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Rajoy descarta una "crisis" de Gobierno y se conforma con los retoques en el partido

El presidente del Gobierno deja la puerta abierta a algún ajuste en el Ejecutivo, aunque "si lo hay, se sabrá". España se alía con Portugal para evitar la flexibilidad europea con Grecia.

Rajoy, a su llegada a la cumbre con el presidente portugués Passos Coelho. /REUTERS

A.P.V.

MADRID.- Ni "cambios cosméticos" ni "de chapa y pintura" ni "crisis". Mariano Rajoy ha advertido hoy de que "cuando quedan pocos meses para las elecciones, no va a haber una crisis de Gobierno".

Durante la rueda de prensa posterior a la XXVIII Cumbre Hispano-Portuguesa en Baiona (Pontevedra), ha asegurado también que tanto él como el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, están "de acuerdo" en que era mejor que éste siguiese en Galicia "cumpliendo su programa", que fue para "lo que lo eligieron los gallegos". Rajoy ha ilustrado así su deferencia con el jefe del Ejecutivo gallego -que sigue siendo considerado el mejor posicionado para sucederle-, al informar de que el hecho de que Feijóo no pase a integrar el Gobierno central es porque el presidente de la Xunta no quiere.

Rajoy ha dado a entender que si Feijóo no ha pasado a formar parte de su Gobierno es porque no ha querido

El jefe del Ejecutivo tampoco ha querido precisar a la prensa qué tipo de "ajustes" hará en el Consejo de Ministros, si los hiciera. "Cuando haya algo, si lo hay, lo sabrá", ha respondido al periodista sin dar más detalles. De esta forma, Rajoy da prácticamente por zanjada la cuestión de los cambios que dijo que iba a emprender en Gobierno y PP y los limita a los nombramientos de cuatro vicesecretarios generales, además de Javier Arenas, por debajo de la secretaria general, Dolores de Cospedal, que se mantiene.

FEIJOO

El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. EFE

Esteban González Pons, que se centrará en su tarea en el Parlamento Europeo como jefe de la delegación española del PP, y Carlos Floriano, que pasa a la dirección del Grupo Parlamentario Popular, son los únicos damnificados por las decisiones del líder conservador. Todo sigue apuntando, sin embargo y con las cautelas que imprime la falta de concreción de Rajoy, a que José Ignacio Wert abandonaría el Ministerio de Educación, aunque pierde fuerza la idea de que se incorpore a la embajada española ante la OCDE.

Solidaridad con reglas

Rajoy se ha reunido hoy con el primer ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho, en Baiona (Pontevedra) unas horas antes de que dé comienzo la cumbre extraordinaria de jefes de Gobierno de la UE. Aunque el motivo del encuentro de ambos mandatarios era la celebración de la XXVIII Cumbre Hispano-Portuguesa, el gesto se interpreta como una alianza de Madrid y Lisboa frente a los intentos de Atenas por llegar a un acuerdo en la UE más flexible con las propuestas del Ejecutivo de Alexis Tsipras. De hecho, el propio Rajoy informó al principio de la rueda de prensa de que Passos Coelho y él viajan juntos a Bruselas para la reunión extraordinaria de las 19:00 horas.

Rajoy: "Algunos gobiernos deberían ser conscientes de que tensar demasiado la cuerda acaba perjudicando al propio país"

Rajoy no ahorró en advertencias a Grecia sobre sus intentos de que la UE acepte sus planes: "España es, ha sido y será solidaria con Grecia, pero hay que aceptar las normas y los compromisos", aseguró en la rueda de prensa. El mensaje del presidente del Gobierno, sin embargo, debe ser interpretado también en clave interna, ya que el PP trata de identificar la gestión de Syriza en Atenas con Podemos. Por eso, Rajoy desgranó una serie de datos macroeconómicos para ilustrar lo que, según él, está suponiendo el empeño del primer ministro Tsipras de llevar sus planes económicos adelante.

El presidente detalló que el retraso en las negociaciones está perjudicando, sobre todo, al pueblo griego, ya que la economía helena volvió a contraerse en el primer trimestre de 2015 y su previsión de crecimiento para este año ha pasado desde el 3% que se estimaba el año pasado al 0,5%. "Algunos gobiernos deberían ser conscientes de que tensar demasiado la cuerda acaba perjudicando al propio país", avisó el líder del PP, que aseguró, asimismo, no temer ningún efecto contagio en la economía española, pues la situación de ésta "no es la misma que en 2012".

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