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Rajoy explota su vena comunicativa y salta del plasma a los bares

El presidente del Gobierno prometió cambiar su política de comunicación tras el batacazo electoral del PP en las elecciones autonómicas y municipales, el pasado 24 de mayo.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (d), come con el expresidente francés, Nicolas Sarkozy, en una tasca madrileña, al lado de la sede nacional del PP. @marianorajoy

MADRID.- El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, prometió cambiar su política de comunicación tras el batacazo electoral del PP en las elecciones autonómicas y municipales, el pasado 24 de mayo. Empezando por él mismo, garantizó y aunque, pasados los días, parecía que le costaba arrancar y todo seguía igual, poco a poco el jefe del Ejecutivo empezó a salir del plasma, a aumentar la frecuencia de sus ruedas de prensa y comparecencias antes los medios y, sobre todo, a publicar en las redes sociales fotografías de su nueva estrategia comunicativa: comidas y aperitivos en los bares con su equipo, con la periodista Ana Rosa Quintana o con aliados internacionales, como el expresidente de la República Francesa y candidato a repetir por Les Républicains, Nicolas Sarkozy.

A finales del mes de junio, Rajoy y Sarkozy dieron una rueda de prensa no prevista tras reunirse en la sede nacional del PP, en la madrileña calle Génova. La ola de calor que ya campaba en la capital entonces no echó para atrás la intención del presidente, que con más de cuarenta grados, sacó a la calle al galo y se lo llevó a una tasca cercana a comer. El lugar -típicamente rajoyano, como reconocen los suyos- tenía a Sarkozy desconcertado, o así se trasladó en la imagen que Rajoy publicó en su cuenta de Twitter.

Serían el éxito y la repercusión de esta imagen lo que acabó de convencer a Rajoy de que si España es un país de bares, a los bares hay que ir a buscar el voto. El presidente reconoce siempre que, desde que vive en La Moncloa, no sale nada; que sólo cuando viaja a su tierra, Galicia, va a cenar o comer con sus hermanos y amigos de siempre, entre los que se encuentran la ministra de Fomento, Ana Pastor, y su marido, con quien siempre se le ve haciendo senderismo por la zona de Sanxenxo (Pontevedra) al comienzo del verano. Este año, además, se difundió una foto de ambos tomando una cerveza en una terraza tras la caminata.

Pero septiembre está siendo, sin duda, el mes de Rajoy y los bares. El miércoles mismo, tras el Pleno del Congreso de los Diputados, el presidente y parte de su equipo (la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, o el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, a los que luego se unió el presidente del Congreso, Jesús Posada) acudieron a comer a Manolo, un bar cercano a las Cortes frecuentado habitualmente por periodistas y parlamentarios. Al propio Rajoy se le vio alguna vez cuando era líder de la oposición. En esta ocasión, además dio testimonio gráfico en Twitter.

La visita al Bar Manolo se produjo dos días después de otra a Casa Mariano, donde tomó el aperitivo en Casa Mariano, una taberna también situada en las inmediaciones del Congreso. En esta ocasión, le acompañaron la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal; su director de Gabinete y director de Campaña, Jorge Moragas; el portavoz del PP, Pablo Casado; el portavoz del PP en la Cámara Baja, Rafael Hernando, y el número dos de éste, José Antonio Bermúdez de Castro. A los pocos minutos, llegó el tuit correspondiente.

Sin embargo, fue en El Programa de Ana Rosa (Telecinco) donde se conoció el gusto del presidente por la cerveza. Hasta cinco se tomó Rajoy con la periodista Ana Rosa Quintana y su equipo del programa, al final de una dura jornada de grabación para la emisión del reportaje 24 horas con Rajoy. La periodista contó que en el bar donde se tomaron las cañas (al lado de la sede del PP), Rajoy mostró una faceta sólo conocida para sus allegados: relajado, muy simpático y cercano, al jefe del Ejecutivo y al equipo de AR se les hizo de noche. Al que más costó aceptar que había que retirarse fue a Rajoy.

No hubo cerveza, en cambio, el miércoles 9 de septiembre, al lado del Hotel Ritz, donde el líder del PP tomó un agua con su candidato en Catalunya, Xavier García Albiol, y el vicesecretario general del partido, Pablo Casado. Tal vez porque eran tan sólo las diez y media de la mañana, tras pronunciar Albiol una conferencia en Madrid presentado por el propio Rajoy.

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Rajoy desayuna en Madrid con Xavier García Albiol y Pablo Casado. PARTIDO POPULAR

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