Este artículo se publicó hace 4 años.
Moción de censuraEl plan de Sánchez ante la moción: lucir la acción de Gobierno, sacar pecho de la coalición y contener el lodazal de Vox
El presidente del Gobierno pretende mostrarse institucional en fondo y forma, y se verá reforzado por su vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. Ambos denunciarán la connivencia del PP con la ultraderecha, si bien se espera que el líder de Unidas Podemos también señale el papel jugado por Ciudadanos.
Manuel Sánchez / Alejandro López de Miguel
Madrid-
No hay el menor temor en el Gobierno a que prospere la moción de censura de Vox. Ni a que vaya a suponer un desgaste para el Ejecutivo. Todo lo contrario. Desde La Moncloa la iniciativa de la ultraderecha en el Congreso de los Diputados se ve como una oportunidad que puede ser rentabilizada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su Ejecutivo de coalición para explicar su proyecto político y contraponerlo a la agenda de la ultraderecha.
Sin embargo, hay cierto temor a que la quinta moción de censura de la democracia que se empieza a debatir este miércoles se convierta en un nuevo espectáculo político donde primen la bronca, las descalificaciones y los insultos, aumentando así la desafección de los ciudadanos por la política. Un lodazal en el que la ultraderecha vierta sus mantras y consignas, dinamitando cualquier opción de que el debate sea, al menos, respetuoso y serio. Y, sobre todo, preocupa que este ambiente se traslade a la calle.
Si la moción se convierte en un espectáculo de bronca y descalificaciones, "habrá ganado Vox", apuntan desde el PSOE
"Si eso ocurre, ganará Vox, aunque pierda la moción", afirmó a Público un destacado dirigente socialista al que suele escuchar Sánchez. Y la ministra portavoz, María Jesús Montero, también alertó el martes del riesgo de que la ultraderecha quiera enfangar el debate; convertirlo en un show televisado y agresivo.
Por ello, la estrategia del Gobierno se asentará sobre tres ejes: explicar lo que está haciendo el Ejecutivo y lo que quiere hacer —ya que hay quienes consideran que su labor no termina de ser conocida por la ciudadanía—; afianzar las alianzas con los socios de investidura, de cara a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2021 —no se descarta que haya algún anuncio en este sentido—; y denunciar la connivencia del Partido Popular con Vox, cómo se deja arrastrar por la ultraderecha, y cómo esta deriva se ve reflejada en sus gobiernos autonómicos, muchos de ellos sostenidos por el partido de Santiago Abascal.
Sánchez quiere dar un carácter institucional y gubernamental a su intervención, en fondo y forma, y hará un reparto de papeles con su vicepresidente segundo y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, que también intervendrá en el debate. Asimismo quiere que se visualice que su Gobierno tiene un proyecto para España y una hoja de ruta clara para la legislatura.
De momento, no está claro cómo se repartirán los turnos y no se descarta que, para dar este carácter institucional a la respuesta a la moción de censura, intervengan más ministros del Gobierno. Es una posibilidad que contempla el Reglamento, que permite a los miembros de la bancada azul intervenir cuando consideren, sin límite de tiempo.
Sánchez se reserva la 'baza Iglesias'
Frente a las consignas de Vox, que tacha al Ejecutivo de "ilegítimo" —también de "mafia" y de "criminal"—, Sánchez no quiere ocultar que está al frente de un Gobierno de coalición, y defenderá su legitimidad para seguir en La Moncloa.
Y, si el presidente tratará de desactivar los argumentos de la ultraderecha, Iglesias también disparará contra la connivencia del PP con Vox, pero además meterá a Ciudadanos en la ecuación. Ésta es una de las claves de las últimas intervenciones del vicepresidente segundo, que ya el lunes señaló ante una veintena de embajadores el papel de colaboradores necesarios que ejercen los partidos de Pablo Casado e Inés Arrimadas.
Iglesias también disparará contra la connivencia del PP con la ultraderecha, pero además meterá a Ciudadanos en la ecuación
Salvo sorpresas de última hora, se da por hecho que Iglesias no intervendrá en la primera jornada de la moción, este miércoles, y que se reservará para responder a Casado, el jueves.
De hecho, aunque nadie descarta que otros ministros decidan subir a la tribuna de oradores, Iglesias intervendrá fundamentalmente en calidad de líder de uno de los partidos de la coalición que sustenta al Gobierno. Es la otra cara visible de un Ejecutivo que quiere servirse del envite de la ultraderecha para mostrarse más unido y fuerte que nunca. Un mensaje que también se quiere mostrar al Partido Popular para que deje de condicionar cualquier negociación con el Gobierno a la presencia de Unidas Podemos en el Ejecutivo.
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