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El Gobierno se moviliza para resucitar el gasoducto hacia Francia y erigirse en salvavidas energético de Europa

Tras la propuesta alemana de retomar de retomar el paralizado proyecto del MidCat desde la Península Ibérica hacia el centro de Europa, Teresa Ribera da un plazo de ocho o nueve meses para tenerlo listo, mientras la ministra de Industria insiste en los "esfuerzos" del Gobierno para crear "nuevas interconexiones" de abastecimiento de energía.

La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, a su llegada para ofrecer declaraciones a los medios de comunicación tras una reunión convocada por el Gobierno en la sede del Ministerio para la Transición Ec
La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, a su llegada para ofrecer declaraciones a los medios de comunicación tras una reunión convocada por el Gobierno en la sede del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a 8 de agosto de 2022, en Madrid (España). Jesús Hellín / Europa Press

Llevaba meses coleando, pero ha sido el visto bueno de Alemania el que ha dado el espaldarazo más importante al proyecto MidCat, el paralizado gasoducto que comunicaría la Península Ibérica con Francia y el centro de Europa ante el riesgo de que Rusia, gran proveedor de gas al continente y más concretamente de Berlín, corte su suministro.

Dos ministras del Gobierno han aprovechado las declaraciones del canciller alemán, Olaf Scholz, para apresurarse a apuntalar en sendas entrevistas en televisión la idea de resucitar con urgencia gasoducto que serviría para erigir a España —y también a Portugal— en una suerte de salvavidas energético para una Europa en crisis de abastecimiento por la guerra en Ucrania, pero también para que Bruselas financie infraestructuras que beneficien a España en la red de abastecimiento de la UE.

Aunque la receta, de aparente urgencia y más que oportuna, no suponga un giro en la transición hacia un consumo energético renovable o sostenible, sí contribuiría a que España y Portugal ganen peso en la toma decisiones comunitarias en materia energética.

El primer ministro luso, António Costa, lo dejaba claro el jueves al anunciar que "Alemania puede contar 100% con el empeño de Portugal para la construcción del gasoducto". Y lanzaba el mensaje de que lo urgente no empañe lo importante: "Hoy para el gas natural, mañana para el hidrógeno verde", escribió el jefe del Gobierno portugués en su perfil de Twitter.

Así, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha vuelto a poner sobre la mesa los plazos relativamente cortos, de ocho a nueve meses, en los que podría estar lista la parte sur del gasoducto, una "interconexión nueva" desde "Los Pirineos hacia España", ha dicho en una entrevista en TVE.

Además, incidió en que debería proyectarse a largo plazo para que el canal gasístico tenga una "vida útil de 30-40 años" y permita en un futuro transportar otras energías, de acuerdo con el "el horizonte de 2040", en el que la UE espera que el hidrógeno verde tenga un "mayor peso", al menos en la industria.

Al proyecto le faltan por instalar 226 kilómetros de tuberías entre Catalunya y Francia

La opinión de Ribera ha sido apuntalada por la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, en otra intervención en Antena 3. "España está muy bien preparada. Esperamos que si la propuesta del canciller alemán prospera podamos tener mejor gasificación y más interconexiones en Europa para no depender del gas ruso y poder tener autonomía energética", incidía.

Poco tiempo y escasa infraestructura

El problema son los tiempos y la falta de infraestructuras, como ya lamentó el jueves el canciller alemán, que busca a la desesperada acabar con la dependencia del gas ruso ante el imprevisible comportamiento de Vladimir Putin, afectado por múltiples y severa sanciones económicas desde la invasión de Ucrania el pasado febrero. Eso sí, ahora que el gas se ha encarecido y puede dejar de llegar. Ha tenido que empezar una guerra en el corazón de Europa para que Berlín reconozca que este gasoducto "hubiera contribuido masivamente a relajar la situación actual".

No son pocos los países que miran a Argelia como principal sustituto de Rusia a corto plazo, aunque esa posibilidad no llega en el mejor momento de las relaciones entre Madrid y Argel a causa del alineamiento de España con Marruecos (enemigo acérrimo de Argelia) respecto a la soberanía del Sáhara Occidental. De hecho, Argelia ha dejado de ser el tradicional primer proveedor de gas a España, que ha encarecido su factura ampliando su dependencia del gas licuado estadounidense que llega en grandes cargueros por mar.

El MidCat está empezado, pero quedó abandonado por el menor precio del gas ruso, por lo que faltaría por instalar 226 kilómetros de tuberías entre Hostalric (Catalunya) y Barbaira (Francia), una inversión que España quiere que corra a cargo de la Unión Europea. Pero la disposición de Ribera obligaría a que Francia se pusiera manos a la obra en su parte del territorio para conectar el suministro de gas con el resto del continente, a lo que París se ha opuesto durante décadas.

De ahí el "empeño" que, según Maroto, tiene el Gobierno español para "mejorar la regasificación" y que los socios europeos "puedan tener la solidaridad de aquellos países mejor preparados"; en este caso, España y Portugal, que ya lograron que Bruselas diera luz verde a la llamada excepción ibérica con el precio del gas que está contribuyendo a que la factura de la luz, en máximos históricos, sea notablemente inferior a la de Francia o Alemania.

Más opciones además del gasoducto

La ministra de Industria insiste en que "mejorar las interconexiones" no pasa solo por el gasoducto, sino que también se está preparando el puerto gijonés de El Musel "para dar más gas, sobre todo, a Francia". La de Transición Ecológica también ha recordado que otra opción que se baraja para por mejorarlas infraestructuras de Euskadi con un "un compresor adicional" que permita aumentar entre un 20% y un 30% el envío de gas por esta vía hasta Francia. No soluciona el problema de suministro, pero sí permitiría aliviarlo en parte.

La tercera opción, por la que el Ejecutivo ha apostado en los últimos meses, es fortalecer el "puente marítimo" para ser capaces de recibir más barcos cargados de de gas licuado hasta España para distribuirlo a otros lugares de Europa, como ya ocurre con el puerto italiano de Liborno. Confía en que "desde diciembre" sea posible "aprovechar" mejor los "recursos que tenemos en Gijón" para elevar el envío de gas por barco al resto del continente.

El mandatario portugués también ofreció el jueves Costa el puerto de Sines, a unos 160 kilómetros al sur de Lisboa, como plataforma logística para acelerar la distribución de gas natural licuado para Europa hasta que las tuberías sean una realidad.

Sin embargo, en palabras de Ribera, la "emergencia energética" que vive la UE debería servir para activar el gasoducto MidCat que durante décadas ha estado encima de la mesa y nunca se ha desarrollado por la oposición de Francia. De hecho, la ministra ha lamentado que en el resto de Europa haya "una especie de esqueleto central de gaseoductos" que dejan "aislados" a los países ibéricos.

La vicepresidenta tercera ha reconocido que, tras la invasión rusa, se han entablado conversaciones "en solitario" aunque "de alto nivel" entre Madrid y París para estudiar su ejecución, y la postura alemana allanaría el camino siempre que la Comisión Europea dé luz verde tras su estudio.

Pero el reloj corre en contra El primer ministro luso, el socialista António Costa, aseguró hoy que Alemania puede contar "100 %" con su país para construir un gasoducto que transporte gas desde Portugal hacia el resto de Europa, como propuso hoy el canciller germano, Olaf Scholz.

"Alemania puede contar 100 % con el empeño de Portugal para la construcción del gasoducto. Hoy para el gas natural, mañana para el hidrógeno verde", escribió el jefe del Gobierno portugués en su perfil de la red social Twitter.


Scholz planteó este jueves recuperar el proyecto de transportar gas desde Portugal y España, a través de Francia, hacia el resto de Europa, tras años de apostar por una energía barata rusa y para reducir la dependencia energética de Moscú.

Un gasoducto desde la península ibérica "hubiera contribuido masivamente a relajar la situación actual", reflexionó el canciller en rueda de prensa, donde señaló que ahora se "echa de menos" ese proyecto.

Scholz aseguró que ha hablado con sus colegas de España, Francia y Portugal, así como con la Comisión Europea, para impulsar este proyecto, ya que la existencia de conexiones con el norte de África ayudaría a diversificar el suministro.

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