Las encuestas siguen apuntando a que, en este momento, el PP y Vox tendrían garantizada una holgada mayoría para conformar un Gobierno de coalición. La foto fija es la misma desde hace meses, con un PP que saca bastante ventaja a un PSOE que, aunque acusa desgaste, resiste, mientras que la ultraderecha de Vox sigue creciendo y apuntalando con ello la posibilidad de un Ejecutivo entre Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal.

Además, la fragmentación de la izquierda alternativa en dos opciones políticas (Sumar y Podemos) hunde a este espacio a mínimos en las diferentes estimaciones, lo que aleja cualquier posibilidad de reeditar un Gobierno de coalición progresista. 

Según el último estudio de Key Data para Público, el PP es la primera fuerza política en las encuestas con una estimación de voto del 34,1% y una proyección de 148 escaños. Los conservadores se mantienen alrededor del 34% desde finales del pasado año, por lo que su tendencia es firme. Esto supone un punto más que el resultado que obtuvieron en las últimas elecciones generales (cuando recabaron el 33% de las papeletas).

La segunda fuerza en los estudios demoscópicos es el PSOE, que acusa desgaste pero no retrocede tanto respecto a los resultados que obtuvo en las elecciones del 23J. Los socialistas obtienen en este estudio una estimación de voto del 28,4% y una proyección de 119 escaños. Aunque esto supone una bajada de más de tres puntos respecto a los últimos comicios (los de Pedro Sánchez recabaron el 31,7% de los apoyos), sólo perderían dos asientos en el Congreso de los Diputados.

"El Partido Socialista mantiene el apoyo de la mayor parte de su electorado; apenas perdería dos escaños de los 121 con los que cuenta en el parlamento actual", explica Paz Álvarez, directora técnica de Key Data. Los de Sánchez también mantienen una tendencia consolidada con una estimación de voto que se sitúa en torno al 28% desde finales del pasado año.

El tercer partido con mayor estimación en los barómetros es Vox. El partido de ultraderecha se mantiene desde noviembre de 2023 (tras la catástrofe de la DANA en País Valencià) por encima de sus resultados electorales, y se mueve en una horquilla entre el 13% y el 14%. En el estudio de Key Data de mayo los de Santiago Abascal obtienen un 13,7% en estimación de voto y una proyección de 40 escaños (casi 1,5 puntos y siete escaños más respecto a lo que obtuvieron en el 23J).

Álvarez apunta que el auge de Vox es también "favorecido por la corriente internacional de apoyo a las fuerzas de extrema derecha". El espacio más damnificado en este estudio es el de la izquierda alternativa, cuyas proyecciones hacen inviable la reedición de un Gobierno de coalición progresista.

Por un lado, Sumar continúa cayendo en las encuestas en una tendencia que se inició en otoño del pasado año. Los de Yolanda Díaz obtienen en este estudio una estimación de voto del 5,8% y una proyección de nueve escaños. Si esta situación se diera en unas eventuales elecciones, la coalición Sumar perdería más de la mitad de los tres millones de votos que obtuvo en 2023 y alrededor de 20 escaños.

Por otro, aunque Podemos inició una tendencia creciente a finales del pasado año (y pasó de no tener ningún escaño en sus estimaciones a prácticamente garantizar su presencia en el Parlamento), la formación morada se sitúa desde hace meses en torno al 4,5%. En el estudio de mayo de Key Data los de Ione Belarra tienen una estimación del 4,7% y una proyección de cuatro escaños.

La fragmentación de la izquierda alternativa en dos opciones no sólo activa los resortes de la penalización de un sistema electoral que castiga la división, sino que podría tener efectos más nocivos en diferentes niveles. "El elector de la izquierda está indeciso y dividido entre las dos opciones. Podemos cada vez es más opción y eso le quita más votos a Sumar, y eso, de manera indirecta, provoca que ninguno de los dos termine por ser competitivo a la hora de, por ejemplo, jugarse escaños con los partidos de la derecha", apunta Álvarez.

En total, el espacio político de la izquierda alternativa sumaría 13 escaños y alrededor del 10% de los votos en las diferentes estimaciones demoscópicas; pero ni siquiera esta cifra está asegurada, ya que aunque ir juntos les garantizaría sortear la penalización que la ley electoral impone a la fragmentación de los espacios políticos en distintas candidaturas, la situación de la izquierda en general y su enfrentamiento interno podrían impedir que movilizaran a todo su electorado.

"Si quieren tener opciones, ir juntos es un requisito, pero ni siquiera eso es la solución, sólo sería cumplir con una de las condiciones de una larga lista: un liderazgo potente, un mensaje ilusionante...", explica la directora técnica de Key Data.

En Catalunya las encuestas de mayo recogen un empate técnico entre Junts y ERC tanto en voto como en escaños (siete cada uno), aunque los de Carles Puigdemont estarían ligeramente por encima. En Euskadi la formación más votada sería EH Bildu, aunque tanto este partido como el PNV obtendrían seis escaños. El BNG podría mejorar sus últimos resultados y ganar un escaño más, con lo que tendría dos asientos en el Congreso.