Una semana más. Es el tiempo que tiene el hasta el momento presidente nacional del Partido Popular (PP), Pablo Casado, para resistir al frente de su formación política. El Comité de Dirección Nacional del partido celebraba este lunes una reunión con todos los focos puestos tras unos días de una guerra interna sin precedentes en el PP por el enfrentamiento de Casado con Isabel Díaz Ayuso. Tras más de 7 horas de reunión, interrumpida solo a la hora de la comida, Génova difundía un mensaje: "El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, va a convocar para el próximo lunes la Junta Directiva Nacional, máximo órgano entre congresos del partido. Así se ha decidido en el Comité de Dirección del Partido Popular por unanimidad". ¿Qué es este órgano de dirección y cómo funciona? ¿Puede provocar la salida de Casado?

La Junta Directiva Nacional del PP, según los últimos estatutos del partido, se reunirá convocada por su Presidente de forma ordinaria, al menos, una vez cada cuatro meses. Con carácter extraordinario se reunirán cuando las convoque su Presidente, tanto por propia iniciativa como por acuerdo del Comité Ejecutivo, o a solicitud de tres quintos de sus vocales. La del próximo 28 de febrero es extraordinaria y ha sido convocada por el propio Casado. 

Sobre los tiempos de la convocatoria, esta deberá efectuarse, por escrito, con
inclusión del Orden del Día, con una antelación de cinco días, salvo en casos de
urgencia. "Podrán introducirse asuntos en el Orden del Día cuando así lo soliciten mediante firma la mayoría absoluta de los miembros de la JDN con una antelación mínima de 24 horas a la celebración de la reunión. El envío podrá realizarse mediante correo electrónico", afirman los Estatutos.

Este punto daría la posibilidad a los dirigentes que pretenden forzar un Congreso extraordinario a obligarlo a incluirse en el orden del día. En las últimas horas se han ido conociendo cada vez más voces que piden esta salida. Destaca, en este último punto, el "pacto" entre Ayuso y Alberto Nuñez Feijóo, al que muchas voces ven ya como nuevo líder de los populares. 

La Junta Directiva la componen más de 500 miembros. Entre ellos, todos los miembros del Comité Ejecutivo del PP (las personas que se han reunido hoy), 30 vocales, diputados, senadores y europarlamentarios afiliados al partido, presidentes regionales, provinciales e insulares del partido, presidentes de CCAA o en su defecto los portavoces en las Asambleas autonómicas, presidentes de diputaciones, consejos y cabildos insulares y los alcaldes de capitales de provincia y capitales autonómicas, presidentes regionales de NNGG, su secretario general y otros nueve miembros, los Secretarios Autonómicos y los Presidentes de los Comités Ejecutivos de las organizaciones del partido en el exterior.

Entre sus funciones se encuentra, efectivamente, convocar los Congresos del Partido, ya sean de carácter ordinario o extraordinario. Respecto al ordinario, este tocaría en julio de este año. Pero todo parece haber saltado por los aires en el PP. "La celebración del Congreso Extraordinario exige debate previo, fijado en el Orden del Día de la Junta Directiva correspondiente y resolución final de
convocarlo adoptada por la mayoría de dos tercios de los componentes de
aquella", apuntan los estatutos.

En los Congresos Extraordinarios no será obligatorio el debate de ponencias. "El Congreso Nacional Extraordinario podrá ser convocado, en casos de
excepcional urgencia, con tan solo treinta días de antelación, haciendo constar en la convocatoria el motivo de convocar y las causas que fundamentan la urgencia", destacan los textos legales del PP. Es decir, el Congreso no podría ser antes de finales de marzo. 

La incógnita que queda por resolver es el apoyo real con el que cuenta Casado en estos momentos. Si le tienen que forzar o no a convocar el Congreso él mismo, si dimitirá, si se presentará al mismo cónclave para ser reelegido o si se resistirá con todas sus consecuencias. El Congreso extraordinario, en el caso de convocarse, tendrá la facultad de elegir la Presidencia del partido. Pero para eso, todavía tiene que formalizarse una convocatoria que a estas alturas parece inevitable.