Este artículo se publicó hace 2 años.
La intoxicación mediática en México (y el concepto del 'chayote')
Inna Afinogenova
Madrid-
Hoy hablamos de la crisis del periodismo en relación a todo lo que ha estado pasando en España en estas últimas semanas, pero yo voy a dedicar mi sección a México. Y ya verán por qué.
En primer lugar, porque en La Base nos escucha mucha gente desde México: es el segundo país que más audiencia aporta a nuestro podcast solamente por detrás de España y confiamos en que se vayan sumando cada vez más. No se olviden: canal de Youtube de Público, suscribirse, activar la campana y listo. ¡Sigamos!
En segundo lugar, porque AMLO fue uno de los primeros y uno de los pocos (todo hay que decirlo) líderes en referirse públicamente a todo el montaje de Ferreras, Inda, y compañía en contra de Podemos y más concretamente en tu contra. Y no solo se limitó a poner un hilo en Twitter, sino que habló de ello en su tradicional mañanera.
Y aquí da en el clavo López Obrador. Y mi sensación personal, sin despreciar la maquinaria de ponzoña local, es que la de México es más potente, más experimentada, más sofisticada y además, tiene más trayectoria.
No nos vamos a detener en ello, porque básicamente, esto ha sido un solo episodio de toda una serie de ataques contra él, contra su familia, empezando por su hijo, contra sus aliados y, finalmente, contra su proyecto político. Detrás de ellos, la derecha conservadora y pudiente que controla la aplastante mayoría de los medios en México.
Veamos primero el panorama mediático para que nos ubiquemos un poco. Hace unos tres años salió un extenso informe de Reporteros Sin Fronteras y el Centro Mexicano de Comunicación Social, Cencos, titulado ¿Quién mueve los hilos de los medios en México?. Este informe se tomó el trabajo de analizar la concentración mediática en el país y reveló que tan solo 11 familias controlan una gran parte de la información que recibe la mayoría de la población. Para ser más precisos: 11 familias controlan 24 de los 42 medios con más audiencia del país.
Sus apellidos suenan familiares para los mexicanos porque han estado muy vinculados con el poder durante la presidencia de Fox, Calderón, Peña Nieto y bueno, es de suponer que sus intereses abarcan mucho más que la esfera de la información.
La familia Azcárraga, de Grupo Televisa (el grupo mediático más grande del país). Posee el 50% de la televisión en abierto y el 60% de la paga, un centenar de revistas, tres de las webs con más visitas del país… Un detalle que recuerda el informe es que la exmujer de Enrique Peña Nieto, Angélica Rivera, era actriz de Televisa y bueno, la boda de Enrique Peña se transmitió en vivo por esa cadena, en 2010. Un episodio que algunos analistas consideran como parte de la construcción de la candidatura de Peña Nieto impulsada básicamente por Televisa.
Entre 2013 y 2018 se calcula que se invirtieron en torno a 2.000 millones de dólares. Esto en México se conoce popularmente como el 'chayote', sobornos para periodistas por parte de poderes fácticos, el otro día Paco Ignacio Taibo II nos habló un poco sobre ese concepto, no se lo pierdan en nuestro canal de YouTube. Pues esos medios recibieron millones en 'chayote' y ¿quién fue el qué más recibió? Exacto, el grupo Televisa. Nos quedan 10 familias más… y no todo va para esos Azcárraga. Algo reciben también los familiares de Azcárraga.
Tenemos, además, a la TV Azteca, controlada por Ricardo Salinas Pliego, una de las personas más ricas del país, con una fortuna estimada en 7.100 millones de dólares, según la revista Forbes. Bueno, pues TV Azteca recibió más del 10% de publicidad institucional en el año 2016. Y podemos seguir enumerando familias poderosas que han estado recibiendo pautas publicitarias gubernamentales y cuyos medios, por descontado, han estado muy contentos con el PRI, el PAN y demás y muy preocupados porque México se convierta en Venezuela con la llegada de AMLO, obvio… pero es que el asunto aquí es otro.
Y ese, podríamos decir, que es uno de los principales motivos del descontento de los grandes medios con la Cuarta Transformación (el que ellos nunca te van a reconocer). Porque redujo a la mitad los gastos en publicidad.
Al asumir la presidencia introdujo el formato de las mañaneras, ruedas de prensa con periodistas desde primera hora de la mañana para aclarar las decisiones gubernamentales, sin dejar lugar a especulaciones. Horas y horas de mañaneras que los que cubrimos la información de aquel hemisferio hemos padecido cada día, porque el señor no las hace precisamente cortas.
Pero igual son muchas menos que las publicaciones que las cuestionan con preguntas del tipo: ¿tienen sentido las mañaneras? O transmisiones en directo en YouTube del grupo Formula de periodistas cuestionando su utilidad y otras cosas por el estilo.
En 2019, en una de las mañaneras presentó la lista de medios y periodistas que más publicidad institucional han recibido durante las administraciones anteriores. Gesto que, una vez más, fue tachado de señalamiento, pero que reveló los millones que cobraban del dinero público los periodistas más reconocidos del país. El mejor pagado: Joaquín López Dóriga, cada mexicano conoce su nombre (más de 250 millones de pesos, 12.5 millones de dólares). Le sigue Federico Arreola (150 millones, 7.5 millones de dólares) y Enrique Krauze (144 millones de pesos, unos 7 millones de dólares) el autor intelectual de la 'Operación Berlín'.
En una de sus mañaneras, AMLO mostró una caricatura de Lopez Doriga en la que sostenía un cartel que decía "AMLO, malote, regrésame el chayote", y bueno, no te imaginas la oleada de solidaridad en redes y medios entre los periodistas de bien que ha generado esto. Te puede parecer más o menos elegante esta forma de exponer al periodismo, pero el problema no es ese: el problema es que los mismos profesionales que lo denuncian por "señalarles", luego no se pronuncian cuando el blanco de los ataques no es él, sino miembros de su familia. Los memes contra Beatriz Gutiérrez Muller, la pareja de AMLO, todo tranqui, entra dentro de la libertad de expresión. Los memes contra López Dóriga, difamación, calumnia, indignación, ataque a la profesión.
De manera que el periodismo es como una herramienta que protege a los supuestos profesionales que lo practican en una doble dirección: si eres periodista, puedes difamar, insultar, bromear, puedes mentir sobre la familia de un político, por ejemplo. Pero a la vez, si eres periodista, no se puede hablar sobre ti, no se te puede criticar ni aunque lo que se dice sobre lo que haces sea verdad, porque eso es "señalamiento".
Hace un año, en el marco de las mañaneras, AMLO propuso introducir una especie de sección para desmentir las calumnias en la prensa. "Las mentiras de la semana" lo llamaron. La propuesta fue sometida a numerosas críticas, la tacharon de "estrategia de señalamiento de periodistas" y de "medios que solo hacen su trabajo". Salieron todos los periódicos de bien con titulares tipo "ataque de AMLO contra la prensa", ofensiva gubernamental que amenaza la libertad de expresión y la pluralidad.
Porque claro, publicar que uno de los hijos de AMLO compró un equipo de fútbol, acosar coordinadamente a su hijo menor en redes sociales por su físico o atacar a su mujer desde cuentas de periodistas con miles de seguidores sí forma parte de la libertad de expresión.
Como te imaginarás, solo cuento una parte menor y poco significativa de todo el panorama mexicano, pero ya te puedes hacer una idea de lo cotidiano que es. Todos los días, una cosa nueva. Y no precisamente críticas de la gestión, eh, aunque también las hay, pero no estamos hablando de ello ahora mismo.
"Todos están en contra de nosotros". Lo curioso es que estaban a favor de Peña Nieto, pero eso no pudo hacer que ganase el candidato de la derecha en las elecciones presidenciales. Ahora están todos en contra de AMLO, pero la aprobación de su gestión está en un 54%, según una reciente encuesta del Financiero (medio de derechas). Más de la mitad de la población que parece que ya no escucha esas emisoras de radio o que las oye tomando la distancia necesaria con respecto a aquello que les cuentan.
Y volviendo al tema 'señalamiento a profesionales que solo hacen su trabajo'. Nadie niega el derecho de los medios a criticar las medidas del gobierno o a no estar de acuerdo con ellas. Evidentemente, los grupos controlados por grandes oligarcas, difícilmente van a mostrarse a favor de medidas económicas redistributivas, por razones obvias: van contra sus intereses. Eso no tiene nada de malo, entra dentro del funcionamiento habitual de la prensa y no incurre en faltas éticas graves.
Pero este nuevo periodismo funciona de otro modo. Y en México funciona igual que en España. No es que diga lo que no quieren escuchar aquellos que no piensan como ellos, es que son capaces de todo (mentir, inventar, falsificar, difamar) con tal de tumbar a sus enemigos políticos (porque en su caso queda claro que no son adversarios, sino enemigos).
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