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El PP espera las explicaciones y la dimisión inminente de Barberá

Algunos dirigentes conservadores admiten en privado haber presionado a Rajoy para que exija el cargo de la exalcaldesa de Valencia con el fin de no perjudicar al partido el 25-S.

El presidente en funciones, Mariano Rajoy, charla con la exalcaldesa de Valencia y senadora del PP Rita Barberá, en una imagen de archivo. REUTERS

PAULA DÍAZ

MADRID.- El caso Barberá lleva meses en la agenda judicial, pero le ha estallado al PP en plena campaña electoral del 25-S. Por ello, tanto en Génova, como en el grupo popular de Congreso y Senado han sido extremadamente prudentes al pronunciarse sobre la inminente imputación de la exalcaldesa de Valencia por un presunto blanqueo de capitales.

¿El motivo? Esperan que sea la propia Rita Barberá quien, tras su espantada para 'estudiar' el auto del Tribunal Supremo, ofrezca las explicaciones pertinentes e, incluso, dimita. El anuncio, según fuentes consultadas por este diario, podría producirse este mismo miércoles, aunque nadie se haya atrevido aún a confirmarlo de forma oficial.

El propio Mariano Rajoy, acostumbrado a huir de la prensa en este tipo de crisis, eludió las reiteradas preguntas que, durante su paseo de ayer en Ourense, le hicieron al respecto. Sólo la secretaria general del PP opinó: "Estoy convencida de que [Barberá] hará lo que sea mejor para el PP y para defender su inocencia, en la cual yo creo", dijo María Dolores de Cospedal, también desde Galicia.

Más contundente ha sido, por su parte, la presidenta de la Comunidad de Madrid, quien acostumbrada a ser un verso suelto dentro del PP en estos temas, se mostró partidaria de que Barberá abandone su escaño de forma voluntaria. "En política tenemos que aplicar unas normas éticas que el ciudadano demanda y que suponen que, aunque desde el punto de vista jurídico pueda ser injusto, cuando a un político se le investiga formalmente y hay un auto formal por un asunto de corrupción debe dejarlo", sentenció Cristina Cifuentes en la Cadena Ser

Cospedal: "Estoy convencida de que [Barberá] hará lo que sea mejor para el PP y para defender su inocencia"

El ministro de Justicia, del otro lado, salió en defensa de la senadora. Así, pese a lo que dice el pacto "de regeneración" entre PP y Ciudadanos, Rafael Catalá aseguró que los conservadores son partidarios de exigir responsabilidades políticas sólo cuando se está encausado y no sólo investigado (antiguo imputado). Fue Albert Rivera el que le respondió con el citado acuerdo de investidura, que exige la "separación" de todo aquel que resulte imputado, un título que Barberá todavía no ostentará hasta que el Supremo pida al Senado un suplicatorio para poder investigarla y la Cámara Alta lo apruebe.

El PP valenciano utilizó ese matiz, precisamente, para insistir en que la exalcaldesa "no está formalmente imputada", mientras algunos senadores conservadores se esforzaban por no citar las palabras "dimisión", "cese" o "renuncia" al responder sobre el último escándalo judicial que afecta a su partido. Ese fue el caso de Alberto Fabra, Pedro Sanz, Xavier García Albiol o José Ramón Bauzá, que se limitaron a confiar en que tanto Barberá como el PP estarán "a la altura de las circunstancias" y tomarán "las decisiones adecuadas".

Todavía los hay dentro del partido que continúan defendiendo la inocendia de la alcaldesa. Celia Villalobos ha dicho de Barberá que es "profundamente honesta" y en lugar de pedirle responsabilidades la ha defendido argumentando que "ha estado 20 en un ayuntamiento haciéndolo magníficamente". Sí ha pedido Villalobos la cabeza del juez instructor, Conde Púmpido, quien "es el que tendría que renunciar", según la diputada.

El ejemplo de Soria

Al margen de estas escasas declaraciones a medios de comunicación, otros conservadores han opinado al respecto, aunque sólo entre dientes. Algún dirigente incluso ha admitido a Público que ha habido presiones de Génova a Mariano Rajoy para que exija a Barberá que abandone su cargo. Las mismas fuentes han asegurado que el presidente del Gobierno en funciones ha enviado ya a alguien de su confianza para transmitirle el mensaje, informa Julia Pérez. 

La excusa es fácil: saben que este nuevo escándalo, justo después del polémico nombramiento de José Manuel Soria para el Banco Mundial, puede perjudicar -y mucho- la imagen de los populares en las próximas elecciones en Galicia y Euskadi. Algunos recuerdan, incluso, que el extitular de Industria renunció a su candidatura justo después de que Alberto Núñez Feijóo se mostrara partidario de ofrecer "explicaciones" por ello

El propio Soria admitió entonces que renunciaba a petición del Gobierno; una premisa que el Gobierno siempre ha negado. Ahora, presionada o no, todos en el PP esperan que Barberá tome ejemplo y sea ella misma quien anuncie su dimisión. Que lo haga o no, cómo y cuándo lo haga, depende sólo de la todavía senadora... de momento. 

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