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Igualdad reivindica las conquistas feministas de la legislatura: “Aun con gran coste político, sí es posible”

Bajo el lema 'Algo habremos hecho', el gabinete de Irene Montero ha convocado un encuentro para evaluar su mandato y hablar de los avances logrados en estos cuatro años de Gobierno, pero también de todo lo que queda por recorrer para vivir en un país dive

Irene Montero interviene en el acto del ministerio de Igualdad en Madrid este 14 de noviembre de 2023. /IGUALDAD

María Martínez Collado

A un día del debate de investidura de Pedro Sánchez que abrirá un nuevo ciclo político, el Ministerio de Igualdad ha querido poner el broche final a una legislatura llena de “conquistas históricas” con un acto en el que ha rendido cuentas de los logros y compromisos adquiridos, gracias al trabajo realizado por el gabinete que ha encabezado Irene Montero.

Bajo el lema Algo habremos hecho, Igualdad ha convocado el encuentro para evaluar su mandato y hablar de los avances cometidos, pero también de todo lo que queda por recorrer para vivir en un país diverso y libre. “Hemos demostrado que, aunque sea con un gran coste político, sí es posible”, ha afirmado Montero.

Visiblemente emocionada, la número uno de Igualdad ha comenzado agradeciendo a los funcionarios del ministerio “su compromiso feminista y con la democracia”. “Han puesto su cuerpo y toda su experiencia para sacar a delante todo el trabajo. Sin ellas y sin ellos no funciona nada, tampoco esta institución”, ha asegurado. También ha querido reconocer “la generosidad y el esfuerzo a los colectivos, asociaciones, organizaciones feministas”, que han mantenido “la lucha feminista como un motor, como el corazón de la democracia”.

El equipo de Igualdad, como ha recordado Montero, llegó al ministerio hace cuatro años. Este grupo de expertas y expertos aterrizó con un interrogante sobrevolando sus cabezas: “¿España sería un país mejor si fuera más feminista?”, se preguntaban. Y fue desde ese convencimiento a partir de donde comenzaron a trabajar, tal y como han explicado en el acto. “Teníamos claro que un Estado es feminista cuando hace del feminismo su quehacer cotidiano”, ha declarado Montero.

De la ley del 'solo sí es sí' a la ley trans

“Antes, el Estado no tenía ningún compromiso con las víctimas de violencia sexual (ahora sí, con ley del 'solo sí es sí'), no estaba en el debate público la educación sexual, no existía una política pública de conciliación, ni se contabilizaban todos los feminicidios (solo los que se producían en el ámbito de la pareja), tampoco estaba reconocida la autodeterminación de género y hemos demostrado que las cosas podían cambiar”, ha expresado Montero.

Entre otras políticas desarrolladas por Igualdad, que han sido aplaudidas por el movimiento feminista, destacan la prohibición del Síndrome de Alienación Parental (SAP) y el régimen de visitas de padres maltratadores, o la estandarización permanente del Pacto de Estado Contra la Violencia de Género.

“Hemos incorporado la menstruación como parte del derecho a la salud, se han aprobado nuevos permisos en el embarazo, parto y posparto, hemos tratado de garantizar que el derecho al aborto sea efectivo y hemos protegido un derecho que hasta ahora no estaba reconocido en nuestra legislación: el derecho a ser quien eres, con la ley trans”, ha reivindicado Montero.

A su vez, la ministra ha destacado su contribución a la alianza internacional de los cuidados: “Colocarlos en el centro tiene que ver con la transformación completa en la forma de organizar nuestra economía, nuestra vida. No solo para repartir el cuidado, sino tmbn para que el Estado se haga responsable de las garantías de este derecho”, ha añadido Montero.

Violencia política ejemplarizante

Un progreso, no obstante, que ha generado una fuerte reacción política y social, como han recordado en su intervención la delegada del Gobierno contra la violencia de género, Victoria Rossell, y la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez. “Hemos hecho cosas que nadie antes había hecho. La impunidad que era el sistema se acabó”, ha aseverado Rossell.

Y es que, pese a haber situado a España como el cuarto país en el Índice de Igualdad Europeo o haber logrado la mayor inversión en políticas públicas feministas de la historia de la democracia -o precisamente por esto mismo-, las representantes de Igualdad han explicado cómo han tenido que enfrentar día a día la “violencia política reaccionaria”.

“Hemos sido muy conscientes de que transformar es ejercer poder y, como consecuencia, se ha ejercido un castigo ejemplarizante sobre este ministerio (…) Cada vez que nos digan que el feminismo incomoda, les responderemos que no hay gobiernos progresistas sin la lucha de las mujeres a la vanguardia de esos progresos”, ha argumentado Montero.

A lo que Rodríguez ha añadido: “Ninguna de nosotras piensa que lo que nos ha pasado es por nosotras en concreto, sino que nos pasa por ser mujeres. Algo hemos hecho, sí, y es ser mujeres haciendo política; política feminista. Y eso es algo que alguno en esta sociedad todavía no ha podido soportar”.

Ampliar el sujeto político del feminismo

El otro lado de la moneda de la puesta en marcha de este conglomerado de normativas fue ampliar las personas a las que iban dirigidas. Como ha expresado Rodríguez, cuando llegaron al ministerio “las políticas de igualdad estaban dirigidas a un concepto de mujer muy estrecho (blanca, heterosexual, en situación administrativa regular) y eso era algo que debíamos cambiar a fin de que en todas las políticas que nosotras hiciéramos habláramos de todas las mujeres y también de todos los hombres”.

Así, las representantes de Igualdad han puesto el foco en la implicación de los hombres, en “incorporar a los hombres a la lucha y hacer que asuman esa responsabilidad”, así como “todas las identidades subalternas” para acabar con la desigualdad estructural.

La rendición de cuentas también ha dejado unos minutos para la autocrítica y para abordar aquellos objetivos que se han quedado por el camino: la ley de trata, la ley antirracista, la prostitución o la reforma de la ley de extranjería son algunos de los compromisos que no se han cumplido. También los derechos de las personas no binarias siguen todavía sin legislarse y, con toda probabilidad, darán la batalla con el próximo equipo de Gobierno.

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