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Las izquierdas se disputan la bandera andalucista

La izquierda andaluza, en ebullición después de los mensajes en busca de un frente amplio lanzados por Unidas Podemos

Teresa Rodríguez (1d) junto al líder andaluz de IU, Toni Valero (c) en la manifestacion de 'Marcha por Andalucía' convocada por el movimiento 'Caminando/Marchas de la Dignidad' con motivo del 28-F. Sevilla a 28 de febrero del 2020 Foto de ARCHIVO
Teresa Rodríguez (1d) junto al líder andaluz de IU, Toni Valero (c) en la manifestacion  con motivo del 28-F de 2020, antes de la ruptura. – Eduardo Briones / Europa Press
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La izquierda andaluza ha entrado en ebullición ante la cercanía de las elecciones autonómicas, que serán en el año 2022, entre junio y octubre, según ha dicho el presidente de la Junta, Juanma Moreno. Las ofertas de acuerdo, los mensajes de unidad y el frente amplio que ha lanzado Unidas Podemos en paralelo a la efeméride del 4D ante la amenaza –real, según la encuestas– de un próximo Gobierno de PP y Vox han agitado las aguas.

Se cruzan mensajes, se tantean, también a través de los medios, y, a pesar de las proclamas –y de los esfuerzos denodados de algunos– en aras de un frente común y de que están abiertas todas las posibilidades –nadie, de momento, se ha bajado de la conveniencia del discurso de la unidad–hay hoy tres proyectos diferentes, más allá del PSOE, en la izquierda andaluza.

El renacimiento del ideario andalucista –huérfano de partido desde la desaparición del PA– en un contexto de gobierno de las derechas y de años de crisis económica que ha acentuado los problemas estructurales de la Comunidad más poblada y con las bolsas de paro más altas del país, forma hoy el eje central de un debate en la izquierda, en el que se mezclan también otros elementos, entre los que destaca la desconfianza mutua.

Los protagonistas principales en esta obra son cuatro personas. Esperanza Gómez, líder de Andaluces Levantaos, plataforma de nuevo cuño que quiere jugar un papel similar al de Compromís en Valencia y agrupa a Más País, Andalucía por Sí, Iniciativa por el Pueblo Andaluz y busca también integrar a Equo; Teresa Rodríguez, que está, después de haber dejado la coordinación de Podemos y de su expulsión del grupo parlamentario que compartía con ellos, al frente de Adelante Andalucía, junto a otras fuerzas, Primavera Andaluza e Izquierda Andalucista; Toni Valero es el coordinador de IU, y Martina Velarde la coordinadora de Podemos.

Las cuatro, con diferentes responsabilidades, estuvieron en el mismo lugar en 2018, en Adelante Andalucía, la coalición de izquierdas y andalucista que agrupó a todos –excepto Equo y Andalucía por Sí– a las urnas y fracasó en su ambicioso intento de ser una alternativa por la izquierda al PSOE.

El hundimiento de los socialistas en esos comicios hasta los 33 escaños –aunque primera fuerza, fue el peor resultado del PSOE en Andalucía– no se tradujo en una subida en votos de Adelante con respecto a la suma de Podemos e IU en los comicios de 2015 –a pesar de haber obtenido el 16,8% de los votos y 17 diputados, el mejor resultado de las confluencias impulsadas por Podemos en todo el país–.

La formación del primer gobierno de derechas y la escasa rentabilidad lograda tras la caída del PSOE, derivó, con el tiempo –tras la marcha de Íñigo Errejón a Más País y a la formación del Gobierno de coalición con el PSOE en el Estado– en una ruptura dura y traumática entre Unidas Podemos y Teresa Rodríguez, el rostro hasta entonces en Andalucía, que fue expulsada del grupo parlamentario.

El análisis más extendido entonces y hoy también es que fue la abstención la que penalizó a la izquierda en las elecciones de 2018, después de que la ola de la irrupción de Podemos llevara a resultados muy buenos tres años antes.

¿División o victoria?

Estos antecedentes –y otros– llevan a plantearse algunas preguntas: ¿La división penaliza en efecto términos electorales o, por el contrario, fomenta la participación, al haber más opciones en las urnas? ¿La unión de tres en uno suma a todos los votantes o llevará a que algunos se quedarán por el camino?

El gran temor en los cuarteles generales de los partidos y organizaciones es que se acaben perdiendo, por el sistema electoral, varios restos –en Andalucía hay ocho y algunos cálculos hablan, si el voto de la derecha se agrupa finalmente, como parece, en el PP de que se podrían perder hasta cinco– y decenas de miles de votos se queden sin representación, lo que acabe por beneficiar a las derechas.

Sin embargo, hay gente que lo ve de otra manera. Así, Antonio Manuel, profesor de Derecho, escritor y Patrono de la Fundación Blas Infante se pregunta: "¿A quién interesa vender el mantra de la división de la izquierda en Andalucía? ¿Por qué consideran normal la pluralidad de la izquierda en otros territorios como Cataluña, Euskadi, Galicia, Canarias, Navarra, Aragón o Valencia, pero la rechazan en Andalucía? ¿Les cuesta entender que existe un electorado andaluz de izquierda, no centralista y con voz propia?"

"Y estos problemas electorales no se solucionan con una coalición, ni me interesa. Como andaluz sólo aspiro a la solución de nuestros problemas reales de paro y pobreza que no han conseguido corregir unos y otros, aquí y en Madrid. Y para eso creo necesario un frente andalucista", agrega el profesor.

"En Navarra se unieron las derechas y gobierna la izquierda que consiguió mayor representación desde la diversidad. Ése es el reto en Andalucía. Que el andalucismo consiga representación en todas las instituciones y ser determinante en las investiduras y presupuestos", remacha.

El camino andalucista

El llamamiento de Unidas Podemos –a quien inquietan, según las fuentes consultadas, los movimientos de Más País y la formación de Andaluces Levantaos porque podrían perderse miles de votos– no ha sido respondido con particular alegría desde las filas de Adelante Andalucía ni tampoco desde las de Andaluces Levantaos –a quienes ya han llamado–, centradas ambas organizaciones en levantar una alternativa andalucista de izquierdas.

Es muy difícil ciertamente encontrar estos días en Andalucía a alguien que crea que es posible que Teresa Rodríguez y Unidas Podemos vayan a ir de nuevo de la mano a unos comicios, tanto en una organización como en la otra. Las heridas que causó el conflicto y la expulsión a las bravas del grupo parlamentario están ahí.

Aunque en política todo es posible, lo cierto es que hay razones, más allá de las personales, para pensar que son dos proyectos que transitan por caminos bien diferentes. El de Unidas Podemos, que hoy está muy vinculado al éxito del Gobierno de coalición con el PSOE de Pedro Sánchez, y el de Adelante Andalucía, soberanista andaluz.

Andaluces Levantaos también tiene ciertos recelos respecto a las verdaderas intenciones de Unidas Podemos y también transita por caminos andalucistas. Su idea declarada es la de conformar una especie de Compromís andaluz que rompa con el marco y las lógicas, con las consecuencias que ello conlleva, de ser considerado un partido "a la izquierda del PSOE".

Gómez, en una entrevista reciente con Público, dijo esto, sobre sentarse a hablar con Unidas Podemos. "Nos sentaríamos. Aunque con UP tenemos el problema de su posición centralista del Estado y en consecuencia la posición subalterna en que están dejando los problemas de Andalucía a pesar de estar en el Gobierno. Eso es verdad que hace más complejo tejer un programa común". Fuentes de la formación insistieron, consultadas por Público al respecto de si es posible un acuerdo de algún tipo con UP de cara a los próximos comicios, en que "los intereses de los andaluces son lo primero".

Esta misma lógica es la que aplica también Teresa Rodríguez. "Nuestro objetivo fundamental es luchar contra las derechas y entendemos que la fragmentación del voto en la izquierda puede generar una situación que puede favorecer a la derecha, por lo tanto, desde el principio, defendemos que se generen espacios de diálogo entre las fuerzas políticas de la izquierda andaluza para ver cómo compensar el efecto de esta fragmentación", dijo esta semana.

Luego, añadió,  según recoge Europa Press: "No vamos a relegar la defensa del pueblo andaluz y su necesaria representación en las instituciones a ningún acuerdo con ningún partido de izquierdas o de derechas, porque lo más parecido a un centralista de derechas es un centralista de izquierdas. Políticos a los que elegimos en el territorio vemos como van al Congreso y no ponen sobre la mesa, por ejemplo, en la negociación de presupuestos, estando en el Gobierno, la defensa del tren de cercanías de la provincia de Málaga".

Rodríguez remachó: "Que haya una papeleta –en las urnas– andalucista, de forma muy clara, ese es nuestro principal objetivo" y luego, segundo objetivo, "luchar contra las derechas". "Pero desde nuestro propio espacio y propia voz hablar con otros".

En este camino andalucista, emerge, por tanto, otra pregunta: ¿Acabarán por encontrarse Andaluces Levantaos y Adelante Andalucía?

El paso del tiempo la responderá.

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