Este artículo se publicó hace 2 años.
La internacional reaccionaria y sus formas de camuflarse
Inna Afinogenova
Madrid-
Permítanme que empiece la sección de hoy citando un material escrito hace 4 años. Ahora vais a entender a qué viene. En 2018 el periódico británico The Guardian publicó un extenso reportaje y un documental siguiendo los pasos del ex asesor de Donald Trump, Steve Bannon, por Europa.
El subtítulo avisaba que Bannon le permitió al corresponsal del periódico acompañarlo durante meses "mientras ultimaba su plan para forjar un nuevo supergrupo populista en Europa". El autor del documental lo encontró en Bruselas donde Bannon, hablándole de sus proyectos en Europa, le dijo: "Recuerde el teorema de Bannon. Le pones una cara racional al populismo de ultraderecha, y será elegido".
Hace cuatro años Bannon ya trabajaba con Fratelli d’Italia y, según lo cita The Guardian, se refería a ellos como uno de los antiguos partidos fascistas, "tal vez un poco demasiado ultraderechista". Sin embargo, confesó que se estaba asociando a ellos y "con el tiempo se volverían bastante populares". Hoy estamos observando cómo el vaticinio, la previsión o la amenaza -si quieres- de Steve Bannon se hace realidad.
Cuando les vengan con estos discursos, recuerden el teorema Bannon y el famoso refrán: "Aunque la mona se vista de seda, mona se queda". Aunque los fascistas moderen el discurso y adopten formas más civilizadas, siguen siendo ultras reaccionarios aupados por lemas como "Dios, patria y familia", "Biblia, bala, buey" o por sus discursos desde el "sentido común" sobre que no pueden llegar más inmigrantes, igual se necesita un muro en la frontera, que los italianos, franceses y americanos, pónganle la nación que quiera primero.
El lunes Giorgia Meloni designó como ministro adjunto de infraestructura a Galeazzo Bignami. Poco después trascendió una vieja foto suya donde sale, como quien no quiere la cosa, disfrazado de nazi: con una camiseta negra y esvástica en el brazo. Al lado suyo, otro nazi vestido igual, con una banda de las SS. ¿Qué dijo el señor viceministro ante la foto? Nada, que fue hace tiempo, que se trató de una bromita de despedida de soltero, que condena "todas las formas de totalitarismo" y considera el nazismo el "mal absoluto".
Para ser de centro centrado, Bignami, francamente parece, como diría Bannon, un poco demasiado fascista. En 2019, no hace tanto, publicaba en Facebook videos en los que salía llamando por el portero automático a personas con apellidos extranjeros en viviendas de protección oficial y les decía que no podían estar allí.
Durante su campaña se le escapó a Giorgia Meloni que estaba haciendo un gran esfuerzo para parecer moderada, pero a veces se encendía. Se refería a una 'performance' suya en pleno mitin entre los simpatizantes, donde les gritaba que su sueño era que todos ellos puedan dejar de disimular, que puedan dejar de fingir que "no piensan como piensan".
Otro interesante nombramiento en su gobierno se dio en el seno del nuevo Ministro de Familia, Natalidad e Igualdad de Oportunidades. Ya el propio nombre del Ministerio es toda una declaración de intenciones. Al frente de la cartera estará Euyenia Rochella, antiabortista declarada, contraria al matrimonio gay y los derechos de la comunidad LGBTI, contraria a la ley del divorcio exprés. Solo está a favor de valores tradicionales, familia y natalidad, y a poder ser entre blancos también.
Este es el panorama italiano, donde tenemos al 'fascismo de la faceta racional' que por el momento niega ser lo que son pero sueña con dejar de disimular.
Italia no es nuestro único destino de hoy. En Brasil, perdió Bolsonaro, pero el "bolsonarismo" no solo está vivito y coleando, sino que hemos visto estos días lo "demócratas" que son sus representantes, que son millones, cuando las herramientas democráticas se les vuelven en contra.
Numerosos cortes de carreteras, protestas, pedidos de una intervención militar, y como siempre, una oleada de fake news denunciando supuesto fraude electoral.
Tan mal está que en más de 48 horas desde que se anunciaron los resultados, Bolsonaro no ha sido capaz de salir a aceptarlos. Se limitó, hace unas horas, a un escueto "cumpliré la Constitución".
El hecho de que Bolsonaro sea una de las figuras clave de la internacional reaccionaria de la que forman parte los nuevos líderes italianos, Trump, Bannon y demás, no es baladí. Uno de los principales asesores e ideólogos de Bolsonaro se llamaba Olavo de Carvalho, fallecido en enero pasado. Fue simpatizante abierto de los fascistas italianos, Julius Evola y Giovanni Gentile, al que Bolsonaro describe como "uno de los pensadores más ilustres de la historia del país". ¿Saben con quién se ha reunido Carvalho hace unos años y con quién ha escrito un libro en coautoría (llamado EEUU y el nuevo orden mundial)?
No hay sección sin hablar de la madre patria. Con el emisario ruso de la internacional reaccionaria, Alexander Dugin, bautizado en medios internacionales como 'ideólogo de Putin' y que recientemente volvió a la primera plana de los medios por el asesinato de su hija en Moscú mediante un atentado con coche bomba.
No sé si fueron únicamente sus ideas las que inspiraron a Putin para iniciar la guerra, pero lo que está claro es que han servido al establishment ruso y a la propaganda estatal para darle un marco argumentativo a la guerra que libra Rusia contra Ucrania. Un marco con el que se logró confundir (¿o convencer?) a ciertos sectores de la izquierda.
Cuando entre risitas y palmaditas nos digan que ya saben que Rusia no es comunista y Putin de derechas, miren de dónde salen ciertas ideas, ciertos 'gurús' y ciertos discursos que Putin -de derechas- va pronunciando públicamente y va normalizando entre sus simpatizantes. Lean quién es Ivan Ilín, a quien el presidente ruso considera uno de los filósofos más ilustres del país. Tal vez les ayude a aclararse un poco y a entender qué ideología están defendiendo cuando defienden cierta.
Para finalizar: la internacional reaccionaria está a punto de recibir un refuerzo importante con las elecciones de mitad de legislatura en EEUU, que se celebrarán el 6 de noviembre. Con la inflación batiendo récords, un descontento interno fuerte y la popularidad de Biden cayendo, los republicanos podrían hacerse con la mayoría de los escaños en el Congreso y el Senado, según algunas encuestas. Esto le dejará muy poco margen de maniobra a Biden y podría allanar el camino para un eventual regreso de Donald Trump, la mejor creación de Steve Bannon y la mejor demostración de su teorema.
Decía el compañero Miquel Ramos hoy en su artículo para Público, cuando a los fascistas los pones frente al espejo, lo niegan todo. "Traicionan a su propia madre si hace falta. Esa esvástica no es lo que parece. Todo es una broma". Bueno, al menos por ahora se avergüenzan a reconocer ciertas cosas en público, son políticamente incorrectos sin más. Pero cuidado, porque con el apoyo de todo el aparataje mediático y de ciertos sectores confundidos y embaucados por determinados discursos vamos derechitos a que se cumpla el sueño de Meloni y que dejen de disimular. Cuando dejen de disimular, sacarán sus métodos de toda la vida. Sus métodos de toda la vida son: recortes de los derechos y de las libertades y mano dura. La velocidad con la que recurran a lo de siempre se irá acelerando a medida que vayamos normalizando sus discursos "políticamente incorrectos" y cerrando los ojos a bromitas del pasado.
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