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El Gobierno vasco dio 4,5 millones en 2022 al colegio del Opus Dei que defendió a un pederasta y que causó la protesta del Papa

A raíz de este caso, que acabó con el menor abusado abandonando Euskadi, el Papa Francisco ordenó al Opus Dei organizar un congreso en el que se revisaran los estatutos de la orden religiosa. El cónclave se celebra esta semana.

Fernando Ocáriz
Fernando Ocáriz, prelado del Opus Dei, en una imagen de archivo. OPUS DEI

Las puertas ya están cerradas. El Opus Dei reúne desde este martes a 274 fieles en Roma, donde celebra un congreso extraordinario en el que se estudiará la modificación de sus estatutos ordenada por el Papa Francisco que restará poder a la orden religiosa en favor del Vaticano. Sin embargo, en el guion del Congreso no constan de manera explícita los abusos sexuales en los centros de esta congregación, como los sufridos en el colegio Gaztelueta de Leioa (Bizkaia) por uno de sus alumnos. Un suceso que desencadenó la decisión del pontífice de ordenar la revisión del canon por el que se rige el Opus.

Este caso de pederastia saltó a la prensa en 2012 y se instaló en la oficina principal del Vaticano, donde despertó interés y preocupación. De hecho, el sumo pontífice se interesó personalmente por lo ocurrido y se comprometió con la familia de la víctima a buscar la verdad. El Papa ordenó una primera investigación en 2015 y siete años después, en septiembre de 2022, dispuso la reapertura de la investigación eclesiástica.

En julio de ese mismo año, el máximo responsable de la Santa Sede dio otro paso que afecta al Opus: el Papa publicó un Motu Proprio que ordena una reforma en la organización ultracatólica, que ahora pasará a depender de la Congregación para el Clero y tendrá un mayor control. El congreso extraordinario que se celebra esta semana en Roma responde precisamente a esa solicitud de Francisco para que modifique sus estatutos. 

"Lo que les importa son sus pederastas", dice Juan Cuatrecasas

El compromiso del Papa contrasta con el silencio habitual del Opus. "Tengo que ser muy pesimista. Me han dado una demostración palpable de que las víctimas de abusos en su entorno les importan más bien poco. Lo que les importa son sus pederastas", dice Juan Cuatrecasas, padre del joven que sufrió abusos sexuales en ese centro educativo vizcaíno por parte de José María Martínez Sanz, profesor suyo y numerario del Opus Dei. 

La historia se resume en una condena de 11 años por parte de la Audiencia de Bizkaia contra el abusador que, posteriormente, el Tribunal Supremo rebajó a dos años; una investigación eclesiástica cerrada en falso, un colegio que defendió la inocencia del victimario y un nuevo proceso canónico que, por fin, busca aclarar responsabilidades y omisiones.

En medio aparecen el Gobierno vasco y sus subvenciones a centros concertados. Entre ellos, los del Opus. Y, entre estos últimos, Gaztelueta. Según ha podido verificar Público, sólo en el último curso el colegio recibió casi 4,5 millones de euros para sufragar sus gastos. 

Según consta en una orden de la Consejería de Educación del Ejecutivo autonómico sobre la renovación de los conciertos educativos emitida el 20 de septiembre de 2022, el colegio Gaztelueta recibió exactamente 4.452.687 euros para el curso 2022-2023.

Ese importe se reparte en distintas partidas para las aulas de Educación Infantil (605.928 euros), educación primaria (1.429.460 euros) y Educación Secundaria Obligatoria (1.402.380 euros), así como para la contratación de profesorado de pedagogía terapéutica (136.650 euros) y especialistas de apoyo educativo (117.192 euros).

La familia del joven abusado: "Nos duele"

"Como familia nos duele mucho que sigan recibiendo recursos públicos", afirma Cuatrecasas, quien a día de hoy ejerce como diputado del PSOE. Este hombre ha movido cielo y tierra para conseguir justicia. De momento, y son ya más once años, convive con esa sensación de topar, una y otra vez, con el muro de silencio levantado por el Opus Dei.

A Cuatrecasas le daña el silencio, pero también ciertas palabras que aún resuenan en su memoria y perviven en la hemeroteca. En noviembre de 2018, el entonces director del colegio Gaztelueta, Imanol Goyarrola, mostró su apoyo al profesor tras conocerse la sentencia. "No me queda más remedio que respetar la sentencia aunque vaya por delante que no la comparto; pienso que se ha cometido una injusticia", afirmó entonces.

Sus declaraciones no dañaron la relación con el Gobierno vasco. Seis meses después de su encendida defensa del profesor condenado por abusos, Goyarrola acudió a un acto oficial en la Agencia Vasca de Innovación, donde participó junto a Iñaki Irusta, Jefe del Área de Policía Científica de la Ertzaintza, en la presentación de Forensic Science, un proyecto sobre investigación criminal desarrollado por alumnos de Gaztelueta y apoyado por el cuerpo policial autonómico. 

El apoyo institucional a ese proyecto se sumó así a las subvenciones que el colegio recibe en su calidad de centro concertado. "Un colegio que está recibiendo dinero público ha tratado a una víctima con un desprecio bochornoso", afirma Cuatrecasas.

Proceso canónico y fallo inminente

Mientras el Gobierno vasco mantiene esas vías de apoyo, en la Santa Sede admiten que las cosas no se han hecho bien. En septiembre pasado, el obispo de la diócesis de Bilbao, Joseba Segura, anunció a través de un comunicado que el Papa había ordenado abrir un proceso canónico al profesor condenado para "depurar responsabilidades y ayudar a sanar heridas producidas". La postura de Francisco ante este caso no es fruto de un milagro, sino de la insistencia de la familia de la víctima para exigir justicia.

La víctima de los abusos participó en el encuentro entre el Papa y varios jóvenes en el marco de un documental dirigido por Jordi Évole y emitido recientemente en Disney+. "Es un drama y en la Iglesia es más escandaloso", fueron las palabras del máximo responsable del Vaticano durante la conversación. Francisco le felicitó además "por tener la valentía de denunciarlo" y subrayó que "no es fácil y a veces el que denuncia termina siendo acusado".

El fallo del proceso canónico, cuya resolución es inminente, podría sorprender a los responsables del Opus en el cónclave que celebran esta semana en Roma. A la espera de que lleguen noticias, Cuatrecasas muestra su satisfacción con la actitud de Francisco ante el caso de su hijo. "Lo que está haciendo el Papa es sacudir las alfombras, abrir las ventanas para que entre aire fresco", afirmó. 

"Lo que está haciendo el Papa es sacudir las alfombras"

El padre de la víctima espera novedades del Vaticano, pero no del Opus Dei. La congregación ya ha avanzado en el dosier informativo sobre su congreso extraordinario que "no se prevé ninguna comunicación pública" sobre lo que ocurra en el encuentro. Los miembros del Opus allí reunidos no tienen previsto moverse del silencio. Un silencio que aturde a Cuatrecasas.

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