesto Ana parte de una posición que escapa del conformismo y de la rutina. Porque es evidente que nadie habría cuestionado que se presentase sin más a revalidar su liderazgo y que saliese de la próxima asamblea nacional aclamada por la militancia. Ese sería el camino previsible, pero no es el que ella considera que hay que recorrer para lograr el gran reto histórico del BNG: liderar el gobierno de Galicia dentro de tres años", asegura una fuente del Bloque.

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"Creo que eso es lo que está detrás de su decisión y que, por eso mismo, es también una invitación a una reflexión colectiva. El Bloque pasó de la resistencia y la reorganización al despegue, y en esta asamblea abrirá una nueva etapa política en el que el objetivo es disputar la hegemonía al PP. Por eso su discurso en el último Consello Nacional, el máximo órgano de dirección entre asambleas, fue claro: hoy lideramos la oposición, en tres años queremos liderar Galicia", añade esa fuente.

En esa clave inciden otros miembros de la formación, que prefieren mantener el anonimato o advertir de que sólo hablan off the record cuando alertan de que, pese a los éxitos electorales del BNG de Pontón –un diputado en el Congreso, otra en el Parlamento Europeo, una treintena de alcaldías, once escaños en las diputaciones provinciales y la condición de segunda fuerza política del país–, en la formación aún había sectores que cuestionaban por lo bajini la forma en la que el Bloque está logrando ampliar su base social.

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El BNG es un frente amplio de varios partidos nacionalistas fundado en 1984 por la Unión do Povo Galego (UPG) y el Partido Socialista Galego. La formación funciona externamente como un único partido y buena parte de su militancia es independiente y no está adscrita a ninguno de los colectivos que la integran. Pero el peso organizativo de la UPG, cuyo secretario general es el diputado en el Congreso Néstor Rego, sigue siendo muy relevante.

El liderazgo de Pontón tiene su origen la UPG, de donde provienen los llamados "coroneles" a los que siempre se les ha atribuido –y criticado– el pretender ejercer de guardianes de los principios políticos y organizativos del nacionalismo, basados en el soberanismo y el socialismo. Unas barreras que han propiciado disputas internas incluso en los mejores momentos, cuando logró 18 escaños con Xosé Manuel Beiras en 1997, o cuando accedió a la Xunta en el 2005 con Anxo Quintana en el Gobierno del socialista Emilio Pérez Touriño. Sólo cuatro años después, en el 2009, el PP pudo recuperar el Ejecutivo autonómico porque el BNG perdió el escaño que hubiera dado a la coalición la mayoría sobre el recién llegado Feijóo.

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Pontón es hoy la segunda líder política de Galicia mejor valorada después del presidente de la Xunta, pero la primera entre los votantes de los partidos rivales, incluidos los del PP. De momento, la única que parece capaz de amenzar el reinado de Feijóo.

Pero no quiere conformarse con eso, con ser una mera amenaza como jefa de la oposición, con todo el sacrificio personal que eso supone –tiene una hija de un año y ocho meses–. Lo que quiere es ganar las próximas elecciones y presidir la Xunta a partir del 2023. Y ahora da la impresión de que el "tiempo de reflexión" que propuso a finales de agosto no era porque ella tenga ninguna duda sobre cómo hacerlo, sino porque no quiere tenerlas respecto del compromiso de toda su organización con su proyecto. Siete semanas después de plantearlo, lo que nadie duda en Galicia es que Pontón seguirá.

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"El BNG está ante una oportunidad histórica y es lógico que una líder responsable, y Ana Pontón lo es, apueste por parar y pensar cuál es la mejor manera de afrontarlo, y si es la mejor candidata para encabezar ese reto que, obviamente, es colectivo. Por eso insiste tanto en la fortaleza de la organización, en el papel de la militancia y en ampliar la base social sin renunciar a nada, pero desde la transversalidad", afirman fuentes del Bloque, que citan otra cuestión clave en este asunto y que quizá no haya sido valorada con toda la importancia que merece: "Ana no ejerce un liderazgo al uso, sino un liderazgo en clave feminista, con modos y formas muy diferentes a los que podemos ver habitualmente en política. Por eso también su decisión ha sido tan sorprendente para muchos".

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