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El PP, sobre Mas: "Si no hubiese incumplido la ley, no estaría hoy en el banquillo"

Casado acusa a la Generalitat de intentar presionar al tribunal a través de la manifestación a la que los conservadores restan importancia: "Era una manifestación de cargos públicos. La Catalunya real a esa hora estaba trabajando"

El vicesecretario de Comunicación del Partido Popular, Pablo Casado, durante la rueda de prensa que ofreció en la sede de Génova tras la reunión del Comite de Dirección del Partido Popular. EFE/MARISCAL

PAULA DÍAZ

"Si no hubiese incumplido la ley, no estaría hoy en el banquillo". El PP, que siempre apela al "respeto por las decisiones judiciales", ha culpabilizado este lunes al expresidente de la Generalitat, Artur Mas, de haber burlado la Consitución el 9-N, día en que se celebró la consulta soberanista en Catalunya.

Así se ha pronunciado el vicesecretario de Comunicación tras la reunión del Comité de Dirección del PP que han presidido Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal. "No se juzga a nadie por sus ideas políticas; sólo a las personas que incumplen la ley", insistió Pablo Casado para negar la "persecución" que denuncian los soberanistas.

Artur Mas, que asumió toda la responsabilidad del 9-N, también se defendió alegando que el Tribunal Constitucional no alertó al Govern de aquel entonces de las consecuencias penales que tendría celebrar la consulta independentista. "No se puede soplar y sorber al mismo tiempo. En su día decían que el TC es un órgano coercitivo que impedía la voluntad del pueblo y hoy dice que el tribunal no le dijo nada y que por eso ha incumplido la ley", opinó Casado. "Hay que volver al seny -agregó-: cuando se incumple la ley, hay consecuencias", zanjó.

Por otro lado, el portavoz de los populares denigró la manifestación que congregó a miles de personas que acudieron a las puertas del juzgado para apoyar a Mas antes de su declaración. "Era una manifestación de cargos públicos. La Catalunya real a esa hora estaba trabajando", espetó Casado. "Y no se puede presionar el ejercicio de la administración de la Justicia que, además tuvo que esperar media hora" para la comparecencia de los imputados, añadió.

Asimismo, acusó a la Generalitat que ahora dirige Carles Puidemont de instar a funcionarios a cogerse un día libre para manifestarse este 6-F. "Eso es señalar en los centros de trabajo públicos quien es afín o no al Gobierno de Cataluya", criticó. "Es un fin espurio, un numerito impropio de la democracia intentar presionar a un tribunal", insistió citando también las palabras del ministro de Justiica, Rafael Catalá.

Y, parafraseando a Xavier Albiol, Casado apostilló que el derecho de Mas a no contestar a las preguntas de la Fiscaía, así como el propio derecho a la manifestación, son derechos reconocidos en la Constitución "que luego desprecian".

El portavoz conservador también aprovechó las últimas investigaciones del caso de las mordidas del 3% para asegurar que "no es cierto su 'España nos roba; quien robaba a Catalunya era Convergència", espetó. "Son ellos quienes tendrán que dar explicaciones de lo que ocurrió en las décadas de sus gobiernos en vez de seguir buscando en el Gobierno de España un enemigo imaginario", dijo tras criticar la "sobreactuación" de quienes promueven, en su opinón, un proceso soberanista "que ya no tiene recorrido".

Más comedido estuvo Casado cuando fue preguntado por la posible reapertura del caso de la Caja B del PP. A este respecto se limitó a aclarar que no era la Fiscalía Anticorrupción quien pidió la reapertura del caso, sino que,simplemente, no se opuso a la petición de la acusación particular para hacerlo. Sólo añadió una cosa más: el mantra habitual de los conservadores cuando se trata de hablar de los juicios que les afectan a ellos y no a otras formaciones: "Respetamos todas los procedimientos judiciales". Sin más.

Cien días de Gobierno de Rajoy

En otro orden de cosas, Casado narró el balance "positivo" que Rajoy había hecho de sus primeros 100 días de Gobierno e incidió en que las intenciones del presidente son, precisamente, preservar "la unidad nacional", cumplir su programa electoral y alcanzar los grandes pactos de Estado -como el de las pensiones o educación-.

Asimismo, insistió en que tanto como el PP como el Gobierno quieren "que la legislatura sea lo más larga posible", con lo que intentó, veladamente, apaciguar la alarma sobre una posible prórroga de los presupuestos y su consiguiente adelanto electoral.

Por último, Casado mantuvo el silencio sobre los misterios que aún quedan por desvelar en el próximo Congreso del PP que tendrá lugar este fin de semana. Cuestiones sobre limitación de mandatos, la acumulación de cargos, el voto en conciencia, o la postura sobre la maternidad subrogada son algunas de las que protagonizarán los debates que hasta ahora han podido saberse con antelación a la celebración de la cumbre.

La gran incógnita, en cambio, sigue sin desvelarse: La nueva (o no) directiva del PP. ¿Seguirá Cospedal al frente de la Secretaría General? ¿Se creará la figura del coordinador general que podría ocupar -según las quinielas- Fernando Martínez-Maíllo? ¿Habrá renovación de vicesecretarios? Todas estas preguntas siguen sin respuesta porque, insisten en Génova, sólo Rajoy la tiene. Casado, por su parte, deja su futuro en el cargo en manos del "buen ojo" del presidente a la hora de "formar equipos".

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