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Pablo Iglesias en La Base
Pablo Iglesias en La Base.

"¿Para qué usar pistolas cuando puedes hacerlo con togas?", se preguntaba en Twitter Julen Bollaín este jueves, señalando una evidencia, a saber, la estrategia golpista de la derecha. 

Esa voluntad golpista convertida en estrategia se viene armando desde que se constituyó en España el primer gobierno de coalición desde la II República, y ha sido negada sistemáticamente por una progresía mediática que nunca ha querido ver el movimiento reaccionario de la derecha tras la crisis del sistema de partidos y del propio régimen del 78. 

Esa progresía mediática no ha perdido ocasión para blanquear primero a Casado (¿Recuerdan los elogios que le dedicaron El País y La Vanguardia cuando Vox presentó su moción de censura?) y después a Feijóo, el hombre de la foto sin camiseta con el narco, al que presentaron como figura de Estado y gran esperanza blanca de una derecha democrática llamada a recomponer el bipartidismo y los consensos de régimen. 

Enric Juliana, la figura más dotada intelectualmente de ese mundo liberal-progresista, llegó incluso a inventar una categoría: la escuela Romay Beccaría de la que procedería Feijóo. El viejo funcionario franquista gallego que llegó a ministro con el PP, encarnaría la esencia de la derecha sofisticada, tranquila y democrática de España, en la que se habría formado Feijóo.

Ante el nuevo movimiento de la derecha judicial en el Constitucional, este jueves la progresía mediática rectifica. El País habla abiertamente de derecha judicial, La Vanguardia habla de maniobra conservadora y Juliana reconoce que asistimos a pronunciamientos (atención a la palabra) para que el aparato del Estado se insubordine.

¿Qué fue de esa derecha que bajaba los decibelios? ¿Donde está la escuela Romay Beccaría? Hoy en La Base hablamos de la estrategia golpista de la derecha judicial.

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